“No hay forma ni manera de que el oficialismo, en democracia, con un CNE transparente y sin marrullerías, con ese altísimo descontento popular, obtenga más del 80 % de las gobernaciones, no la hay”
Edgardo Agüero Sánchez
Pablo Aure, profesor universitario y secretario de la Universidad de Carabobo (UC), fue uno de los millones de venezolanos que se abstuvo de participar en las elecciones regionales del pasado 15 de Octubre.
Para él, quien también es coordinador general del movimiento Compromiso Ciudadano, en una dictadura como la que vive Venezuela las elecciones no existen, sino negociaciones que benefician al Gobierno.
Cree que la oposición debe reinventarse a partir de los resultados del 15-O. Las 18 gobernaciones que se llevó el Partidos Socialista Unido de Venezuela fueron posibles gracias a un Consejo Nacional Electoral que responde a favor de los intereses de Nicolás Maduro.
Por eso el exdecano de la Facultad de Ciencias Políticas y Jurídicas de la UC llama al CNE “la casa del truco”.
¿Cómo se explica que teniendo un rechazo del 80 %, el gobierno se haya hecho del 80 % de las gobernaciones?
—Eso, por lo menos, es inentendible, y la única explicación es el fraude continuado, porque, ni lógicamente, ni numéricamente puede justificarse en un gobierno con tanto rechazo haya salido victorioso en tantos estados. Eso lo hemos venido denunciando, por eso quienes decidimos no participar en ese proceso electoral no lo hicimos porque no creamos en la institución del voto, al contrario, es porque la respetamos de tal manera que no podemos prestar nuestro voto para vestir de demócrata a un tirano. Eso es lo que se estila o acostumbra en las dictaduras, no hay elecciones, y las hay sólo cuando el dictador decide hacerlas bajo sus condiciones, es decir, siempre y cuando se garantice que va a salir victorioso.
¿Tuvo alguna incidencia la posición abstencionista?
—Nosotros, los que no creemos en este sistema, en este Consejo Nacional Electoral, nos abstuvimos conscientemente, no por indisposición o indiferencia, sino porque nos negamos a convalidar un proceso viciado desde su comienzo. Viciado, primero, por su temporalidad. Era un proceso que debió darse el año pasado; segundo, porque no se dio de la manera como tenía que darse, es decir gobernadores y consejos legislativos; tercero, por las migraciones; cuarto, y esto es algo que hemos venido denunciando, porque desde el año 2004 el CNE está en mora con los partidos políticos en lo que se refiere a la depuración del registro electoral, hacer una verdadera auditoría en un registro electoral que nadie conoce a ciencia cierta qué es lo que hay en esa casa del truco del CNE, con esos listados o ese registro electoral, pero hay algo más importante que no me explico por qué no se ha denunciado con la suficiente vehemencia por la Asamblea Nacional, y lo digo con dolor, porque, fíjese, en los países del primer mundo, desde donde nosotros importamos la tecnología, en esos países hacen las elecciones manualmente. Nosotros, en un país que se está muriendo de hambre y de mengua, donde más de siete millones de hipertensos no son tratados adecuadamente, donde existe un alto porcentaje de desnutrición, donde los niños se mueren en los hospitales porque se contaminan con bacterias, donde los pacientes de cáncer no tienen el tratamiento adecuado, donde existe el mayor índice de muertes violentas, seguimos haciendo las elecciones con maquinitas. Las máquinas, y eso lo sabemos, son instrumentos programables; la trampa no ocurrió el domingo, eso fue un fraude que ya venía montado. El domingo fue el día de la materialización del fraude. Acuérdese lo que dijo la gente de Smarmatic. Todo eso viene gestándose desde el mismo momento en que no se ha renovado el CNE, de manera que allí está la Asamblea Nacional en mora. ¿Por qué se han negado a designar un nuevo CNE? ¿Luego se tienen que exiliar? Pues sí, que los nombren y que se exilien, y se convoquen elecciones en el exilio, porque si la OEA reconoció al TSJ, ¿por qué no va a reconocer al nuevo CNE? Mientras los venezolanos no entendamos que no estamos viviendo en democracia sino que esto se sostiene por golpes de Estado continuados, jamás podremos encontrar la solución. A esos venezolanos honestos y serios que de buena fe salieron a votar, porque piensan que esa es la única herramienta que tienen, y que yo digo que se aferraron más a la fe que a la desconfianza —decisión muy respetable por lo demás— a ellos les decimos: de esto no es posible salir mediante el voto, y no será posible mientras no se logre desinfectar ese CNE contaminado y viciado, depurar el registro electoral. Sino, todo esto seguirá siendo una gran farsa, un gran engaño, una gran estafa, el cultivo de una esperanza sin posibilidad.
“El 15 de Octubre quedó como un momento para reflexionar, un momento para preguntarnos: ¿por qué sigue estando la MUD ahí?”
¿Falló la unidad?
—El 15 de Octubre quedó como un momento para reflexionar, un momento para preguntarnos: ¿por qué sigue estando la MUD ahí? Ahora, si nosotros sabemos que es imposible salir de esto con los votos, ¿por qué está la MUD ahí? Simple y llanamente, y esto hay que decirlo sin medias tintas, porque no hemos sido capaces de sustituirla.
¿No tiene que ver eso con el liderazgo, con la falta de un nuevo liderazgo emergente?
—Tampoco le echemos toda la culpa a la MUD. Buena parte de quienes no estamos de acuerdo con la MUD tenemos también nuestra cuota de responsabilidad. Esto debe servir como un momento de reflexión para impulsar una verdadera oposición, que no sea la que cohabite con el dictador, y aquí hablo de esos que están pendientes de cuotas de poder y de protagonismo. Una MUD que no sea la que negocie con la voluntad de la gente que sale a manifestar, como si eso fuera una mercancía para poder sentarse con la dictadura en una mesa de negociación, en nombre de una mayoría que dicen representar, cuando en realidad no la representan. Esa realidad se materializó el 15 de Octubre y hora quieren achacarle la responsabilidad de no haber logrado más gobernaciones a quienes nos abstuvimos de votar. ¡Falso! Nunca el elector es el responsable de las decisiones electorales. El único responsable es quien dirige en un momento determinado las opciones candidaturales, el único responsable fue el candidato que no convenció, o que a sabiendas de que no podía lograrlo, se metió en ese berenjenal. De manera que es inadmisible que quieran ahora responsabilizar a quienes nos abstuvimos de votar. Tuvo una alta incidencia que los candidatos no ofrecían programas de gobierno, ofrecían simplemente votar contra algo; eso podrías decírselo a quien milite en una agrupación política, pero no se lo puedes decir al ciudadano común. ¿Cómo le pides el voto a una señora enferma, o que no tiene cómo conseguirle comida a sus hijos, que vote para castigar a alguien, o para demostrar que somos mayoría? No, la gente, y eso es histórico, no vota ni siquiera por agradecimiento, bota por una esperanza, por una expectativa. En este proceso se planteó una campaña muy mala. Primero, la campaña se enfiló en contra de las personas que como nosotros no creíamos en ese proceso electoral. Comenzó muy mal con los discursos de Henry Ramos aquí mismo en Valencia, cuando invitó a la gente, al mejor estilo nazi, a que señalaran a aquellos que promovíamos la abstención. Nos señaló como amigos y cooperantes del régimen, soslayando el derecho que tenemos todos a expresar nuestras decisiones libremente. El voto es un derecho político y debe ser respetado para quien lo ejerce y para quien no lo ejerce, porque es también un derecho ciudadano. Es el derecho de abstenerse a participar en un fraude, en una componenda, o en una farsa electoral como fue lo del 15 de Octubre. Y digo más, aquí no debe haber otra elección si antes no se depura el registro electoral, si antes no se nombra un nuevo CNE y si antes no se definen claramente y sin trapacerías las condiciones de transparencia, como lo dice la Constitución, y que el voto se ejerza en libertad.
“No estamos viviendo en democracia; esto se sostiene por golpes de Estado continuados”
¿Ese comportamiento no es el reflejo del desencuentro entre los distintos liderazgos dentro de la MUD?
—Después de los resultados siempre vienen las especulaciones. Aquí en Carabobo se dice que algunos alcaldes opositores no se comportaron como debían con el candidato de la unidad; esos son cuentos de caminos. Aquí, así hubiese estado la oposición sólidamente unida, los resultados estaban cantados, porque, repito, en dictadura no hay elecciones, lo que hay son negociaciones. Podrá haber un parapeto de elecciones, pero esas cinco gobernaciones que se repartieron fue para darle un barniz a la dictadura de una supuesta democracia, porque allí lo que hubo fue un acuerdo o una negociación para mostrar el mapa, a la luz de los organismos internacionales. Decir, miren, aquí la oposición ganó en estas gobernaciones que antes eran del oficialismo, como para decir que se respetan los resultados y que hay una democracia. ¡Falso! Todos estos son movimientos previamente estudiados y desde luego que es altamente sospechoso el resultado. Fíjese lo ocurrido en Bolívar; para muestra, un botón. No hay forma ni manera de que el oficialismo, en democracia, con un CNE transparente y sin marrullerías, con ese altísimo descontento popular, obtenga como obtuvo más del 80 % de las gobernaciones, no la hay. Eso ocurre es cuando se produce un fraude continuado, que es lo que está ocurriendo aquí. Mire, en dictadura lo importante no es cuantos votan, sino el que cuenta los votos.
Resulta fácil sostenerlo, pero no así demostrarlo. ¿Cómo fue el fraude? ¿Dónde estuvo la trampa, si la hubo?
—Hay un referente indiscutible y es que tú tienes unos indicios claros sobre lo que está aconteciendo. Allí está el descontento generalizado entre la población, están las encuestas, está la opinión mayoritaria de la gente. A lo mejor es imposible demostrarlo técnicamente, porque ese tipo de fraude informático está montado con software. ¿Cómo usted demuestra, por ejemplo, que una persona votó diez o veinte veces con distintas identidades, cuando la identidad, lo que es el registro civil, está en manos también del CNE? Ellos tienen la data de todo el país y la tecnología es muy sofisticada. La única manera de saberlo es que cada organización política disponga del registro electoral y eso nadie lo tiene. Fíjate que en las zonas más rurales fue donde hubo menos abstención, y precisamente en esos lugares más alejados de los centros urbanos existen máquinas en donde siempre por lo general votan casi el 100 % de electores. Eso es imposible que ocurra en condiciones de transparencia, de manera que allí nos encontramos con un elemento más del fraude, pero no lo podemos probar, no tenemos acceso a las fuentes. La única manera es comenzar de cero con un nuevo CNE.
“Los que no creemos en este sistema, en este Consejo Nacional Electoral, nos abstuvimos conscientemente, no por indisposición o indiferencia, sino porque nos negamos a convalidar un proceso viciado desde su comienzo”
Ha habido una suerte de estigmatización del diálogo, ¿no le parece?
—Los primeros meses de este año nosotros, me refiero al sector democrático que adversa a este régimen, salíamos todos los días, estábamos dando un mensaje claro a la comunidad internacional y logramos su reconocimiento, pero luego algunos voceros de la oposición comenzaron a reunirse con el régimen. Conversaciones que después no pudieron negar, sino justificar con un supuesto pre acuerdo o pre diálogo o una aproximación, no sé. Ojo, yo no estoy criticando que se pueda dialogar, porque es normal que los adversarios hablen, incluso los enemigos en la guerra. Mao decía que aún con el tronar de los cañones el diálogo no se puede suspender. La cuestión es para qué es el diálogo, qué es lo que se puede dialogar, en nombre de quién se está dialogando. Aquí era claro el mensaje que estábamos dando en la calle: la salida, la renuncia del régimen; queríamos la restauración de un sistema democrático. Jamás se estaba dialogando por unas elecciones regionales y mucho menos parciales. Como decía Unamuno, la opinión de las mayorías siempre es más convincente que la de las minorías. Se hicieron eco algunos medios de comunicación, se volcaron a darle credibilidad a algunos como Henry Ramos, y nos metieron por un callejón. Resultado: retrocedimos. No obstante, Venezuela no se acabó el 15 de Octubre. El gran llamado es a la sensatez, nunca es tarde para que la gente reflexione. Yo creo que aquí lo que tenemos es que ver hacia delante, y el retrovisor solamente tenerlo para evitar cometer los mismos errores. Este no es un problema de partidos o de antipartidos, este es un problema de Venezuela y de los venezolanos, incluso de aquellos a quienes obligan a carnetizarse para obtener una bolsa de comida; es un problema de reinstitucionalización del país. ¿Qué es realmente lo que queremos? ¿Cambiar el gobernador, cambiar el alcalde, o queremos salir de este sistema detestable, empobrecedor y hambreador del pueblo venezolano?
La reinstitucionalización del país
Usted ha hablado de la reinstitucionalización del país. ¿Por dónde se debería comenzar? ¿Qué tratamiento se le daría a la Fuerza Armada, por ejemplo?
—Diagnosticada la situación venezolana, tender los puentes necesarios, sin tener miedo, en el sentido de hablarles claro, no a los capitostes de la Fuerza Armada, sino a todos sus integrantes, porque allí hay gente cuyos familiares están pasando hambre igual que la mayoría de la población. Aquellos que hayan cometido faltas o delitos menores dentro de la institución, que tengan alguna garantía de que no se va a tomar retaliaciones en su contra y que se apliquen las sanciones de acuerdo al reglamento disciplinario de la institución militar. Ahora, al que se le demuestre participación al frente de delitos mayores tendrá un tratamiento distinto. Lo peor que pudo haber ocurrido en la política es haber incluido al sector militar en los asuntos del Estado. Ellos tienen un rol muy específico en lo referido a lo esencialmente militar. Así como a los curas no se les permite ser candidatos utilizando la palabra de Dios, imagínese lo ventajoso que es utilizando los cañones, los fusiles, las granadas, los aviones, que después de todo están ahí es para la defensa de la patria.