El estudio «Venezuela: Un desastre evitable» de la organización International Crisis Group (ICG) recomienda algunas líneas de actuación al Gobierno, la oposición y la comunidad internacional
La organización International Crisis Group (ICG) advirtió hoy que la «crisis amenaza con convertirse en una tragedia» en Venezuela y llamó a los países de la región a involucrarse para buscar soluciones.
«A la gran mayoría de los venezolanos les resulta hoy imposible obtener suficientes alimentos o garantizar su salud», señala ICG en un nuevo informe sobre la situación en Venezuela difundido hoy.
La organización especializada difundió un nuevo informe sobre Venezuela este jueves reseñado por EFE, en el que señala que el panorama político está marcado por el antagonismo y la falta de diálogo entre el Gobierno y oposición.
Sobre el panorama económico, aseguran que está dominado por la baja del precio del petróleo, muestra, recesión, una elevada inflación y un fuerte endeudamiento.
Pero el objetivo central del estudio «Venezuela: Un desastre evitable» es exponer la «emergencia médica», el «declive de la producción» y la «pobreza y el hambre» y recomendar algunas líneas de actuación al Gobierno, la oposición y la comunidad internacional.
Al ser preguntado por Efe si no teme que este nuevo informe sea tachado de «exagerado», Javier Ciurlizza, responsable de ICG para América Latina, dijo hoy que objetivamente la situación ha empeorado respecto a la reflejada en anteriores informes.
«La polarización política se ha acentuado, con el agravante que hoy Venezuela no cuenta con los ingentes recursos económicos derivados de la bonanza de los precios del petróleo, que permitía sortear las crisis políticas aumentando el gasto social», señala.
«Por eso, ahora decimos que la combinación del declive económico, las carencias sociales y la falta de diálogo político confluyen a una crisis más difícil de controlar y con menos opciones para las partes», agregó.
Aseguran que «si no se aborda rápidamente de forma contundente, se convertirá en una grave crisis humanitaria, con un impacto sísmico en la política y la sociedad», subraya.
Tras señalar que esta situación es el «resultado de malas decisiones políticas, incompetencia y corrupción«, ICG opina que «aún hay tiempo para evitar sus peores consecuencias».
Pero, además, advierte del peligro de «un caótico default de la deuda externa» venezolana, con consecuencias para los países del programa Petrocaribe y los que son proveedores de la otrora opulenta Venezuela, especialmente Colombia.
El primer paso con vistas a evitar una tragedia debería ser, según ICG, que el Gobierno admita los problemas, seguido del desmantelamiento del sistema de control de cambios y de la búsqueda de un apoyo amplio para implantar un programa de emergencia que restaure el equilibrio económico y proteja a los más vulnerables.
«El Gobierno venezolano no está garantizando un nivel mínimo y aceptable de atención médica a la población, como exigen la constitución y los estándares internacionales», y eso «ya está costando vidas», alerta ICG.
En cuanto a la alimentación, la organización internacional señala que Venezuela «no se enfrenta a una hambruna, pero las mejoras en materia de pobreza y nutrición que se lograron entre 2003 y 2012 se han desgastado casi por completo y el bienestar de la población se está deteriorando drásticamente».