Se trata de errores deliberados que fueron plantados allí para empantanar una confrontación con el régimen cuya esencia debe ser política y no jurídica
Humberto González Briceño
Una vez más en un acostumbrado acto de malabarismo político la MUD y la AN hacen de la mentira y el engaño su firma. Pretenden hacerle creer a la gente que por obra de un milagro de la política la oposición votó unida para aprobar el ansiado antejuicio de mérito que sacaría del poder a Nicolás Maduro.
Sin embargo, una lectura cuidadosa de la agenda de la sesión en la cual supuestamente se discutiría el punto revela otra cosa. “Único: Consideración de la solicitud de autorización para continuar el proceso al Ciudadano Nicolás Maduro Moros.” No habla de antejuicio de mérito y ni siquiera menciona al TSJ quien lleva el proceso. Pero hay más.
En la celebrada decisión de la AN se ordena, en forma ambigua, continuar el proceso judicial contra Nicolás Maduro, nuevamente sin referirse al proceso como lo que jurídicamente es, un antejuicio de mérito. Y en lugar de reconocer la solicitud emanada del TSJ como órgano del poder judicial la reduce a una tomada por los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia.
Estas no son nimiedades jurídicas. Se trata de errores deliberados que fueron plantados allí para empantanar una confrontación con el régimen cuya esencia debe ser política y no jurídica. Una vez más la falsa oposición le hace el juego a la legalidad del estado chavista para sembrar confusión y desesperanza.
EL TSJ en el exilio pidió autorización para proseguir el antejuicio de mérito contra Nicolás Maduro. El pie de página revela que la AN aprobó otra cosa. Con razón hasta los diputados de Leocenis García votaron con las dos manos.