Más de 250 médicos cubanos, que abandonaron el programa Barrio Adentro, están en Bogotá a la espera de recibir asilo de EEUU y sobreviviendo con pocos dólares. Relatan que la situación de Venezuela es «muy triste»
Redacción La Razón
Decenas de médicos cubanos que trabajaban en Venezuela, en el programa de salud Barrio Adentro, vieron en Colombia la posibilidad de dejar atrás no solo a la isla antillana sino también a Venezuela. Pero lo que previeron tardaría 30 o 90 días, se ha prolongado por meses; la embajada de EEUU en Colombia ha demorado las respuestas a las solicitudes de asilo, y en algunos casos rechazado, llevando a estos médicos a vivir en una especie de limbo legal.
Un reportaje realizado por el Miami Herald y el Nuevo Herald en Bogotá relata la precaria situación en la que se encuentra y las arbitrariedades que vivieron durante su estadía en Venezuela. El periodista Jim Wyss recogió el testimonio de varios, tras visitar cinco hogares de grupo donde decenas de trabajadores de la salud cubanos se hallan hacinados, en pequeñas viviendas, compartiendo los colchones y el día a día que viven con dinero prestado.
Aceptar la invitación a almorzar, de un vecino del barrio donde trabajaba, le costó la estabilidad a Felix Pérez, su hija y dos colegas, todos trabajadores de la salud cubanos que se encontraban en Venezuela tras ser enviados a servir como parte del programa de ayuda exterior de la isla. Sus supervisores los acusaron de partir el pan con un miembro de la oposición venezolana.
«Se llevaron nuestros teléfonos celulares y pasaportes. Sabíamos que iban a terminar nuestra misión y enviarnos de nuevo a Cuba, así que decidimos huir a Colombia», recuerda Pérez.
Discel Rodríguez, una enfermera de 42 años de edad, tampoco la pasó bien en Venezuela. Comenta que fue obligada a vivir con otros cinco médicos en cuartos confinados, todos tenían un toque de queda a las 6 pm y no se les permitía hacer amigos en la comunidad. Rodríguez describe la situación como «un castigo».
Mientras algunos de los trabajadores de la salud dicen haber planeado abandonar sus puestos, otros dijeron que no les quedaba otra opción.
Annie Rodríguez, una especialista en rehabilitación, vivió en el poblado de Ospino, cerca de Caracas, con otros tres médicos en una casa sin baño ni cocina. Pero fue hasta que quedó embarazada, incurriendo en una violación a su contrato, que decidió ir a la embajada de Estados Unidos en Bogotá a pedir asilo, por miedo a que la enviaran de vuelta a la isla y le quitaran el salario que había ganado en Venezuela.
Como estos casos, se han registrado más de 250 médicos cubanos esperando obtener una visa CMPP, que se le concede a personal médico cubano que es forzado a trabajar en misiones internacionales. Mientras esperan por respuesta, muchos de ellos viven en casas de grupos donde pagan alquileres de 150 dólares mensuales y sin la posibilidad de trabajar legalmente.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia y la Embajada de Estados Unidos en dicho país no respondieron a tiempo la solicitud de información enviada por el Miami Herald. La congresista republicana Ileana Ros-Lehtinen dijo al diario que ella y sus colegas legislativos enviarían una carta conjunta exigiendo respuestas.
«El Programa de Profesionales Médicos Cubanos (CMPP) fue diseñado para ayudar a quienes desierto una misión médica cubana encontrar refugio en los Estados Unidos después de haber sido obligados a servir al régimen de Castro en el extranjero», dijo la congresista del estado de Florida en una declaración a The Miami Herald.
«Si estos solicitantes son elegibles bajo CMPP, nos gustaría saber por qué se ha producido un retraso en la tramitación de estos visados y lo que, en su caso, la razón existe para que la demora.»
Entre los médicos cubanos que están en Colombia corre un rumor. Algunos piensan que el reciente acercamiento entre Estados Unidos y Cuba podría ser parte del problema y sospechan Cuba está exigiendo un fin a este programa, que la isla culpa por la fuga de cerebros. También hay rumores de que algunos cubanos trataron de entrar en el programa de manera fraudulenta, causando demoras para todos.
Puede leer el reportaje completo del Miami Herald haciendo clic aquí.