Hasta la fecha PDVSA y la República tienen nueve pagos atrasados con acreedores internacionales, señala el exdirector de Planificación Financiera, Gilberto Morillo
Enrique Meléndez
El experto financiero Gilberto Morillo, exgerente de planificación financiera de Pdvsa, afirma que a la situación muy difícil por la que atraviesa la estatal petrolera, se le agrega que ha sido nombrada una junta directiva de dudosa experticia y capacidad gerencial. De modo que las preocupaciones en el mundo de los inversionistas aumentan, y eso pudiera afectar negativamente cualquier operación de refinanciamiento.
¿Cómo está la situación de Pdvsa y de la República, en lo que atañe al pago de los bonos de la deuda externa?
—La situación desde el mes de octubre se encuentra en que había que hacer un pago del bono de la Electricidad de Caracas. No se hizo ese pago del 10 de octubre. Después vinieron otros pagos de Pdvsa el 12 y después han venido otros pagos de la República, y hasta ahora no se han hecho ninguno de estos pagos, de modo que a esta altura hay unos nueve pagos que están retrasados.
El Gobierno dice que ha pagado, que el dinero ha sido enviado, sólo que los bancos están saboteando jugando a la operación morrocoy, algo así, y que por eso el dinero no ha sido entregado. Pero digamos, hasta el día 30 de noviembre, no se han visto los pagos de los intereses. Esos intereses tienen un período de gracia de 30 días, y eso nos colocaría en las puertas de un “default”.
¿Qué posibilidades hay para que Venezuela llegue a un acuerdo con los tenedores de bonos, a través de una renegociación?
—Ese es un proceso muy complejo, como se ha visto lo que ha ocurrido con otros países. No es imposible de hacer. Pero toma tiempo y, entre tanto, el país se paraliza. Se trata de un proceso muy largo que todo el mundo quiere evitar. La mayoría de los inversionistas han dado muestras de querer esperar, partiendo del hecho de que Pdvsa dice que ya mandó el dinero, lo mismo que la República; de modo que habría que esperar a que el dinero ya comience a aparecer en las cuentas.
«Intereses tienen un período de gracia de 30 días, y eso nos colocaría en las puertas de un ‘default'»
¿Qué sucedería si eso no se cumple, que es falso lo que dice Pdvsa?
—Si, por ejemplo, Pdvsa alega que no tiene dinero o que no quiere pagar, cualquiera de las dos es válida para declarar un default. De modo que le pueden embargar sus activos, sus cuentas, los embarques, sería una situación muy compleja para Pdvsa. El presidente de Pdvsa acaba de declarar que ellos han cumplido con todo y que están mandando el dinero.
¿Hay pagos pendientes para el resto del año?
—Sí, todavía quedan dos pagos. Claro, desde el mes de octubre hay pagos que están pendientes. Incluso, para estos días están pendientes unos pagos, pero, repito, no ha caído nada en las cuentas de los inversionistas.
¿También hay compromisos que honrar en 2018? ¿Cuánto se pagaría?
—El año que viene se va a pagar un monto similar al de este año, quizás un poco menor, pero sí son alrededor de 9 mil millones de dólares, y que serían unos 3 mil millones de dólares de Pdvsa y unos 6 mil millones de dólares de la República. Yo creo que, al igual que este año, la cosa va a estar muy apretada para honrar los pagos. Es verdad que los precios del petróleo han subido, pero la producción ha bajado. De modo que pudiera hacerse un pago, pero no quedaría mucho dinero para después.
«Hasta la fecha PDVSA y la República tienen nueve pagos atrasados con acreedores internacionales»
¿Qué opina usted de la situación por la que atraviesa Pdvsa?
—Pdvsa está en una situación bastante compleja, con una disminución de la producción, con muchas de las plantas de las refinerías cerradas, hay que importar algunos componentes para poder refinar la gasolina. No se están produciendo algunos de los aceites lubricantes; hay que importarlos. No tiene divisas. Está confrontando algunas sanciones que te impiden pagarle a los proveedores.
Pdvsa está en una situación difícil, y encima de esto le quitas la gerencia, tanto de Pdvsa, como de Citgo, que en su mayoría eran personas habían hecho carrera en la industria petrolera. No eran los más brillantes, pero, por lo menos, tenían tres o cuatro décadas allí, y tenían un mayor conocimiento del manejo de la industria. Ahora son sustituidos por militares o activistas políticos, de modo que se trata de un reto el hecho de que Pdvsa pueda seguir funcionando con esa declinación y con ese cambio de gerencia tan extraño
Peleas internas de los grupos del Gobierno en Pdvsa
Ha sido muy criticado el hecho del nombramiento del general de la Guardia Nacional Manuel Quevedo como presidente de Pdvsa. ¿Qué piensa usted?
—La verdad es que en la comunidad de inversionistas en la que uno se mueve, hay mucha preocupación. Se trata de una empresa que está muy atrasada en los pagos, no sólo a los proveedores, sino también a los tenedores de bonos. De modo que se trata de una empresa con problemas, y le pones una gerencia de dudosa experticia y capacidad, las preocupaciones aumentan, y eso pudiera afectar negativamente cualquier operación de refinanciamiento. De modo que para Quevedo es un reto tratar de mantener adelante una empresa con tantos problemas.
¿La salida de la antigua junta directiva es una consecuencia de qué? ¿Guerra interna entre los factores de poder?
—Bueno, es muy difícil saber lo que sucede en ese mundo oficialista, pero de todos modos de que ha habido corrupción, eso siempre se ha escuchado, pagos a nivel de todos los contratos. Ese flagelo no es nada nuevo en nuestra industria, pero pareciera que la motivación de ahora es estrictamente política. Aunque las razones existan, parecen peleas internas políticas de los grupos del Gobierno, que estarían propiciando este cambio ahora.
¿Usted cree que las sanciones del presidente Trump han influido en esta situación de impagos en la que encuentra Pdvsa?
—Sí, definitivamente influye, porque hay muchos bancos que se han abstenido de operar con Pdvsa y con la República, y eso dificulta la operatividad financiera. Digamos que las sanciones no implican que ningún banco pueda trabajar con Pdvsa y con la República. Las sanciones son para impedir emitir nueva deuda en EEUU, sólo que hay muchos bancos que se sienten incómodos de trabajar con empresas y países que están sancionados, y entonces prefieren retirarse.
Hay ver cuál va a ser la reacción de los inversionistas, si se mantienen pacientes, como hasta ahora, o si proceden con las acciones judiciales, lo cual sería bastante catastrófico. El país se vería mucho más bloqueado.
«Las sanciones son para impedir emitir nueva deuda en EEUU, sólo que hay muchos bancos que se sienten incómodos de trabajar con empresas y países que están sancionados»
¿Qué piensa usted de la volatilidad del dólar paralelo, que ha tocado máximos históricos, colocándose en 103.000 bolívares?
—Eso es una consecuencia de la escasez de divisas. Algunas divisas se entregaban por el Dicom, y eso aliviaba un poco la parte de las importaciones, pero esas subastas se han cerrado. El Gobierno alega que algunos bancos están saboteando las subastas, ya que no las quieren hacer. Quizás tenga razón el Gobierno, en el sentido de que algunos bancos ya no quieren, y eso puede afectar la operatividad. La situación es que hay menos divisas para los importadores de modo que las importaciones se tienen que hacer con un dólar que se consigue a cualquier precio.