«Nosotros debemos hacer una exportación con uno o dos días de plazo como máximo, y los procesos aquí están durando varios días», dice el presidente de la Asociación Venezolana de Exportadores
Enrique Meléndez
La Asociación Venezolana de Exportadores (AVEX) reporta un pequeño repunte de las exportaciones venezolana, debido a la caída del consumo en el mercado interno, lo cual le ha permitido a algunas empresas colocar sus respectivos productos en el extranjero, como alternativa de venta; aparte de una contracción del Producto Interno Bruto, según el presidente su presidente, el economista Ramón Goyo.
¿Cómo está el comportamiento de la actividad exportadora hoy en día en Venezuela?
– Con respecto a las exportaciones no petroleras en Venezuela para el año 2017 se espera un repunte. Estimamos que este año pudiéramos llegar a los 3 mil millones de dólares, versus 2 mil 140 millones de dólares, que se exportaron en 2016. Este incremento en las exportaciones se debe a dos factores básicos; que son bastante importantes; por una parte a la caída del consumo interno; donde hubo sectores que registraron una caída del 70%; por la otra, a una contracción del Producto Interno Bruto (PIB), que se ha reflejado en la caída de los ingresos; consecuencia, además, de una alta inflación, y que ha incidido en la capacidad de compra del salario.
Esto ha reducido enormemente el mercado; de modo que las exportaciones surgen como una alternativa que tienen las empresas para enfrentar la crisis, y así mantener los niveles de producción, incluso, incrementándose; lo que les permite, además, acceder a un mercado de dólares diferente, y con ello cubrir el componente importado de los productos.
De esta forma se enfrentan al férreo control de cambio, que hay en Venezuela; donde las tasas oficiales de cambio; como es el Dipro y el Dicom se diferencian mucho de las tasas no oficiales; generando grandes distorsiones en el mercado interno; que se convierten también en un factor inseguro para la producción y venta de productos en el mercado local.
En ese sentido, las exportaciones se están planteando como una alternativa que tienen las empresas para enfrentar la coyuntura, y se está trabajando para que formen parte de las estrategias a largo plazo de las empresas.
«Estimamos que este año pudiéramos llegar a los 3 mil millones de dólares, versus 2 mil 140 millones de dólares, que se exportaron en 2016»
¿Cuáles son los países hacia los cuales se está exportando?
– Principalmente, hacia los EEUU, China. Colombia, México, Brasil, Italia, Francia, Chile, entre otros. Por supuesto, EEUU es el principal de nuestros destinos, y hacia donde exportamos materia prima semiprocesada; productos derivados de la industria del acero, petroquímica, y del aluminio. Está llegado a niveles bastante importante las exportaciones de camarones, langostinos, cangrejos, y además de exportaciones agrícolas de frutas como el limón, el mango, la piña y el aguacate.
Así que las exportaciones que van hacia los EEUU cubren un universo bastante importante. China es nuestro segundo mercado, hacia donde exportamos, principalmente, hierro, materia prima sin procesar en un promedio de 70% de esas exportaciones, en general la mayor parte de las exportaciones del país tienen baja manufacturación, no obstante que abarcan un promedio de 85 capítulos de los 96 capítulos que tiene el arancel de aduana. Eso hace muy básico al producto de exportación nuestro; desde el punto de vista de incorporación de tecnología.
Pero en eso nos parecemos un poco al resto de países de la América Latina; que tienen una característica similar; en cuanto a que el peso de las materias primas semiprocesadas es bastante determinante, y es parte del esfuerzo, que están haciendo esos países, para hacer de su fuente exportable un producto más sofisticado; que incorpore más trabajo, más tecnología.
Claro, en el caso de Chile nos encontramos con que la incorporación de la manufactura y con ella la tecnología cubre un 40%; mientras que en el caso nuestro ese nivel es muy inferior; son productos con muy bajo nivel de valor agregado.
«Las exportaciones que van hacia los EEUU cubren un universo bastante importante; China es nuestro segundo mercado»
¿Qué incidencia tiene sobre esta situación el hecho de haber sido expulsados del Mercosur?
– Eso ha generado una gran preocupación, en cuanto a como nos afecta dicha suspensión; la cual se debe fundamentalmente al hecho de que Venezuela incumplió la suscripción del acervo normativo del Mercosur. Tenemos un atraso muy grande en el cumplimiento de dicho acervo, especialmente, el Acuerdo de Complementación Económico numero 18; que norma el comercio en sí.
Sin embargo, nosotros tenemos acuerdos de complementación económica con todos los países miembros del Mercosur. Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, y son acuerdos autónomos, en el sentido, de que funcionan independientemente de si estamos en el Mercosur o no. Incluso, muestra relación comercial, estando en el propio Mercosur, se normaba era por esos acuerdos; como consecuencia, la suspensión de Venezuela del Mercosur desde el punto de vista comercial no nos afecta.
Estos acuerdos implican preferencias arancelarias, es decir, los productos de Venezuela que se venden a esos países entran con cero aranceles y los productos de esos países entran a Venezuela con cero aranceles; con la excepción de sectores como autopartes; que tienen el acuerdo 59 de complementación; que es un acuerdo firmado entre Mercosur y la Comunidad Andina de Naciones; que contempla un régimen de preferencias y desgravámenes totalmente diferente.
Pero en lo que sí pueden estar claro los exportadores es que en nada afecta la exportación de productos hacia esos países la salida nuestra del Mercosur. Mercosur como mercado es básicamente Brasil, hacia donde, históricamente, hemos exportado más del 90% de las exportaciones de este bloque comercial.
Discrecionalidad de los funcionarios
¿Qué ha sucedido con el resto de los países hacia donde exportamos?
– Con relación a los países desarrollados, en el caso concreto de los EEUU, nosotros nos beneficiábamos del sistema general de preferencias arancelarias, y el cual le permite a los países en desarrollo vender los productos en ese país con una reducción del pago de los impuestos y a veces hasta cero, y esa reducción es tan importante que incide en la conformación del precio de una forma tan determinante, que hace más competitivo el producto; sólo que a partir de enero de este año EEUU suspendió a Venezuela del beneficio este sistema de preferencias.
Esto fue como consecuencia de que la Secretaria de Comercio de EEUU, sobre la base de análisis que realizó del comportamiento del PIB en bolívares en el año 2015, lo dividió entre la tasa oficial que había entonces; que era 6.3, y eso le dio un ingreso per cápita del venezolano de 12 mil 800 dólares mensuales; lo cual lo coloca en niveles de ingresos similares a un país desarrollado.
Cuando tú tienes esos niveles de ingresos, no se justifica que los países desarrollados le tengan una preferencia al país en desarrollo; porque son mecanismos que se utilizan con la intención de contribuir con su crecimiento económico. Nosotros como asociación planteamos la necesidad de esa revisión, tanto al Senado, como a la Secretaria de Comercio de EEUU; partiendo del hecho de que los precios petroleros en Venezuela cayeron; de manera que los ingresos per cápita, que teníamos años atrás cayeron bastante, con relación a los que tenemos ahora.
Por la circunstancia de que esa es una realidad tangible, el gobierno norteamericano lo pudiera revisar, sólo que esta preferencia la da a base de acuerdos de gobierno a gobierno, y los gremios empresariales pueden hacer sugerencias, puedan hacer recomendaciones; pero para que se dé un cambio de postura de EEUU es necesario que el gobierno venezolano haga una solicitud formal, y eso nunca sucedió.
Por consiguiente, hoy en día los productos que estamos exportando hacia ese país ingresan con pagos arancelarios. Eso reduce la competitividad de los productos nuestros.
«Los productos que estamos exportando hacia EE.UU. ingresan con pagos arancelarios»
Las exportaciones se han incrementado a pesar de los cuellos de botella, que tiene el hecho de exportar a Venezuela. Uno, por ejemplo, lo constituye el tema de los permisos. El 50% de los productos, que exportamos en Venezuela requieren un permiso de exportación bajo el régimen legal de arancel de aduanas.
Estos son permisos que en el mejor de los casos tienen una duración de seis meses, renovables únicamente al vencimiento. Nosotros hemos planteado la posibilidad de que estos permisos los eliminen, y si no se puede, por lo menos, tengan una validez de un año renovable antes del vencimiento; que permita a la empresa, que está exportando sus productos, hacer una planificación de varios años, contando con que el permiso de exportar sea seguro.
Pero ha sido imposible lograr estos cambios tan importantes para el sector exportador; entendiendo inclusive de que cuando un producto de exportación requiere un permiso para exportarse, ese producto compite con menos oportunidad que productos similares de otros países, es decir, cuando una empresa exporta un producto, que requiere un permiso para exportar, el comprador puede dudar de la capacidad, que tiene el sector exportador de ser un proveedor seguro como consecuencia de que está supeditado a un permiso.
Después tenemos todo el proceso de exportación en sí, que se ha hecho cada vez más engorroso, y ha sido como consecuencia de que aquí todos los países del mundo están digitalizando los procesos; lo cual permite que cualquier operación, en cuanto a documentación y mecanismos de exportación se hagan mediante una computadora que tenga acceso a Internet: una vez que se presenta un documento no se vuelve a presentar.
«La facilitación de la exportación que tiene que ver con la discrecionalidad de los funcionarios»
Aquí en Venezuela hay que llevar varias carpetas para una exportación con diferentes copias, a veces para departamentos de una misma institución; procedimiento que hace costoso, tanto para el exportador, como para el Estado como administrador del proceso. Por eso la digitalización es una necesidad; que es la ventana única de comercio exterior, e incidiría en algo que también es importante que afecta mucho la agilización y la facilitación de la exportación que tiene que ver con la discrecionalidad de los funcionarios.
Esta discrecionalidad lleva a que el funcionario de turno, bien sea de la Guardia Nacional, resguardo aduanero o antidrogas, o del Seniat soliciten documentos, que no corresponden; documentos que pueden incidir o no como un impedimento para sacar la mercancía y eso está sucediendo con frecuencia.
¿Esa mercancía queda decomisada?
– No es decomisada; sin embargo, no se deja salir, y en el peor de los casos, se dilata tanto que se puede perder el barco. Si esta mercancía es perecedera, se puede perder, porque tiene corta vida. Entonces, en los procesos de exportación hay que pensar en el corto plazo, para poder competir con procesos similares con relación al resto del mundo.
Nosotros debemos hacer una exportación con uno o dos días de plazo como máximo, y los procesos aquí están durando varios días. Eso encarece la exportación; se pierde competitividad con nuestra competencia, y ese es uno de los factores que debemos atacar.
«Tenemos un problema de baja generación de divisas»
¿Qué explica la volatilidad que se ha visto del dólar paralelo?
– Hay una que tiene una explicación ya de tipo estructural. Tenemos un problema de baja generación de divisas; como consecuencia de la baja producción petrolera, de los bajos precios; que nos ha llevado a tener ingresos por este concepto muy por debajo de los que tuvimos hace cuatro años atrás y, adicionalmente, tenemos una estructura de vencimiento de deuda, que está muy aplanada en niveles altos para los próximos años, en niveles promedios de los 10 mil millones de dólares.
Este año, por ejemplo, tenemos todavía por cancelar compromisos cercanos a los 4 mil millones de dólares. Las reservas monetarias están por debajo de los 10 mil millones de dólares. Los dólares que generemos en lo que queda de año, y si relacionamos eso con las necesidades de las importaciones, vamos a colocarlas iguales que en el primer semestre del año, eso va a generar un déficit en la balanza de dólares se ha estimado alrededor de unos tres mil millones para el final del año.
Por otro lado, son cuestiones de expectativas; una es lo que ocurrió en julio con la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente; con ese vicio de ilegalidad e ilegitimidad, que los constitucionalistas han señalado; lo cual generó una gran incertidumbre, y eso pudo haber presionado el incremento puntual del dólar, en un salto de los que llaman de canguro; y también el incremento de la liquidez monetaria, a un ritmo de crecimiento semanal de 10% en el mes de julio; que disparó la demanda de dólares.