Omar Hassan Ahmad Al-Bashir (1944) se desempeñó como el séptimo presidente de Sudán desde 1989 hasta 2019.
Desde el año 2009 tiene orden de captura por parte de la Corte Penal Internacional, por la comisión de crímenes de lesa humanidad. Fue depuesto por el pueblo en la calle, con apoyo de la Fuerza Armada.
En sus 30 años de desgobernante, Al Bashir, partió en pedazos, Sudan – la Robolución ha destripado Venezuela en diez años menos. Urge echar al usurpador para detener su carrera loca.
Inicialmente, el tirano sudanés dividió a Sudan en dos. Sudán y Sudan del Sur. Pero más adelante, les cedió provincias y municipalidades, a la guerrilla musulmana y al hampa de cualquier pelaje. Igual que, aquí, con el Arco Minero. Cuando Al Bashir y Chávez se conocieron en una de las francachelas que organizaba Muamar el Gadafi en Trípoli, fue amor a primera vista. De inmediato, el narcogángster bolivariano, lo invitó oficialmente a Caracas. Pero Al Bashir, ya tenía años, con una orden de captura internacional por genocida. Una travesía aérea tan larga lo arriesgaba a ser interceptado por los Harrier o los Mirage, de la OTAN. Fue derrocado el jueves 11 de abril por el ejército, tras una inédita protesta popular que pone fin a 30 años de gobierno. La movilización de miles de sudaneses, desencadenada por la decisión del gobierno de aumentar el precio del pan el 19 de diciembre en un país en plena crisis económica, constituyó el mayor desafío desde su llegada al poder. Decretó el estado de urgencia el 22 de febrero tras intentar reprimir el movimiento de protestas. La magnitud de la protesta bajó, pero volvió a cobrar fuerza el 6 de abril, cuando una muchedumbre se congregó ante el Cuartel general del ejército en Jartum para pedir apoyo a los militares. Miles de manifestantes acamparon día y noche durante seis días frente a la sede del ejército, que destituyó a Bashir el jueves.