Lo que es bueno pa’l bolsillo es malo para el relax ¡Adiós excursiones a Disneyworld!
El machete del camarado Manuel Noriega se pasea por Latinoamérica, porque a la espada de Bolívar le robaron hasta la cacha
O.E.
Se encuentra próxima a su publicación una nueva lista de execrados por las autoridades norteamericanas. Corruptos, compinches del terrorismo yihadista, jueces, fiscales, policías y militarotes violadores de DDHH, sembradores de odio a través del canal de “todos los venezolanos”.
Sin embargo, hace mal el camarada Trump en arrugar la cara. Un bolivariano de pura cepa no se siente castigado por figurar en esos listados.
¿Y qué tenía el camarado Goebbels que no tenga yo?, se preguntaba, jactancioso, retrechero, guapo porque está apoyao por un enjambre de guardanalgas, un “comunicador” rojo, rojito, de esos que les gusta calumniar mujeres de presos políticos, enfermos de cáncer protestones porque no hay medicinas, viejitos irascibles, con dos años sin cobrar sus pensiones. ¡Plomo, carrizo, con esos traidores de la Patria!
Todos los ROBOlucionarios o megaROBOlucionarios por ejemplo. Uno por uno, desde el cobrador de vacuna de la Guardia Nacional, el deshonor es su Divisa, hasta el beneficiario de contratos a deos-daos, en Pdvsa, tienen la certeza que entre los próximos “sancionados” no hay robagallinas, sino cuartobates. De 500 millones de billetes verdes pa’ rriba es el rasero para el ingreso en tan prestigioso club. Ver los suyos, al lado de los nombres y apellidos de los camarados Narcolás, “Audi-La Corniche” Rodríguez, el general Madrino, el afeminado ex de Pdvsa, es un privilegio que no se gana así como así.
Sin embargo, figurar en tal ranking universal tiene sus efectos colaterales. Lo que es bueno pa’l bolsillo o para la rienda suelta a la crueldad, puede ser pernicioso para el relax. Adiós excursiones a Disney y shopping around por los Mayamis bichos. Ni siquiera un toquecito por Aruba. A veces se sufre el llamado “Síndrome de Playa Seca”. ¡Ni a Los Caracas a echarse un chapuzón!, no sea cosa que de las profundidades del mar Caribe, emerja un escuadrón de la DEA y ¡zas!
El machete del camarado Manuel Noriega se pasea por Latinoamérica, porque a la espada de Bolívar le robaron hasta la cacha.
¡Chávez vive y el guiso sigue! Pero al parecer, no por mucho tiempo.