El monoplaza diseñado por la UCV para la competencia Fórmula SAE de mayo de este año en EEUU reposa dentro de un contenedor en un terreno solitario de la Schiller International University de Florida. Por falta de recursos los estudiantes de ingeniería no pudieron traer el vehículo a Venezuela, tras la competición, y buscan donativos para su traslado
Por Jacobo Villalobos
2015 fue el año en el que la Universidad Central de Venezuela (UCV) mejor se posicionó en la Fómula SAE, una prestigiosa competencia internacional organizada por la Sociedad de Ingenieros Automotrices (SAE, por sus siglas en inglés), en donde participan las más importantes universidades mundo (cerca de 130).
Pero también fue un año de penurias para el equipo ucevista que participó en el evento, al no contar por primera vez con el apoyo nacional para cubrir los gastos de la participación en Estados Unidos, sede de la competencia realizada entre el 13 y el 16 de mayo.
Rebecca Hernández, presidenta del equipo de estudiantes universitarios que participó en este año en Fórmula SAE, explicó que con el nuevo sistema de asignación de divisas tuvieron problemas para la adquisición de moneda extranjera.
La solicitud de divisas sí fue aprobada pero tardíamente, fuera del plazo requerido, por lo que el dinero no pudo ser usado. En consecuencia, casi todas las inversiones en la logística y herramientas dependieron de patrocinios de empresas y entes públicos como Pdvsa y el Banco Central de Venezuela (BCV).
Para Hernández, el retardo en la aprobación de los dólares por el Cencoex pudo deberse a que la solicitud no fue considerada como una prioridad, hecho que también ocurrió con el resto de las universidades que participaron: “ninguna tuvo la ayuda de la asignación de divisas”, agrega.
El apoyo monetario les permitió pagar el envío del prototipo (un vehículo monoplaza de carreras) y parte de los pasajes hasta Miami para los 14 integrantes que viajarían a la competencia, los cuales se obtuvieron a tan solo dos semanas del evento realizado en Míchigan. Una vez el equipo estuvo en suelo norteamericano, todos los gastos corrieron por cuenta propia.
[quote_center]El equipo universitario estuvo alimentándose solo con galletas Susy y Cocosete[/quote_center]
Para el traslado desde Miami a Míchigan, a través de casi todos los Estados Unidos, un ex integrante de la agrupación, Luis Cortina, alquiló una camioneta tipo van en la que el equipo se desplazó durante 22 horas sin descanso hasta su lugar de estadía.
Durante esas horas, el equipo universitario estuvo alimentándose solo con galletas Susy y Cocosete producto de la falta de liquidez monetaria. “No la pasamos mal porque estábamos en equipo, pero era una cuestión de reír para no llorar”, recuerda Hernández.
Aunque durante el viaje en carretera redujeron las paradas al mínimo, deteniéndose solo para usar el baño de alguna gasolinera, el equipo llegó a su destino en la madrugada del día del inicio de la competencia.
Por fortuna para ellos, el profesor José Manuel Gómez, cofundador del grupo y supervisor del mismo, junto con otro miembro del equipo, partieron antes en un vuelo directo hacia Míchigan, por lo que al llegar de madrugada a la casa en la que se hospedarían fueron recibidos con comida.
Naharay Andreu, coordinadora de patrocinio, relata como una de las tantas anécdotas que, mientras una parte del grupo estaba en la cocina preparando las arepas, otros estaban revisando y comprobando el estado del prototipo.
Un “carro seguro”
El vehículo presentado este año por el equipo ucevista, denominado UCV-15, se encuentra en una caja tipo container ubicada en un terreno de la Schiller International University (SIU) en Florida, Estados Unidos, bajo una temperatura aproximada de 40°C. La imagen es de desolación, como de algo dejado a su suerte. Dentro de ese container están, también, la gran mayoría de las herramientas de trabajo del equipo.
Para su participación, el carro fue trasladado desde Venezuela gracias a la colaboración de una empresa privada de envíos, que transportó el prototipo por vía aérea. El retorno estaba garantizado con ellos, de la misma manera, y con un pago en bolívares. No obstante, durante la competencia, la empresa les notificó que no había vuelos comerciales disponibles a Caracas, por lo que se imposibilitó el retorno del prototipo por avión.
La misma empresa les ofreció otro plan de envío al país, también por vía aérea, pero con un nuevo costo de $28.000, oferta que el equipo ucevista tuvo que declinar por lo costoso.
[quote_right]Durante la competencia, la empresa les notificó que no había vuelos comerciales disponibles a Caracas.[/quote_right]
Fue en colaboración con las universidades Simón Bolívar y Metropolitana que el UCV-15 se logra trasladar a la universidad en la que reside desde hace ya dos meses, una vez culminada la competencia.
Desde entonces, el equipo de estudiantes ha barajado varias formas de traer el prototipo al taller que tienen en la UCV y donde relatan todas las dificultades que vivieron en esta edición de Fórmula SAE, pero hasta el momento todas han sido infructuosas. Incluso el envío por vía marítima, mucho más económico, ha quedado descartado por las complicaciones que ofrecen las aduanas nacionales, que establecen que si el vehículo fue enviado por vía aérea, no puede regresar de otra forma.
El UCV-15 es el primero de los prototipos presentados por la UCV que logra culminar todas las pruebas de la competencia, incluyendo el Endurance, consistente en una carrera de 22 vueltas a un circuito de 11 km. Además resultó ganador del premio Bosch, otorgado a los mejores planos de diseño, en el que la universidad se ubicó en el sexto puesto, y en general obtuvieron la posición 61 entre las 130 universidades participantes en la competencia. El equipo comenta que algunos de los jurados se acercaron para felicitarlos por su desempeño, éxito que atribuyen a la enorme inversión de tiempo y dedicación de todos los integrantes del equipo, 20 en total.
Este grupo fue creado en el año 2003 y participó por primera vez en Formula SAE Michigan en 2005, con el prototipo F-05 «Milka Duno», llamado así en honor a la piloto venezolana, que fue madrina del equipo en ese año.
[quote_center]Si el vehículo fue enviado por vía aérea, no puede regresar de otra forma[/quote_center]
Desde entonces, han producido 10 vehículos con los que han participado en la competencia, obteniendo posiciones destacadas entre los diez primeros lugares de la misma, así como reconocimientos por los diseños realizados, siendo el primer equipo latino americano en obtener un trofeo en la competencia, en 2007, por el premio «Bruel & Kjaer Quiet Cup Car«, otorgado al mejor sistema de escape, detallan los jóvenes en un informe que tienen preparado para dar a conocer sus logros.
Los buenos resultados cosechados y los obtenidos este año destacan por las deficiencias presupuestarias que presenta la UCV frente a otras universidades participantes, hecho que ha afectado en los últimos años el desarrollo de investigaciones científicas y prácticas académicas por la carencia de herramientas, tecnologías actualizadas e infraestructuras adecuadas.
Ejemplo de esto es el uso de impresiones 3D, que para estos estudiantes fue un proceso complejo en el cual se produjeron un par de piezas pequeñas para la oxigenación del motor, mientras que para otras universidades ya es una técnica común y, en algunos casos, superada. Más obvia se hace esta situación en el taller de la UCV en el que trabaja el equipo, donde hay filtraciones de agua y mala iluminación.
En este contexto, Daniel Galindo, jefe del taller, comenta que el mayor logro este año fue la culminación de un “carro seguro” que funciona sin presentar problemas eléctricos ni mecánicos.
Por ello el equipo lamenta que la seguridad de su vehículo, diseñado y ensamblado con esfuerzo, no esté garantizada. Aunque la SIU les cedió un lugar para dejar el carro, no se hacen responsables de lo que le ocurra. Por ahora les han enviado fotos del contenedor, de manera periódica, para demostrarles que sigue allí y que no se ha ido a ningún lado.
[quote_center]Aunque la SIU les cedió un lugar para dejar el carro, no se hacen responsables de lo que le ocurra[/quote_center]
Esta situación les ha causado retrasos y complicaciones económicas, relacionadas a la rendición de cuentas a los patrocinantes y evaluación final del vehículo. Agravando la situación el hecho de que el vehículo tiene un permiso de exportación temporal y mientras más tiempo esté fuera de Venezuela, más aumentan los impuestos.
Además el equipo de Fórmula SAE-UCV regresó con grandes deudas derivadas del costo de los pasajes, mantenimiento, transporte interno por EEUU y alimentación. “Todos los pagos son en dólares y son gastos que no podemos evadir”, comenta Rebeca Hernández. Pagar esa deuda con sus propios recursos es casi imposible, pues de su bolsillo salieron recursos para comprar uniformes, pagar seguros personales contra accidentes (para 14 personas), parte de los pasajes de ida y retorno, parte de la comida, entre otros gastos personales.
En busca de patrocinantes
Es por ello que el equipo ucevista está en la búsqueda de patrocinantes que les ayuden a saldarlas y de todo tipo de financiamiento, de entes públicos o privados, que les permitan traer de vuelta el monoplaza UCV-15.
Una de las vías para colaborar con ellos es a través de la plataforma Gofundme.com/formula-sae-ucv, creada por los estudiantes con la esperanza de recolectar donaciones en dólares o cualquier otra moneda extranjera. También tienen la cuenta corriente Nº 01020138160000019033, del Banco de Venezuela, a nombre de Team Fórmula SAE-UCV.
A pesar de este revés, el equipo no se ha detenido y ya se encuentran pensando en su futuro proyecto para la próxima Fórmula SAE. “Hicimos un buen carro y ya sabemos que los siguientes planos tienen que ser con base en este, porque tiene cosas muy buenas. La idea es siempre mejorar”, comenta Daniel Galindo.