Gustavo Luis Carrera
Los planteles no cuentan con el calendario oficial que les permite planificar el año escolar, irregularidad que se ha repetido desde hace varios años
Manuel Alegría
Al igual que en 2014 y períodos anteriores, este año escolar 2015-2016 comenzó sin que los planteles tuvieran a tiempo el calendario oficial emanado del Ministerio de Educación.
El retraso del almanaque escolar afecta la distribución de los lapsos a lo largo del año, dificulta la programación de los consejos de docentes, al igual que la planificación del mantenimiento de la infraestructura y la alimentación de los estudiantes, según explica la coordinadora del Observatorio Educativo de Venezuela, Olga Ramos.
Ramos además indica que sin el calendario no hay tiempo para planificar y esto puede afectar incluso los lapsos para corregir y conocer a los alumnos que pasan de un grado a otro porque las reuniones entre docentes, para evaluar el desempeño en el aula, no se dan.
Por eso la especialista rechaza que una vez más el Ministerio no haya enviado a tiempo dicha información a los planteles, y recuerda que en el período lectivo pasado el calendario fue entregado con cinco meses de retraso, es decir, en enero.
“El Ministerio de Educación debe entregar el calendario en el mes de julio en las escuelas, incluso antes deben mandar el borrador, porque la escuela puede solicitar ajustes específicos hasta el mes de mayo “, expresa Ramos.
Además, reclama que el despacho educativo genere directrices a través de distintos viceministerios porque al final causa un desorden que no le permite a los docentes su organización.
Adicionalmente, el calendario escolar establece la cantidad de días de clase que debe tener el período, pero desde hace décadas se discute cuántos son los días necesarios para que los alumnos reciban la correcta educación, sin que haya un conflicto con el sueldo y las vacaciones de los docentes.
Ramos detalla que antes de aprobarse la Ley Orgánica de Educación, en 1999, los días de clase eran 200, pero “en el debate se cambia porque se tenía que discutir una reformulación en la contratación laboral con los docentes, que dicen que estos tienen derecho a 60 días hábiles de vacaciones, y transformaron a 200 días de actividades escolares, que no son propiamente clases. El Ministerio no tiene voluntad política para discutir esto con los gremios”.
También aseguró que los gremios docentes estarán de acuerdo con modificar la cantidad de días hábiles de vacaciones del año, si hay una mejora trascendental en las condiciones laborales, ya que el docente entiende que más días de clase es beneficioso para los estudiantes.
Con respecto a la suspensión de clases por las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre, indicó que el Consejo Nacional Electoral no le ha dicho al Ministerio de Educación, cuántos días tomarán para la instalación de las mesas ni cuántos requieren luego para retirar el material electoral de los planteles.
Las trabas del PAE
Otro tema que preocupa a Ramos es la alimentación que debe garantizarle el Estado a los niños en los centros educativos. La distribución de alimentos en las escuelas se realiza por la red Mercal y Pdval, pero Ramos asegura que estos no transportan los rubros a los planteles.
Quienes se encargan de esta labor son las organizaciones comunitarias asociadas a la escuela, la comunidad educativa, el personal directivo y el docente coordinador del Programa de Alimentación Escolar (PAE).
Ramos indica que estos centros tienen que formar una comisión junto a una delegación estudiantil para conseguir el transporte adecuado.
“Muchas veces estas empresas no tienen los alimentos completos, por lo que le dan a las instituciones más cantidad de un rubro que no necesitan, que luego las escuelas lo venden, y con ese recurso hay un desorden en la instrumentación del PAE, que no se sistematiza porque el Ministerio, aunque tiene la data, no lo muestra para ser evaluada públicamente”, dijo.
La coordinadora del Observatorio Educativo de Venezuela recordó además que el PAE no suele comenzar al 100% desde el primer día de clases, sino que por la falta de planificación, que según ella también se asocia al retraso del calendario escolar, comienza dos semanas después del inicio de clases (es decir, se reiniciará en octubre) y dos semanas después del regreso a las aulas en enero, tras el asueto navideño.
Frente a esto, Ramos hizo un llamado a las comunidades y vecinos de las escuelas para que “verifiquen si las condiciones con las que comienza el año escolar son las ideales» y les envíen las denuncias. Los casos pueden ser enviados al correo electrónico del observatorio: oevenezuela
