Creen que todavía tienen enchufados a sus máquinas a millones de venezolanos sometidos a su “ilusión robolucionaria mal llamada socialismo del siglo XXI”
Tamara Suju Roa
La trilogía cinematográfica “The Matrix” se fundamentó en la simulación de un mundo virtual del cual formaba parte uno de sus protagonistas, para ocultar la realidad en la que vivía la humanidad en el año 3199. En la película, los seres humanos estaban conectados a máquinas a las que alimentaban con su energía, y éstas a su vez creaban en sus cerebros una ilusión colectiva de vida, un mundo surreal, llamado “The Matrix”.
Hoy quiero hacer un ejercicio de simulación interactiva con mis lectores, para poder entender cómo obran quienes han violado la Constitución y los derechos humanos de todos los venezolanos, pero que desde su enchufe virtual al chavismo-madurismo, se han creado su propia “Matriz”, para intentar ocultar verdades que estoy segura los persiguen cuando van a una Iglesia a persignarse o se sientan al lado de representantes religiosos a conversar sobre transiciones.
Remontémonos a los años 2002-2013, por no ir más atrás, aquella década donde luego de dos intentos de magnicidio, se dio a conocer lo que mentarían el movimiento bolivariano 200, transformado luego en el Movimiento Quinta República, para finalmente pasar a llamarse Partido Socialista Unido de Venezuela. Entre los años 2002-2013 los ciudadanos venezolanos fueron víctimas de la represión, de la persecución, del encarcelamiento por motivos políticos, de la censura, de la confiscación y expropiación de bienes, del seguimiento y la amenaza, del espionaje y violación de su privacidad.
Los organismos de seguridad del Estado, entre ellos la FAN, la Disip (actual Sebin), el Cicpc y la DIM se cansaron de ejecutar parte de la represión, y los ciudadanos no olvidamos, por ejemplo, la muerte de Evangelina Carrizo, la arrastrada por los cabellos de Elinor Montes, el cobarde y cruel desalojo de las familias en los campamentos petroleros en Los Semerucos en horas de la madrugada, las torturas a las que fueron sometidos Juan, Otoniel y Rolando Guevara, Raúl Díaz, Silvio Mérida, Iván Simonovis, entre tantas otras víctimas.
Tampoco podemos olvidar las decenas de expedientes montados sobre “magnicidios”, conspiraciones, desestabilizaciones y otras tramas que le sirvieron al gobierno para amedrentar y tratar de neutralizar a ciudadanos honestos y con el cual se cansaron de exponerlos al escarnio público e instigar al odio contra ellos. Decenas tuvieron que salir del país, otros fueron encarcelados y al día de hoy, muchos siguen procesados penalmente.
Ahora bien, volviendo al presente, pareciera que los hechos más recientes, aquellos que todavía nos laten en el pecho, los sucesos del 2014-2015, han sido encapsulados en “La Matriz” virtual de los funcionarios del gobierno, especialmente el actual Ministro de la Defensa y el ex Ministro de Interior y Justicia. Es decir, las casi cuatro mil detenciones arbitrarias, de las cuales todavía 1800 venezolanos siguen estando procesados penalmente, los cientos de heridos, las decenas de torturados y maltratados por los organismos de seguridad del estado, las mujeres, niños y niñas, personas incapacitadas, personas de la tercera edad, nuestros jóvenes y los hombres y mujeres que salieron a las calles a protestar, hartos de la inseguridad, de la incapacidad e ineptitud del gobierno para darles el mínimo de bienestar social y someterlos durante años a la desidia y al abandono, han pasado a ser un surrealismo para estos personajes.
Se olvidaron, por ejemplo, de la muerte de Bassil Da Costa y Juan Montoya, de la muerte de Geraldine Moreno y Alejandro Márquez, de los jóvenes sometidos a actos sádicos en Valencia, de la niña a quien le arrancaron el cuero cabelludo en el Destacamento 47 de Barquisimeto y de las mujeres arrastradas y amenazadas de violación en el mismo regional. El enchufe a la “Matriz” tampoco les permite recordar la golpiza que recibió Marvina Jiménez, las torturas a las que fueron sometidos Marcos Coello, Raúl Ayala, Ramón González y Omar Briceño, las torturas a las que sometieron a Gloria Tobón, las torturas denunciadas por José Gustavo Arocha, las torturas denunciadas por Gerardo Carrero, Lorent Saleh y Gabriel Vallés en la Tumba, los malos tratos y torturas psicológicas aplicadas a Leopoldo López, Daniel Ceballos, Enzo Scarano y Antonio Ledezma en Ramo Verde, en fin, la amnesia abarca los miles de casos de venezolanos que sufrieron vejámenes y detenciones arbitrarias por parte del aparato represor del régimen, y que coronó, luego de aprobarse la resolución 008610 del Ministerio de la Defensa, con el asesinato de Kluibert Roa, el angelito más pequeño.
El actual Ministro de la Defensa se da el tupé de decir que la Ley de Amnistía aprobada por la Asamblea Nacional es un adefesio, ya que a su juicio “atenta contra el Estado de derecho, pone en tela de juicio las sentencias emitidas por los tribunales, provocaría descomposición institucional y moral en el pueblo”. Y el exministro de Interior y Justicia 2013-2015, quien por muchos años fue director de la policía política del Estado —organismo represivo “modelo”— anda recorriendo el país, emulando a Nelson Mandela con su “dialogo y perdón”, sumando quizás a más de un incauto que al parecer han ido enchufándose a “La Matriz”, para olvidar la verdad sobre quienes son aquellos que han protagonizado el capítulo negro de la historia que todos los venezolanos tenemos prohibido olvidar.
Contra el Estado de Derecho han atentado todos aquellos funcionarios del régimen, representantes del ejecutivo, legislativo y judicial que permitieron las reiteradas violaciones a la Constitución y demás leyes de la República, y que por acción u omisión, permitieron la persecución sistemática de una parte de la población, causando división, odio, mortandad, impunidad, discriminación, desmantelamiento de las Instituciones del Estado, fragmentación e ideologización de la Fuerza Armada Nacional y la terrible crisis humanitaria en la que hoy está sumergida Venezuela.
En “La Matriz” chavista-madurista creen que todavía tienen enchufados a sus máquinas a millones de venezolanos sometidos a su “ilusión robolucionaria mal llamada socialismo del siglo XXI”. Es decir, para ellos, los resultados contundentes del 6 de diciembre que le dieron la victoria por paliza a la oposición democrática venezolana fue “virtual”, y siguen comportándose como si aún fueran mayoría. Ciegos y sordos siguen gobernando solo porque el TSJ y la FANB han decidido por ahora prolongar su agonía, siguen manteniendo su actitud amenazadora, escurriendo su responsabilidad sobre las graves investigaciones que han salido a la luz pública sobre lavado de dinero, narcotráfico y corrupción.