En la negociación, de espaldas al país, se estudia la figura del «renting» o «leasing», como paso previo
Luis Felipe Colina
La petrolera estatal rusa Rosneft tienen en su poder el 49% de las
acciones de Citgo, filial de Pdvsa en Estados Unidos y ahora va
por la casa matriz.
Es la forma expedita del Kremlin de asegurarse la inmensa deuda contraída por el difunto Chávez y su sucesor, Nicolás Maduro, a lo largo de veinte años. Los rusos quieren a Pdvsa, pero saneada, especialmente en lo que se refiere a personal. Aspiran recibir el principal activo del Estado venezolano solo con veinte mil trabajadores.
La ilegítima Asamblea Constituyente que preside el teniente Cabello,
actuando por encima de la Asamblea Nacional y de la
Constitución, dio el primer paso la semana pasada al aprobar un
írrito “protocolo” mediante el cual se le exonera de impuestos a
la petrolera rusa Rosneft, incluyendo impuestos al valor
agregado y también de los impuestos a las exportaciones, es
decir condiciones más desfavorables para el Estado venezolano
que las que existía con las transnacionales norteamericanas,
ante de la nacionalización del petróleo, en el año 1975. “Lo que
se plantea en este protocolo es que incorporaremos estímulos”,
expuso en la ANC Jesús Faría Tortoza, hermano del embajador
de la dictadura en Moscú, Carlos Faría Tortoza, hijos del difunto
Jesús Faría (PCV), el venezolano que más viajó a Rusia, record
solo superado ahora por sus herederos.
Entre otros beneficios, el régimen de Maduro le ha entregado también a Rosneft 180.000 millones de metros cúbicos, de las reservas de gas, en condiciones totalmente perjudiciales para la nación.
“Rusia ha jugado un papel crucial en la defensa de la paz, soberanía y
democracia venezolana, su cooperación va desde lo militar,
pasando por lo político, cultural, científico y económico”, ha
dicho el pro-moscovita Faría al justificar la vergonzosa entrega a
los rusos, quienes desde el pasado mes de agosto inspeccionan
todos los activos e instalaciones de la estatal petrolera
venezolana, para determinar su situación real.
Se estudia la figura muy capitalista del “renting”, “leasing” o
arrendamiento financiero, mediante el cual se traspasa a Rosneft
el derecho a operar Pdvsa, a cambio del “pago” de una renta o
arrendamiento durante los próximos dos años, al término del
cual la petrolera rusa tiene la opción de “comprar”, pagando un
determinado precio, del cual puede descontar las deudas pre
existentes entre ambas partes.
Aún falta por decidir si la entrega se hará de manera parcial, iniciando con las refinerías de Paraguaná, El Palito y Jose, o si trata del negocio completo.