Las escuelas intentan resolver los problemas del sistema escolar aliándose con las comunidades, padres hacen las veces de maestros, vecinos reparan neveras dañadas para mantener a los niños alimentados y maestros hacen vacas para pagar transportes
Mónica Duarte
A seis meses de haber comenzado el año escolar las aulas parecen vaciarse cada semana, la deserción escolar y el ausentismo intermitente amenazan el derecho a la educación de 250 mil a 2 millones de estudiantes, según distintos estudios independientes. Pero si comparan la cantidad de inscritos en el último periodo escolar con años anteriores que reflejan los anuncios oficiales la situación tampoco es mejor. De acuerdo a los números de Luis Bravo Jáuregui, coordinador de la Memoria Educativa de Venezuela que evalúa la matrícula estudiantil nacional, al menos unos 251 mil 180 niños habrían abandonado los salones venezolanos.
Sin embargo, estas cuentas no son concluyentes ni definitivas, pues ni siquiera el Ministerio de Educación ha logrado recabar todos los datos del año escolar 2016-2017, explica Olga Ramos, educadora del Observatorio Educativo de Venezuela. Mientras tanto, comenta la también miembro de la Asociación Civil Asamblea de Educación, la asistencia se ve mermada de una manera distinta: los alumnos siguen dentro del sistema escolar pero van de forma muy irregular y esporádica.
Este ausentismo que preocupa a Ramos ya lo reflejaba la última Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi 2017) realizada por las universidades Central de Venezuela, Católica Andrés Bello y Simón Bolívar. Según sus datos al menos un 39 % de los 7 millones 330 mil alumnos venezolanos asisten a clases de forma irregular porque deben sortear problemas estructurales.
«Los alumnos siguen dentro del sistema escolar pero van de forma muy irregular y esporádica»
De estos 2 millones 829 mil estudiantes inasistentes que refleja la encuesta, un 19 % lo hace por fallos en el servicio de agua, 11 % por apagones en la comunidad y 12 % por falta de comida en el hogar. Pero esta última cifra aumenta si se toma en cuenta sólo la población más pobre, en este sector tres de cuatro niños faltan a clases por no tener qué comer. Datos similares maneja el presidente del Colegio de Profesores del estado Táchira, Javier Tarazona, quien ubica los niveles de inasistencia sobre el 43 % a nivel nacional, mientras que la deserción escolar alcanzaría el 78 %.
Pero otro problema preocupa a Olga Ramos y es la ausencia de profesores que entre dificultades económicas optan también por asistir menos días a las escuelas o por irse del país. Esta migración, denuncia Ramos, obliga a las escuelas a recurrir a padres que puedan suplir las funciones de enseñanzas. “Estos factores comprometen la calidad educativa. Se está estafando a los estudiantes pues se les da un certificado sin haber prendido lo que deberían aprender”, manifiesta.
Educación incompleta
¿Cuál es la diferencia entre deserción escolar e inasistencia?
-Cuando un niño se va del sistema educativo y no regresa es lo que tradicionalmente se llama deserción. No es lo mismo un niño que se va del país y deja de estudiar en Venezuela y comienza a estudiar en Colombia o Perú a un niño que se va y no estudia más, que sale y se dedica a trabajar o no hace nada porque es muy pequeño. Todo esto ocurre cuando el niño no tiene opciones para reingresar al sistema educativo y no vuelve a estudiar. Otra cosa muy distinta es el niño que no va hoy porque no tiene para comer o para pagar el pasaje y sí va mañana pero no va pasado ni el lunes ni el martes. Están dejando de asistir con mucha frecuencia niños a las escuelas una o más veces a la semana. Es distinto técnicamente porque siguen inscrito en la educación pero el proceso no está teniendo los resultados que debería tener que es que el niño aprenda. Y así es imposible mantener la continuidad del procesos educativo porque ¿cómo garantiza un maestro que todos tengan la misma oportunidad de aprender si no se puede tener una planificación que pueda atender a esa irregularidad de asistencia? Esto es una complicación adicional, porque el maestro debe buscar cómo programar a una diversidad de asistencia tan grande.
¿En que se traduce esto?
-Lo que pasa en esos casos es que hay menor calidad en los aprendizajes porque los niños no tienen el mismo tiempo para aprender lo que tenían que aprender porque es intermitente el proceso. También es irregular en términos de que unos pueden estar unos días y otros no, pero además porque el tiempo es finito y hay cosas que no se van a aprender.
«Los niños no tienen el mismo tiempo para aprender lo que tenían que aprender porque es intermitente el proceso»
Niños expuestos a mafias
¿Y qué pasa con los niños que quedan excluidos por completo del sistema escolar? ¿Dónde están?
-Tú sales a la calle y ves muchos niños, eso ya te hace pensar que el niño que ves en un semáforo a las 10 de la mañana pidiendo, no está en la escuela, está fuera del sistema. Estos niños están sometidos en algunos casos a mafias de indigencia, gente que los usa para pedir, otros que sin las mafias se van por su cuenta a mendigar. Hay casos también de niños que están trabajando y es ilegal su trabajo, hay ya denuncias de niños de ocho años trabajando en el metro al parecer incorporados por el Plan Chamba Juvenil. Y también hay pequeños están siendo sujetos de abuso de las mafias de delincuencia que presionan a niños para incorporarlos a las bandas. Los que más suerte tendrán son los que se quedan en su casa con algún familiar y que pueden evitar estar expuestos a estas violaciones a sus derechos. Pero hay otro grupo más que ayuda a su familia a buscar comida en la basura o los que los acompañan a hacer cola para comprar alimentos.
¿Qué les espera a estos niños fuera de las aulas? ¿Cuáles son los peligros de la deserción escolar?
-El peligro comienza en el corto plazo con la desestructuración de las actividades, cuando se va a clases se tiene un día estructurado y una serie de actividades que le dan sentido a la vida, pero cuando no se va esa desestructuración impacta. Lo segundo es que no vas a tener nunca la posibilidad de desarrollar los conocimientos que requieres para la vida en general, ni intelectual, físico, emocional o ciudadano. No vas a poder hacer el 80 % de las cosas que requiere alfabetización en el futuro. Un muchacho que se retira antes de haber concluido la primaria tendrá problemas para ir al médico y leer sus exámenes, para ir al banco y manejar una cuenta. Se les está truncando el futuro pero también se les trunca el presente, un niño tiene derecho no solo a estudiar sino a jugar, a disfrutar de la vida y a comer bien y todos esos derechos están restringidos hoy.
«Hay pequeños están siendo sujetos de abuso de las mafias de delincuencia que presionan a niños para incorporarlos a las bandas. Los que más suerte tendrán son los que se quedan en su casa con algún familiar»
¿Y la escuela sí está protegiendo esos derechos de los niños y niñas?
-El problema es que hoy en día el niño está incluso expuesto a problemas al estudiar. Por ejemplo, la inseguridad, cuando roban el PAE y al día siguiente no tienen qué comer en las escuelas, o el niño que debe ir caminando a clases porque no tiene el efectivo para el transporte público y ve a unos familiares o vecinos hurgando en la basura. Todo ese tipo de cosas genera impacto y si no se atienden pueden generar traumas difíciles de superar a largo plazo más allá de la situación del país.
Robos al PAE
¿Qué capacidad de respuesta tiene el sistema escolar para solucionar el ausentismo? ¿Qué está pasando con el PAE (Programa de Alimentación Escolar) que mantenía a muchos estudiantes dentro de las escuelas?
-La falta de PAE se viene arrastrando desde hace mucho tiempo pero ahora tiene dos caras, que los niños no cumplen con la jornada completa porque se les envía temprano a la casa y que las familias no los están mandarlos porque no tiene con qué comida enviarlos. El punto está que el suministro de alimentos como insumos del PAE se comenzó a hacer más irregular cuando comenzó la escasez hace unos años pero eso se ha mezclado con un problema de gestión. Además, al principio los robos en las escuelas eran esporádicos y en vacaciones, luego comenzaron a ser los fines de semana, se llavaban computadoras y material eléctrico pero ahora también se roban comidas. Ya se ven casos de robos en pleno día para sustraer los alimentos con los que los niños se supone deben comer.
¿Y qué está ocurriendo? ¿Se quedan sin comida las escuelas o existen alternativas?
-Hay costos adicionales que tienen que cubrir las escuelas sin presupuesto. Por ejemplo, cuando se daña una nevera, no hay gas para cocinar o el grupo de alimentos del PAE no tiene proteínas animales, no hay resolución ni atención por parte del Ministerio de Educación. Lo que ocurre entonces es que las escuelas deben resolver con su comunidad. Un caso recurrente es que cada vez que hay que buscar alimentos se hace una vaca con los maestros para pagar el transporte desde el Mercal o se usa un carro de un directivo. Lo mismo ocurre cuando se daña algo, si un vecino sabe repararlo se busca sino se hace una vaca para poder comprar el repuesto.
«Se ven casos de robos en pleno día para sustraer los alimentos con los que los niños se supone deben comer»
Clases sin maestros
Las aulas también se están quedando vacías por la migración de alumnos y docentes ¿Cómo impacta este fenómenos nuestros sistema escolar?
-Sí, en algunos casos las aulas están vacías porque la escuela no tiene maestros porque ellos también están emigrando y la escuela no tiene la capacidad de sustituirlos. En muchos casos se está recurriendo a padres o personas que puedan ir mientras tanto y eso baja la calidad de la educación que se tenía de un solo plumazo.
Hay además una propuesta en el estado Bolívar de reducir las horas y días de clases para que los maestros puedan conseguir otros trabajos…
– Yo entiendo a los docentes. Hoy en día los maestros están pagando por dar clases más de lo que ganan. Sin embargo, hay que tener cuidado con estas medidas si no se complementan con un sustituto coordinado con el maestro principal y esto es algo muy engorroso. Sería una forma de sincerar que los maestros no están yendo tampoco todos los días pero no es una solución, es un diseño poco responsable, no hay garantía de que esto no pueda ser peor para los niños porque ¿qué pasa con el resto del tiempo? ¿cómo se garantiza que se siga aprendiendo?