No subestimemos al pueblo, la culpa de la derrota del 6-D es de la dirigencia que no aplicó una política socialista. Todavía están a tiempo de rectificar. Todavía cuentan con el apoyo de muchos venezolanos
Jesús Silva R.
En la intimidad de la cama, el marido abraza a su mujer. Él dice: «mi amor, déjame entrar». Ella dice: «Desde hace un mes te dije que quería mi nevera llena y hoy sigue vacía. Además todo el día me maltratas, excepto por las noches cuando buscas aquello que no te has ganado». Él dice: «No importa, mi reina, déjame entrar como sea». La mujer lo bota de la casa.
Un estudiante aspira ingresar a la academia militar pero su desempeño es totalmente mediocre durante el examen físico de admisión. El estudiante iluso insiste: «Quiero llegar a ser un general en jefe con tres soles». El oficial le responde: «Joven, no hiciste los ejercicios correctamente para ingresar». El muchacho necio replica: «No importa, yo quiero ingresar como sea». Finalmente, el estudiante es desalojado de la academia por la fuerza.
Un boxeador sube al ring de combate con evidente sobrepeso. Su entrenador le dice: «Es mejor cancelar esta pelea, no cumpliste con el entrenamiento y estás demasiado gordo para pelear. Pero el boxeador bocón insiste: «Déjame tranquilo que yo voy a ganar como sea». El boxeador es noqueado en el primer round de la pelea.
Un alcohólico en pleno estado de embriaguez toma el volante de su vehículo. Sus amigos le dicen: «Nicomedes no manejes, estás muy borracho». El alcohólico (con la irracionalidad propia de un paciente de cirrosis hepática) se rebela: «Váyanse de aquí, HDP, yo no estoy borracho. Yo voy a manejar como sea». El alcohólico se estrella en la carretera y muere instantáneamente.
Una dirigencia política enfrenta una terrible crisis económica pero no la resuelve. Se dedica exclusivamente a culpar a enemigos y presuntos promotores de dicha crisis. En respuesta, sus aliados le advierten: «Debemos trabajar juntos para resolver la crisis o nos irá muy mal». La dirigencia autosuficiente responde: «Cállense la boca, traidores. Aquí no hay crisis. El pueblo sabe que nosotros somos sus salvadores y votarán por nosotros como sea». Los aliados, inspirados en ética y honestidad, advierten otra vez: «Hay escasez, inflación, colas, especulación, la gente anda brava y exige soluciones palpables ya. Podemos perder las elecciones». La dirigencia irreflexiva dicta su sentencia definitiva: «Ustedes son contrarrevolucionarios que no aceptan nuestro liderazgo, nuestra propaganda hará entender al pueblo que deben castigar al imperialismo y a la burguesía por causar estos pequeños problemas económicos temporales». La dirigencia voluntarista pierde las elecciones por paliza y la oposición conquista mayoría calificada en la Asamblea Nacional. Empieza una guerra constitucional que hunde al país en más abismo económico.
En resumen, «como sea» significa voluntarismo, improvisación, ausencia de un plan y mucha soberbia. Es decir, pretender obtener un resultado sin reconocer la existencia de un problema; sin comprender que se debe planificar la acción para vencer un determinado obstáculo; despreciar la ayuda o recomendación de los aliados; solo escuchar el aplauso o el elogio de colaboradores adulantes e hipócritas; pretender que con una propaganda de apariencias los pueblos olvidarán sus problemas diarios y se aferrarán a viejas promesas. Ninguna revolución triunfante en la historia de la humanidad fue exitosa por la vía del «como sea».
No bastan símbolos ni promesas, la historia es determinada por la práctica concreta y los resultados objetivos. Todo el mundo sabe que el partido comunista de Lenín (1917) y el reformista partido de Gorbachov (1986) no eran lo mismo y que a finales del siglo XX fue ese último partido, bajo el mando de una cúpula farsante y contrarrevolucionaria, quien llevó a la Unión Soviética al suicidio con la Perestroika, usando las mismas siglas, rostro del fundador y la fraseología del socialismo.
Lo cierto es que socialismo significa planificación, trabajo en colectivo, sacrificio, política de alianzas, autocrítica, humildad, método científico para resolver problemas y alcanzar metas concretas. No subestimemos al pueblo, la culpa de la derrota del 6-D es de la dirigencia que no aplicó una política socialista. Todavía están a tiempo de rectificar. Todavía cuentan con el apoyo de muchos venezolanos. Al gobierno de Venezuela le decimos: No terminen de hundir el barco por falta de confianza en la militancia y la tentación del sectarismo. Salvemos el legado de Chávez.
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