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Militares venezolanos: entre Simón Bolívar y Alejandro Magno

Militares venezolanos

Para regresar la nación a un estado de normalidad, es necesario cortar el nudo gordiano de burocracia y mediocridad, que la asfixia


Heinz Dieterich

  1. Cortar el nudo gordiano

La profundidad de la crisis económica y política en Venezuela es tal que las tibias medidas gubernamentales no lograrán superarla. Para regresar la nación a un estado de normalidad, es necesario cortar el nudo gordiano de burocracia y mediocridad, que la asfixia. Esto sería relativamente fácil hacer, porque el sistema tiene dos de los tres elementos requeridos para tal hazaña: la energía potencial y el know how. La energía potencial la tiene el Bloque de Poder Militar, BPM (ministros y gobernadores militares), que es el único factor de poder real operativo en Venezuela en este momento. Pero, para convertir su energía potencial (fuerza) en energía cinética (trabajo) tiene que superar la ceguera estratégica y arrogancia de la centroizquierda latinoamericana, que llevó a los kirchneristas a la derrota ante Macri, a Evo al revés en el referendo, a Correa a desistir de una futura carrera presidencial y al retorno del fujimorismo en Perú.

El know how de la sanación económica también existe. A la luz de las ciencias económicas ha sido absolutamente claro desde hace años, cuáles son las medidas imprescindibles para salvar la economía. Fue la ineptitud y desidia política gubernamental que impidió salvar el paciente a tiempo. Hoy día está en condición crítica y necesita la intervención de los miembros honestos y democráticos del BPM. Si éstos se reúnen dos días con economistas venezolanos de nivel, por ejemplo, José Guerra, Felipe Pérez y Víctor Álvarez, entenderán el indispensable plan de emergencia económica-social. Sobre el consenso alcanzado, los tres economistas viajarían a Bolivia y Ecuador para validar con los gabinetes económicos respectivos su plan. Regresan con este input, consensuan con el BMP el plan final y se implementa. Los burócratas y oportunistas en Miraflores que frenan el proyecto de salvación, se marginan de manera civilizada y fáctica del proceso.

  1. ¿Centro de gravitación o golpe de Estado?

No propongo un coup d´etat, sino la generación de un nuevo centro de gravitación operativo del poder político, dentro de la cascara institucional existente, que tenga la capacidad de salvar al país de la catástrofe. Cambiar institucionalmente el centro de gravitación de un gobierno no viola ninguna norma constitucional. Es frecuente en todos los gobiernos burgueses para devolverle la operatividad a la fuerza gubernamental. Y, ¿por qué los miembros honestos y democráticos del BPM? Es el único poder existente en Venezuela que puede “orillar” a los ineptos y corruptos de ambos lados, dentro del vector de tiempo disponible. Con las elecciones de gobernadores, el nombramiento de dos nuevos rectores del CNE, la crisis de la electricidad, del agua, de los medicamentos, alimentos, dólares, etcétera, le quedan pocas semanas a ese vector de poder, para enderezar los desastrosos rumbos y sueños guajiros de gobernanza del país que lo ha llevado al borde del abismo. ¿Es imposible hacerlo? Bueno, eso es lo que le dijeron a Alejandro Magno cuando estaba ante el enigma del nudo gordiano. Fuerza, visión estratégica y audacia resolvieron el enigma.

  1. Telenovela de la inteligencia venezolana

En un déjà vu de la telenovela latinoamericana aflora en el teatro de operaciones venezolano la exuberancia tropical de inocencias y creencias angelicales. Con los elefantes de combate de Macri ante portas (ante puertas) —Ramos Allup y Torrealba— y su arma estratégica López en preparación, gran parte de la intelectualidad “crítica” del país ha aceptado el cuento bíblico de la conversión de Saulus en Paulus. Cree fervientemente en los cantos de sirena “democráticos” de la restauración neoliberal, que promete —como el novio ante la adorada— el maná del cielo para su futura felicidad. En su interpretación maniquea de la realidad afirman que el régimen actual es “fascista”; una afirmación frívola y una burla de las víctimas del fascismo real (europeo). Esperan que los ángeles neoliberales de Jericó tumben las murallas del mal y establezcan la democracia y el bienestar para todos. The morning after, el día después, despertarán como la novia: embarazada y en la dura realidad del matrimonio machista burgués.

  1. Los militares y la democracia

Los románticos, ilusos y “progres” de la democracia burguesa se escandalizarán con la propuesta de la constitución de un nuevo centro gravitacional operativo gubernamental por los militares democráticos y honestos del BPM. Quieren darle un cheque en blanco a los elefantes de combate oligárquicos y neoliberales de Washington. Pero, se les olvidan dos cosas a esos entusiastas neófitos. Fue el General Raúl Baduel y los militares patrióticos y democráticos, quiénes salvaron a miles de venezolanos de la matanza, cuyos nombres estaban en las listas negras de los golpistas del 2002. ¿Será que Washington y la oligarquía hoy son más humanistas y democráticos que en 2002? ¿Que Washington sólo mata en Medio Oriente por petróleo?

La segunda ilusión de esa democracia a la Disneyland es que los militares no hacen o deben hacer política. Bueno, aquí una pequeña dosis de realidad. Uno de los más poderosos generales de Estados Unidos, Michael Hayden, exdirector de la CIA y de la National Security Agency (NSA), amenazó en la televisión (con Bill Maher) prácticamente con un golpe de Estado de la Fuerza Armada estadounidense contra un eventual presidente Trump: “there is a legitimate possibility that the U.S. military would refuse to follow orders given by Donald Trump if the Republican front-runner becomes president and decides to make good on certain campaign pledges”.

  1. El problema de los militares venezolanos

El problema de los militares bolivarianos no es que sean represivos, sino que su BPM no actúa ante la desastrosa gobernanza de la camarilla de Miraflores, que piensa ahora que con una gran venta de garaje pro-imperialista (acuerdo con Gold Reserve, petróleo, diamantes, reservas internacionales), combinado con las mentiras oficiales de siempre (ecosocialismo), una creciente militarización del aparato estatal y una esquizofrenia absoluta sobre los tiempos objetivos que le quedan, pueda salvarse.

Qué en las FANB no hay un Alejandro Magno y ni siquiera un Hugo Chávez, es obvio. Pero, también es evidente que en sus Academias de Guerra no les enseñan epistemología científica avanzada. Porque si supieran algo sobre cambios de fase sistémico de 1er y 2ndo orden, de caos determinístico y atractores, entenderían la dinámica y los puntos de viraje en la evolución de un sistema que se llama Venezuela. Y, ¿por qué los militares necesitan saber de esto? Porque es el gran instrumento científico analítico para entender, lo que en el siglo 19 se llamaba revolución, reforma y contrarrevolución. Las variables convergentes que indican la tendencia hacia el colapso del atractor “chavismo”, y los tiempos objetivos del proceso son muy claros. Nadie duda que las FANB tengan en la moral de combatir que pidió El Libertador. Lo que necesitan son las luces de la ciencia.