La última etapa de «la cuarta república» ha quedado en la historia oficial como una década de pobreza, marginación, altísima inflación y sobrada exclusión, algo que terminó con la llegada de la «revolución bolivariana», según el discurso del poder. Sin embargo, a dos años de la presidencia de Nicolás Maduro, algunos indicadores del país vuelven a recalar en los números que mostraba la administración de Rafael Caldera al entregar Miraflores a Hugo Chávez
Víctor Amaya
En 1999, el Instituto Nacional de Estadística (INE) reportaba que la pobreza afectaba a 45% de los hogares venezolanos. El dato oficial apunta, además, que la pobreza extrema se ubicaba entonces en 10,1%.
En 2014, Elías Eljuri, presidente del INE, aseguró que la pobreza extrema en Venezuela había disminuido progresivamente, hasta ubicarse en 2013 en 5,5%. Además ya admitía que la pobreza medida por ingresos había registrado un alza de 6 a 8,8 por ciento. El dato oficial ubicó la pobreza de 2013 en 27,3%, aún sin caída del mercado petrolero y con el crudo venezolano cerrando el año a 98 dólares por barril. No hay cifras oficiales de pobreza en el año posterior.
En 2014 el dato es más alarmante, según un estudio hecho por las universidades Central de Venezuela, Simón Bolívar y Católica Andrés Bello, que afirma que 48,4% de los hogares viven por debajo de la línea de la pobreza. El estudio denominado Encuesta Nacional de Condiciones de Vida de la Población Venezolana 2014 (Encovi 2014) realizado entre octubre y noviembre del año pasado, concluye que dos años de recesión social (2013 y 2014) hicieron retroceder los avances logrados durante los años del boom petrolero, y llevaron el ciclo de aumento de la pobreza a niveles de épocas de ajuste económico (1989-1996) o de conmoción social (1992-2002).
En total, los dos primeros años de la gestión de Nicolás Maduro, incrementaron la pobreza en el país al menos en 33,02%. El estudio advierte que en 2015 seguramente Venezuela va a llegar a los niveles más altos de pobreza por ingresos de las últimas tres décadas, mientras que la situación de los hogares por ingresos es similar a la de 1999, con la diferencia de que en aquél año el precio de barril de petróleo estaba a 7 dólares y no a alrededor de 50, como ahora.
Ese 33,02% de nuevos pobres o «pobres recientes» como indica el estudio, a juicio del investigador Luis Pedro España, corresponde a un importante grupo de hogares que han ingresado a esa categoría de una manera coyuntural. Es decir que como producto de la crisis económica han descendido en su nivel de vida pero que podrían dejar de serlo si se produjera un cambio positivo en la economía.
Según la Encovi 2014, la situación de hogares en pobreza pasó de 45,8% en el año 1998 a 48,4% en 2014, que en términos de números absolutos significan 3 millones 338 mil 930 hogares en situación de pobreza por ingresos. De ellos 1.7 millones se encuentran en pobreza extrema y 1,8 millones en pobreza no extrema.
El informe de la CEPAL 2014 referente a América Latina indica que el país en donde más aumentó la pobreza fue Venezuela, a diferencia de todos los demás de la región, en los cuales en el peor de los casos el indicador se estancó. Según la CEPAL, en el país creció en 6,7% la cantidad de hogares pobres, pasando de 25,4% en 2013 a 32,1% en 2014.
Uno de los encargados del estudio de las universidades venezolanas, Luis Pedro España, afirma que en 2016 la pobreza en Venezuela podría alcanzar los niveles de 1998, antes de la «revolución bolivariana» y a la vez gracias a la «revolución bolivariana».
[quote_center]1.7 millones de hogares se encuentran en pobreza extrema[/quote_center]
El fantasma de la inflación
Los años 90 también son citados por el discurso oficial para recordar que la inflación estaba «por encima del 100%», y ciertamente así fue, pero no durante toda la década. De hecho, solamente en 1996 el indicador alcanzó los tres dígitos.
Aunque fue en 1983 cuando por primera vez la inflación subió a dos dígitos para nunca bajar de nuevo, en 1989 alcanzó 84,5%. La década siguiente promedió 47,4% de inflación, siendo el pico más alto 1996 con 102,3%. No obstante, al año siguiente el indicador se ubicó en 38%, siempre según registros oficiales del Banco Central de Venezuela. En 1998, año electoral y de triunfo de Hugo Chávez, la inflación bajó a 30%.
En 2014, con la inflación de 68,5% reportada por el BCV (último dato conocido desde entonces) Venezuela se ubicó como la economía más inflacionaria del mundo, ello a pesar de la implantación de la Ley de Precios Justos en enero de ese año. Mantuvo el título ganado un año antes cuando el indicador, al cierre de 2013, fue de 56,1%.
Según un artículo publicado en El Universal por el economista Ángel García Banchs, en 1996 y a pesar del 102,3%, el país era entonces el sexto en la lista y no quien la encabezaba. Ese año “la inflación de nuestro país fue alrededor de unas 4,2 veces mayor al promedio simple de unos 179 países, mientras en 2009 fue 5,5 veces mayor. Igualmente, mientras en el año 2010 con 27% Venezuela fue el país con mayor inflación del mundo, en 1994 con 71% fue el 18°», detalló el economista.
García Banchs afirma que «en los 90, el mundo (el PIB y empleo mundial) no estaba en la crisis que está hoy, cuando el temor es más bien la deflación. En 1994, solo un país, República de Nauru, exhibió deflación, pero, en 2009, 22 países exhibieron deflación, mientras Venezuela exhibía 25% de inflación. Nótese que, he usado los años pre-Chávez de mayor inflación (1994 y 1996) para darle más chance a su posición. Finalmente, no podemos olvidar que, a diferencia de los 90, durante el chavismo no se ha producido aún una crisis financiera. En fin, seamos serios, la comparación válida de la inflación no es contra la IV República, sino en un mismo año contra el resto del mundo».
En 2015 el panorama es más que oscuro. En todo el primer semestre del año, el BCV no informó sobre la variación inflacionaria, pero las estadísticas que maneja la firma Ecoanalítica aseguran que la inflación anualizada hasta mayo 2015 alcanzó 118%, con una subida intermensual de 9,8% promedio.
De seguir así, el dato pudiera ubicarse al cierre de 2015 en alrededor de 180% y ya no solo sería la inflación más alta del mundo, sino la única del planeta con tres dígitos y más cerca del 200 que del 100 por ciento.
Ello sin contar que hay alimentos que han crecido de manera constante y acelerada, como la lata de 140 gramos de atún, que pasó de Bs 33,80 en marzo a Bs 205 en mayo, una variación superior al 600% en apenas tres meses. Es uno de tantos otros ejemplos que pudieran citarse.
[quote_center]Ecoanalítica asegura que la inflación anualizada hasta mayo de 2015 alcanzó 118%[/quote_center]
El panorama político
«Vota por Ninguno». La frase fue chiste recurrente de Radio Rochela hace dos décadas cuando la desilusión popular por la clase política era palpable y la opción “Ninguno” se erigía como acaparadora de preferencias en estudios de opinión pública.
La última encuesta de DatinCorp de mayo 2015 ubica en el primer lugar de la preferencia de liderazgo a Ninguno con 29%, y en 9% el No sabe/No contesta. Un total de 38% de venezolanos que no se siente representado por ninguna de las opciones planteadas en el estudio. Allí se ubica a Nicolás Maduro con 18% seguido de Leopoldo López con 16% y Capriles con 9%.
El dato se repite en el más reciente estudio de Datanálisis, donde Maduro se mueve alrededor del 25% y López y Capriles bordean el 20%, mientras que Ninguno supera ese 20%. El punto más bajo de la preferencia pública del Presidente, según Datanálisis, ocurrió entre marzo y abril cuando tocó el 22%, el nivel más bajo para un primer mandatario en ejercicio desde Carlos Andrés Pérez en 1992. DatinCorp dice que en mayo Maduro estuvo peor: 18%, la popularidad más baja en la historia de un presidente venezolano.
Aún así el entorno político actual no es considerado como un calco del existente en los años 90. Según el historiador Lionel Muñoz, la Venezuela de entonces era «profundamente despolitizada, decepcionada, alejada del ejercicio de la política, y venía experimentando desde los años 80 un proceso de erosión en la credibilidad hacia las instituciones del Estado y de la sociedad, como los partidos políticos».
A juicio del académico de la Universidad Central de Venezuela, «el fenómeno de Hugo Chávez germina en el suelo de la despolitización. En cambio, hoy estamos en una sociedad politizada y cada vez más activa en ambos sentidos del pensamiento político. Por ejemplo, este año habrá elección parlamentaria y por primera vez ambos bloques políticos realizaron primarias con padrón electoral abierto», apunta Muñoz, quien destaca como otro diferenciador la activación de la juventud en torno a la actividad pública y política nacional. «Hay un retorno de la política a los partidos», agrega el historiador.
Según Muñoz, la mayor evidencia de tal politización social es que la abstención ha decrecido continuamente. «Para este diciembre lo que se prepara es un enfrentamiento entre dos titanes que van a monopolizar el electorado y esa elección parlamentaria convocará a buena parte del electorado, porque la expectativa de participación es de 70 a 80 por ciento», explica.
Sobre la prominencia del Ninguno, asegura que no tener identificación por algún líder en particular no quiere decir que no se tenga preferencia por alguna de las corrientes. «Cuando cruzas las corrientes te das cuenta, por ejemplo, que gente que no se identifica con López o Capriles sí lo hace con el hemisferio opositor. Igual ocurre en el lado del chavismo».
Luis Vicente León, director de Datanálisis, sostiene que «ese Ninguno, cuando se acerca la elección, se polariza con los líderes existentes». El politólogo Luis Salamanca añade que «la realidad debe producir alguna solución, porque en política no hay vacíos».
Según la ensayista Gisela Kozak, «estamos mucho peor que en los 90 porque la inflación y la inseguridad han empeorado, antes no había colas para comprar cosas y el control de cambio nunca llegó a ser como ahora cuando prácticamente no se puede tener acceso a la divisa».
Apunta la escritora del libro Ni tan chéveres ni tan iguales que en aquellos años se produjo un deterioro del sistema político. «Los venezolanos optamos por derribar el paréntesis civil que tuvo 40 años. No supimos darle continuidad a ese proceso, mejorarlo», sostiene.
[quote_center]»Estamos mucho peor que en los 90 porque la inflación y la inseguridad han empeorado»[/quote_center]
Además considera que la politización social tiene que ver con cómo la acción política desde el gobierno ha tocado todos los intereses de los ciudadanos. «En aquel modelo estatista había sectores de la actividad colectiva que funcionaban, que no estaban sometidas a la misma anomia del gobierno y los partidos. Ahora el Estado se ha apropiado de todos los espacios, incluso los íntimos, hasta para conseguir anticonceptivas, toallas sanitarias o preservativos».
Kozak cree que los resultados de las parlamentarias serán reveladores, pues a finales de los 90 «AD y Copei sacaban muy poquitos votos por la desconfianza al modelo político. Pero solo estas elecciones dirán qué tanto hay ahora un rechazo al modelo». Además, la escritora recuerda que hace dos décadas «los medios de comunicación se dedicaron a atacar a los gobiernos», cosa que ahora no ocurre en las grandes empresas de comunicación domadas por el chavismo.
Si quieres contactar al autor de esta historia escribe a: victor@larazon.net