En el inicio del año judicial del TSJ, el presidente Nicolás Maduro agradeció el apoyo que ha recibido de este Poder
EFE
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo hoy que solo reconoce al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) como árbitro para dirimir los conflictos del país y celebró «el esfuerzo» que se hace para construir un sistema de justicia «independiente» desde «la óptica de la revolución».
«Hay un solo poder árbitro que dirima todos los conflictos y tensiones que surjan, uno solo, así lo reconozco como jefe de Estado, el TSJ, único poder supremo para dirimir los conflictos o tensiones que surjan», dijo Maduro durante el acto de inauguración del ejercicio anual del máximo tribunal.
El presidente dijo estar «maravillado» por el «enorme esfuerzo» que se ha hecho para configurar «un nuevo sistema de justicia» y que se siga construyendo «desde la óptica de una revolución que lo va creando todo, construyendo un verdadero poder judicial independiente». consiente
Explicó que ese poder judicial debe ser «independiente de los poderes fácticos, independientes de la corrupción, independientes del poder de la oligarquía nacional o internacional, independiente de las trasnacionales».
«Así que en ese sentido tenemos que agradecer todo el apoyo que recibió nuestro pueblo, todo el apoyo que recibí como jefe de Estado, hace un año cuando el presidente Barack Obama decretó el infame decreto (…) declarando a Venezuela y a los venezolanos una amenaza extraordinaria e inusual contra el pueblo de EE.UU.», dijo.
En el mismo acto, la presidenta del TSJ, Gladys Gutiérrez, exaltó la facultad que tiene del máximo tribunal de revisar todas las instancias del poder del Estado y, bajo ese contexto, sus decisiones no pueden ser recusadas.
«La supremacía por definición excluye la posibilidad de recurrir a un órgano superior, (…) así el Tribunal Supremo tiene plena facultad para revisar los actos de los demás órganos de rango constitucional», dijo la magistrada.
La precisión de Gutiérrez sobre las facultades de la institución se hace en un momento en el que el Poder Judicial comienza un nuevo año enfrentado con el Parlamento que, desde que pasó a ser controlado por los opositores el pasado 6 de enero, ha cuestionado la independencia del máximo tribunal y el Ejecutivo.