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Se nos fue Cecilia, dejó atrás a una Venezuela distinta al país optimista en el cual crecimos los de nuestra generación
Domingo Alberto Rangel Mantilla
Con mucho sentimiento y el pozo del dolor seco de llanto comienzo estás líneas recordando a Cecilia Contreras con quien compartí los últimos 20 años de mi vida. La Ceci se nos fue y merced al apoyo de un noble hijo emigrado a Chile se consiguieron medicinas y calmantes. No sufrió “mucho” y dejó atrás un mundo desolado, igual en algunos aspectos, pero distinto a la Venezuela optimista en la cual crecimos los de nuestra generación.
En eso de “no volverán” tienen razón los chavistas cuando mesmerizados repiten algo que ni siquiera compren pero hasta aquí llego con mis cosas personales esperando que no aparezca alguien diciendo que uno se pasó al oficialismo por recordar lo que es obvio.
Ese mantra del “no volverán” encubre una mentira: El mundillo de la politiquería del presente es parte de ese pasado imposible salvo tras décadas de trabajo serio, duro y consistente que no lo garantiza ninguno de los candidatos.
Con quien aspira la reelección no pierdo tiempo porque aun aceptando la tesis de “la guerra económica”… vistos los resultados adversos y catastróficos bien recibido sea el cambio.
El problema o parte del mismo son los otros: Un Falcón demagogo, que se enriqueció grotescamente cuando fue alcalde y gobernador. Rodeado de náufragos del Puntofijismo que no han cambiado ni en la manera de vestir. Sin olvidar al inefable Semtei, pregón de encuestas mentirosas como aquellas que en Lara daban ganador al ex gobernador. Más otras aves de rapiña aspirando manejar las finanzas… simplemente no debe ganar.
No lo hará de todas maneras cuando no ha podido hacer un solo acto de masas y tampoco tiene testigos para las mesas.
Y el pastor Bertucci tampoco debe llegar a Miraflores: No solo porque adolece de los males de Falcón sino por haber sido pillado bachaqueando hacia el Caribe el diesel que el gobierno bolivariano vende regalado… para mantener el negocio de mafias de militares y de civiles, unos chavistas, otros no, que son beneficiarios de las políticas bolivarianas.
Los otros no cuentan y más pintoresco habría sido si el CNE hubiese conseguido un brujo o una puta que aspirara a la Presidencia… total.
Total que un elector patriota, decente y nada dispuesto a convalidar vagabunderías debería presentarse a votar… dejar que pase el tiempo… y anular su voto… contra todos estos delincuentes.
