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ANDRÉS CALDERA: “No estamos en un estado de derecho”

“El objetivo principal con la Constituyente de 1999 fue eliminar la prohibición de la reelección y quitarle el apoliticismo a las Fuerzas Armadas, poner todo eso en manos del presidente. Por ahí comenzó el proyecto de destrucción”, sostiene Caldera

Enrique Meléndez

         Andrés Caldera Pietri (Caracas, 1954) afirma que nunca llevó trato con Hugo Chávez, salvo una vez que se fue a entrevistar con él en el Hospital Militar, a nombre de su padre, el entonces presidente Rafael Caldera, y que, por el contrario, lo que tuvo fue un enfrentamiento público con él; a propósito de una alusión, que le hizo a le hizo con el supuesto “pimentón”,

“Esa fue una mentira esa fabricada; que me hicieron a raíz de mi actuación en el ministerio. Le respondí públicamente en una carta, que nunca me contestó, pidiendo que aclarara a qué se refería, exactamente”, dice el ex ministro de la Secretaría de la Presidencia, dedicado hoy a la Fundación Tomás Liscano.

         ¿Le empedró el camino Rafael Caldera a Chávez, para que llegara a la presidencia de la República?

         -Eso es falso. Eso ha sido una conseja, que ha tratado de convertir a Rafael Caldera como el chivo expiatorio de todo lo que ha ocurrido en el país a partir del año 1999, desde la elección de Hugo Chávez, y yo digo que el error, no sólo estuvo en elegir a Hugo Chávez presidente, sino haberle permitido violar el orden constitucional que estaba establecido desde 1961, con su Constituyente.

         -Porque, si Chávez hubiera sido electo y hubiera gobernado con el Congreso, que fue elegido en noviembre de 1998, él hubiera tenido que gobernar en minoría, como le tocó a Caldera gobernar las dos veces, que fue presidente. Hubiera tenido que dialogar y negociar con el Congreso. Hubiera tenido los contrapesos normales de una democracia, y no es que hubiera, con el cuento de que iba a refundar la República, podido cambiar todo; desde la bandera nacional y el escudo, hasta el nombre del país, y comenzar su proyecto de la destrucción de la democracia; desde la misma democracia.

         -Porque el objetivo principal con la Constituyente de 1999 fue eliminar la prohibición de la reelección; fue quitarle el apoliticismo a las fuerzas armadas y el control, que tenía el Senado de los ascensos militares. Poner todo eso en manos del presidente. Por ahí comenzó el proyecto de destrucción. Si Chávez hubiera gobernado de acuerdo a la Constitución de 1961, hubiera tenido que gobernar los cinco años, y hubiera tenido que entregar la presidencia. Pero, además, hubiera tenido los controles que, normalmente, se producen en una democracia.

         -A Caldera lo que le adjudican es el hecho de haberle dado libertad a Chávez, y yo repito una y otra vez: le dio la libertad, pero no lo hizo presidente. Chávez salió de la cárcel y no encabezó las encuestas. Chávez estuvo en 4% en las encuestas hasta 1997; en momentos en que Irene Sáez era la que las encabezaba, ampliamente, desde hacía tres años. Sectores muy poderosos del país: financiera y comunicacionalmente lo convirtieron en su candidato en el año 1998, y lo llevaron a la presidencia de la República.

         -Ahora, cuando se analiza el proceso… Porque, históricamente, es muy fácil para la gente decir, se ha debido hacer esto, y se ha debido hacer aquello; visto a posteriori. La historia hay que analizarla, poniéndose en la situación; en la que se encontraba, y en que se tomó la decisión en ese momento. La pacificación militar se inicia con el propio Carlos Andrés Pérez; que es la víctima de los alzamientos de 1992.

         –Al primer mes del 4 de febrero de ese año el propio presidente Pérez lleva a cabo los primeros sobreseimientos a los militares alzados ese día, y el presidente Pérez reincorpora un número importantísimo de esos oficiales a las fuerzas armadas, sin ninguna sanción. Porque la situación de las fuerzas armadas en ese momento era muy grave. Estaban fracturadas. Eran más de 700 oficiales entre capitanes, mayores, tenientes coroneles, que se habían alzado, y tenían mucha simpatía en las fuerzas armadas; porque su reclamo no era solamente político. Era también interno. Era de protesta dentro de las propias fuerzas armadas.

         –El presidente Ramón J. Velásquez continúa la política de sobreseimiento, y fíjese que el presidente Velásquez en el período que gobierna, está en una época de mucha inestabilidad militar. Era uno de los signos. Si se revisa bien la línea editorial de los medios de comunicación para entonces, una de las angustias del presidente Velásquez era esa inestabilidad.

         -Cuando Caldera llega a la presidencia quienes están presos son los líderes de la asonada, y todo el país pedía su liberación; comenzando por la Conferencia Episcopal. Tanto Andrés Velásquez, como Claudio Fermín, Oswaldo Alvarez Paz habían anunciado su liberación. El único que no había dicho nada era Caldera en esa campaña de 1993, y esto porque había sido comandante en jefe de las fuerzas armadas, y sabía lo delicado del tema. Pero hasta el propio presidente Luis Herrera Campins había dicho públicamente que debía soltárseles, para que participaran en las elecciones regionales de 1995.

         -De manera que toma posesión Caldera, e introduce una Ley de Amnistía, que iba a ser aprobada con toda seguridad por el entonces Congreso. Caldera toma la decisión de dar el sobreseimiento, pero les pone como condición que pidan de baja, antes de darle esa medida de gracia. Porque era un proceso con miras, fundamentalmente, a las fuerzas armadas: usted quiere hacer política, entonces usted se me va a la calle; pero usted no me va a hacer política dentro de las fuerzas armadas.

         –Hugo Chávez era en lo esencial un militar, y su proyecto era el de tomar el poder desde el lenguaje de las armas. No del sector democrático, y eso está comprobado. Dicho por él, publicado, incluso, durante tres años; cuando todavía no creía en las vías democráticas; tanto es así que en 1995; con ocasión de la elección regional, donde su compañero Francisco Arias Cárdenas participa en ese evento como candidato a la gobernación del Zulia, él predica la abstención.

         –El proyecto político de Chávez se viene a convertir en electoral ya en el año 97; cuando decide irse por esa vía. Ahora, ¿cómo se puede atar el hecho del sobreseimiento, para la libertad del Chávez, con el hecho de que hubiera sido electo presidente en 1998? Repito, si Chávez hubiera salido a encabezar las encuestas, y hubiera ganado cinco años después, a lo mejor tú dices qué imprudencia haberlo soltado. Pero no fue así. La historia es que lo que tenía era el 4% en las encuestas; testimoniado por los periodistas, que cubrían la fuente de las calles, y quienes decían: Chávez anda con cuatro pelagatos.

         -Dicho por el propio Nicolás Maduro, en la oportunidad del anuncio del apoyo del Partido Comunista a su candidatura en las elecciones de 2013; cuando entonces les reconoce que ellos fueron los primeros en apoyar al comandante Chávez, cuando éste apenas tenía 4% en las encuestas.

         -Ahora, la gente se hace fantasías, y se pregunta: por qué no lo inhabilitó. Claro, porque ahora inhabilitan a cualquier adversario político; para sacarlo de la carrera; cuando entonces eso constitucionalmente era imposible. El presidente no tenía facultades para inhabilitar a nadie. La única manera de inhabilitarlo, era haberle hecho un juicio, que lo hubiera condenado, y durante el tiempo de la condena, existía como pena accesoria la inhabilitación.

         -Porque cuando tú indultas, y quitas la pena principal, que es la cárcel, quitas la pena accesoria, que es la inhabilitación política. Además, aquí yo me pregunto: por qué Carlos Andrés Pérez, que estuvo durante un año y pico todavía como jefe de Estado, después del 4 de febrero de 1992, habiendo sido víctima del atentado, y de haber estado confeso públicamente Chávez de ser el responsable del alzamiento, no logró que lo condenaran. Porque tenían una simpatía muy grande dentro de las fuerzas armadas. y no se conseguían jueces, para que lo condenaran.

-Pero la gente se hace fantasía. Como han llegado a decir que Caldera era padrino de Chávez; cuando Hugo de los Reyes, el padre de Chávez era perezjimenizta. Firmó el Libro de Oro de Pérez Jiménez en el año 1954; coincidiendo con el nacimiento de Hugo Chávez. ¡Qué iba a ser compadre de Caldera!

         -Después Hugo de los Reyes estuvo en URD y más tarde en el MEP. Se hace copeyano en el primer gobierno de Caldera, a raíz de su nombramiento como director de un liceo de Barinas por parte de Luciano Valero. Pero la gente inventa. Entonces, en lugar de darnos cuenta, que lo que ocurrió con Chávez fue una responsabilidad compartida de mucha gente en el país; buscan un chivo expiatorio casa de Caldera, para decir entonces que la culpa estuvo en una sola persona.

         -No aprendemos. La historia es importante para el futuro, para que asimilemos las lecciones del pasado, y veamos hacia delante el error, insisto, de haberle perdonado a Chávez violar la Constitución de 1961. Ese fue el más grave error, que cometimos todos como país institucionalmente.

Andrés Caldera Pietri, acompaña a su padre Rafael Caldera, en 1984. A la audiencia privada con su santidad Juan Pablo II. Presentes también Andrés Rafael Pietri Caldera y Luis Miguel González

         ¿El proceso de reunificación de la democracia cristiana en Venezuela incluye la posibilidad de fundar una nueva organización política que no, necesariamente, debe lleva el nombre de Copei?

         -En efecto, es un proceso, como señala la pregunta, y como proceso no sabemos como puede terminar. Me imagino que la pregunta se refiere a la formación de un Consejo Superior de la Democracia Cristiana; del cual formo parte; que fue promovido por la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA); donde está un número importante de figuras demócrata cristianas del país, y la tarea principal, de acuerdo a como lo ha definido el Consejo, es volver a poner sobre la mesa a la democracia cristiana como opción política que, a veces, se ha desdibujado dentro de esa ley del péndulo, en que vivimos; más ahora cuando hemos estado bajo un supuesto socialismo, y entonces enfrente tenemos el liberalismo absoluto.

         -La democracia cristiana ha sido siempre una alternativa para esos dos polos; ha sido una opción distinta, y se trata de ponerla sobre la mesa; porque hay mucha gente joven; que está ahora comprometida con el país, que se preocupa por el país, que está con grandes deseos de participar en política, y es la hora de decirles: señores, aquí ha habido en el país una opción histórica, que ha sido la democracia cristiana; que llegó a ser gobierno; que llegó a producir una serie de cambios importantísimos en el país: en la legislación del trabajo, en la legislación agraria, en la educación, en la vivienda, en la descentralización, en la participación democrática en Venezuela. De modo que nuestra principal obligación es volverla a presentar; porque sentimos que se ha desdibujado.

         -Por otro lado, el recuperarlo, digamos, el ir buscando a todos los que piensan de esa manera; porque hay mucha gente de la democracia cristiana, que está en distintas organizaciones políticas. Está cada uno trabajando por su lado. Esa posibilidad se verá en el camino. Se trata de un proceso, como dice la pregunta y, bueno, ya veremos en qué termina.

         ¿Aún mantiene sus buenas relaciones con los militares alzados del 4 de febrero y del 27 de noviembre de 1992; con quienes se relacionó durante la campaña electoral de su padre en 1993?

         -No es cierto que yo me haya relacionado con ellos en esa campaña electoral. Yo vine a conocer a Hugo Chávez, a Francisco Arias Cárdenas y a Jesús Urdaneta Hernández ya estando en el gobierno en el año 1994, y siendo yo ministro de la Secretaria de la Presidencia; que voy a verlos al hospital militar; estando ellos todavía en condición de detenidos. Porque habían pedido hablar con el presidente.

         -Entonces, yo fui a nombre suyo a verlos, y allí fue donde los conocí. Ahora, con quien mantuve una relación después; cuando estuvo en el gobierno, fue con Arias Cárdenas. Porque estuvo en el PAMI. Teníamos una relación. Pero después no he tenido contacto con ninguno de ellos.

         ¿Aún mantiene relaciones con sectores como los sectores del 23 de Enero, con quien se relacionó, cuando fue ministro, entre ellos un personaje, conocido como “Cabeza de Mango”, militante del movimiento  Tupamaro, e integrante del programa Zurda Conducta de la Televisión Estatal Chavista?

         -Bueno, yo mantengo relaciones muy buenas con mucha gente, que conocí del 23 de Enero. Gente excelente que conocí durante esa época, y que siguen siendo amigos míos. En esa época trabajamos, en efecto, con los Tupamaros, pues no había manera de entrar a ese sector, si no se lograba un diálogo con ellos y, entre ellos no sólo estaba Oswaldo Rivero “Cabeza de Mango”, sino también José Pinto, que era el jefe de los Tupamaros.

-No los he visto más. Tengo un buen recuerdo de ellos de esa época. Creo que después de la transformación, que sufrieron con el gobierno de Chávez y de Maduro, se han hecho unas personas distintas. No lo sabría decir, pero es lo que veo desde el exterior.

«Lo lógico es que todos nos pongamos detrás de Juan Guaidó y sigamos la línea que la oposición mayoritariamente plantea«

¿Visitó usted a Hugo Chávez en la cárcel? ¿Hablaba usted con frecuencia con Chávez mientras él estuvo preso? ¿Continuaron sus relaciones políticas y de amistad una vez que Chávez asumió la presidencia?

         -No, yo hablé una sola vez con Chávez largo, que fue la vez que me referí al episodio del hospital militar; cuando estuve tres horas escuchándolo. Al final, lo que quería era que el presidente lo recibiera antes de pedir la baja como teniente coronel uniformado. Porque él aspiraba notificar e informar a su comandante en jefe de muchas cosas de las fuerzas armadas.

         -Yo le dije: el presidente está dispuesto a recibirte; con mucho gusto, pero de civil; una vez que pidas la baja. Por supuesto, no fue a Miraflores. Luego Chávez, cuando murió mi padre, me llamó por teléfono, para darme el pésame. Más bien tuve un enfrentamiento público con él; a propósito de una alusión, que me hizo a mí con el supuesto “pimentón”, la mentira esa fabricada; que me hicieron a raíz de mi actuación en el ministerio. Le respondí públicamente en una carta; que nunca me contestó; pidiendo que aclarara a qué se refería, exactamente.

¿El Copei legítimo es el que preside Roberto Enríquez, quien lleva más de dos años en la residencia del embajador de Chile en Caracas? ¿Ha visitado usted a Henríquez en su cautiverio?

         -Ayer estuve con él. La ODCA reconoce como autoridad de Copei la última, que tuvo antes de la intervención judicial, y esa es la encabezada por Roberto Enríquez 

¿La reunificación socialcristiana incluye al partido Primero Justicia?

         -Es que hay gente en todos los partidos. Inclusive en Primero Justicia, que son socialcristianos. Uno encuentra en su manera de proceder y en su manera de pensar que son así. Ahora, que PJ lo sea, como tal, no te lo puedo decir. Encuentro, por lo demás, que allí hay variadas maneras de pensar y de proceder. Ahora, como decía antes, nuestra tarea como Consejo Superior de la Democracia Cristiana está en poner adelante cuál es la concepción nuestra de la sociedad, de la política y del país y, además, señalar los caminos, para tanta gente que creyó en la democracia cristiana, así como en sus líderes; que fue su vía de orientación política; señalar los rumbos en esta etapa tan difícil, que estamos.

¿Qué opina de la conducta asumida por el diputado yaracuyano Luis Parra de encabezar una Asamblea Nacional paralela, en combinación con el régimen de maduro? ¿Parra fue militante del partido Convergencia en Yaracuy?

         -Creo que sí fue militante de Convergencia en Yaracuy. Después lo fue de PJ, y es a nombre de ese partido como actúa ahora. Pero con independencia de la organización a la que pertenecía o pertenece, creo que su conducta es bochornosa

¿Se ha reunido usted con el sector copeyano de los Fernández (Eduardo y Pedro Pablo) con miras a la reunificación de la democracia cristiana? ¿Considera que los Fernández se han apoderado del Instituto de Formación Demócrata Cristiana (IFEDEC), como han dicho algunos sectores de Copei?

         -Bueno, de que manejan el IFEDEC desde hace muchos años, eso es obvio. Eso es público y notorio. En cuanto a lo de reunirme con ellos: claro que sí, y estoy dispuesto a conversar con ellos. Igual que con cualquier otro socialcristiano, estamos dispuestos a hacerlo. Lo que a veces nos ha diferenciado son las posiciones, en las cuales hemos estado en desacuerdo.

         -Por ejemplo, una fundamental es en cuanto a la elección de mayo de 2018; que ellos reconocen y nosotros no.

«Trabajamos con los Tupamaros, pues no había manera de entrar a ese sector[ la urbanización 23 de Enero ] entre ellos Oswaldo Rivero “Cabeza de Mango” y José Pinto, jefe de los Tupamaros

¿Fue correcta la expulsión de las filas de Copei de los diputados copeyanos Franklin Duarte y Manuel «Zamurito» González, por haber ´pactadao con el régimen de Maduro, apoyando una AN paralela?

         -Sí, claro.

¿Considera usted que definitivamente si hay un sector de Copei que ha pactado con la dictadura de Nicolás Maduro?

         -Lamentablemente… y por eso parte de la responsabilidad del Consejo Superior de la Democracia Cristiana está en decirle a todos los que fueron militantes, simpatizantes o votantes de la democracia cristiana cuál es el camino, cuál es la vía y así lo vamos a hacer durante este año y el tiempo, que estaremos actuando.

         -Porque hay, tristemente, como lo dije en el discurso de instalación de Consejo, algunos compañeros militantes o, al menos, vinculados a la democracia cristiana que se han prestado para el juego del gobierno. Este es un gobierno muy manipulador

¿Es posible realizar elecciones parlamentarias este año bajo el régimen de Maduro?

         -Yo creo que el tema sigue siendo la elección presidencial; como lo dijo el diputado-presidente Juan Guaidó a su regreso ahora del exterior: la elección presidencial sigue siendo el mecanismo indispensable, para establecer la reconciliación en el país. Para que podamos tener unas autoridades nacionales legítimas reconocidas no sólo nacional, sino también internacionalmente por el mundo democrático.

         -Es pecado en el que estamos; porque estamos realmente cayendo por una ladera hacia un precipicio, y eso lo sabe todo el mundo en el país. Por más que traten de engañar con una especie de espejismo falsificado, al que sólo tienen acceso minorías muy privilegiadas. La mayoría del país está con salarios de hambre; con los servicios públicos en el suelo; con el sistema de salud y educación en el piso.

-O sea, el país como va, no tiene salida, y la elección presidencial es fundamental, para que se restablezca la concordia, y la legitimidad de sus autoridades. Por eso creo que la insistencia en este momento y no podemos bajar esa bandera, es que tenemos que tener este año una elección presidencial. La Conferencia Episcopal ha propuesto que se consulte al soberano. Yo estoy seguro de que si se hace una consulta al país, la mayoría de la gente va a pedir que se hagan unas elecciones presidenciales este año.

¿Qué opinión tiene usted de la llamada «Mesa de Diálogo» que funciona en la Casa Amarilla, conocida también como «la mesita»?

         -Por qué la llamaron “la mesita”: justamente, porque no representa a la oposición. Por eso a mi me angustia mucho, cuando veo a algunos líderes importantes de la oposición; que hablan de unidad. Pero se empeñan en que la línea que hay que seguir, es la que ellos dicen, y resulta que la mayoría se va por otro camino.

-Si la mayoría, que es la que encabeza Juan Guaidó como líder, decide otro camino, y estamos hablando de unidad, lo lógico es que todos nos pongamos detrás de Juan Guaidó y sigamos la línea que la oposición, mayoritariamente plantea. Eso fue lo que ocurrió en el 2018. La mayoría de la oposición tuvo una posición; pero algunos de sus dirigentes mantuvieron otra; bajo el argumento de que siempre hay que ir a una elección, y resulta que las condiciones son fundamentales.

-A mi, por ejemplo, siendo hijo de Rafael Caldera siempre me sacan el discurso suyo del año 1952, titulado Escogemos la Lucha; cuando planteó una elección a la Constituyente. Sí, pero qué ocurrió después: la mayoría de los parlamentarios de URD, encabezados por Jóvito Villalba fueron expulsados del país. Copei no se incorporó a la Constituyente e, incluso, expulsó a algunos de sus militantes; que se incorporaron a esa Constituyente.

-Y qué pasó después en la elección de 1957; que correspondía de acuerdo a la Constitución, y que se trataba de la elección presidencial: Caldera era el candidato de consenso, y Pérez Jiménez lo pone preso el 20 de agosto de 1957; para entonces inconstitucionalmente transformar esa elección en un plebiscito. Es que acaso en ese plebiscito la línea fue participar o desconocerlo. O sea, las condiciones son fundamentales, y la decisión tiene que ser unitaria y mayoritaria, de quienes encabezan el sector de la oposición.

¿Ejerce actualmente como abogado?

-Sí, dentro de lo que puedo, porque no estamos en un estado de derecho. Como decía un jurista yaracuyano, a quien yo conozco mucho, que esto será derecho; pero no el que yo estudié. Verdaderamente, aquí se impone la voluntad del funcionario de turno. Entonces, es difícil ejercer el derecho en la forma de vida, que estamos llevando.

-Por lo demás, actualmente, yo presido la Fundación Tomás Liscano que lleva el nombre de mi abuelo. Fue un empeño de Rafael Caldera; que sería el equivalente a la Fundación Rómulo Betancourt; para que el nombre de su padre adoptivo se perpetuara. Porque Liscano no tuvo hijos, y así que fue su padre de crianza. En ese sentido, nosotros venimos creando la primera biblioteca presidencial virtual en el país. Invito a la gente a acceder a ella, a través de la página www.rafaelcaldera.com.

-Allí estamos montando discursos, conferencias, artículos de prensa, fotografías, programas de televisión; todo lo que ha sido la vida de Caldera; que es fundamental, para entender el siglo XX en Venezuela; porque Caldera empezó en la política en el año 1936 y termina en el año 1999, cuando le entrega a Chávez. O sea, su participación en todo ese proceso, que construyó la única democracia real; que hemos tenido en el país durante 40 años fue fundamental.

CARTA PÚBLICA A HUGO CHÁVEZ

Caracas, 27 de Enero de 2.006.

Sr.

Hugo Chávez Frías Presidente de la República Presente.

Sr. Presidente:

Recién me enteré que en su alocución anual al Cuerpo Legislativo, realizada el pasado 13 de los corrientes y trasmitida en cadena nacional de radio y televisión, dijo: “Hablo primero por mi casa, Miraflores y La Casona, eran verdaderas casas de negocio hasta hace siete años. Había Ministros a los que le decían ‘pimentón’, ¿te acuerdas?,que estaban en todos los guisos. El Ministro ‘pimentón’ estaba en los guisos, grandes negocios, tráfico de influencias, etc.”

Usted, sin nombrarme, simplemente repitió lo que Carlos Andrés Pérez dijo públicamente hace varios años sobre el cuento del Ministro “pimentón”, pero éste si me nombró por nombre y apellido, al referirse a mi gestión como Ministro de la Secretaría de la Presidencia, entre el 2 de Febrero de 1.994 y el 15 de Marzo de 1.996. Tanto antes como ahora rechazo categóricamente ese epíteto y procedo a contestarle en uso del derecho de réplica que consagra la Constitución.

¿Cuáles guisos? ¿Cuáles grandes negocios? ¿Cuáles tráficos de influencias?

No sólo en los casi diez años que han transcurrido desde que entregué el cargo no ha habido una sola acusación en los Tribunales de la República; no sólo obtuve el finiquito aprobatorio a mi gestión por una Contraloría General de la República no complaciente; sino, lo más importante para mí, sigo viviendo en la misma casa que tenía antes de ser Ministro (ahora hipotecada), uso el mismo vehículo de entonces y mi nivel de vida es el mismo de hace diez años. No tengo residencias secundarias, ni las propiedades en el exterior, ni los centros comerciales, ni los grandes negocios que la imaginación de algunos ha hecho rodar en forma de “bolas”. La gente que me conoce de verdad sabe que mi situación económica dista mucho de los cuentos que han hecho correr por el país, más aún, que me he visto por momentos en serias dificultades.

Pero no sólo mantengo el mismo nivel de vida que tenía antes de ser Ministro y por tanto no dispongo de la fortuna que se me atribuye, sino que fui un funcionario austero, dedicado a tiempo completo al servicio del país, que me empeñé en los dos años que estuve en el gobierno en que se redujeran los gastos corrientes y suntuarios para revertirlos en gastos de inversión, al servicio de las necesidades del pueblo. De ello hay testimonios de los periodistas que cubrían permanentemente el Palacio de Miraflores quienes eran el mejor ojo escrutador del alto gobierno y quienes me veían llegar diariamente en un vehículo modesto y barato, sin escoltas, que las más de las veces conducía yo mismo y salir a altas horas de la noche, después de jornadas largas e intensas de trabajo.

Corrupción no sólo está en el que roba o se hace de dinero ilegítimo en abuso de posiciones de poder, sino también en el que utiliza indebidamente los bienes públicos, poniéndolos a su servicio personal o el de su proyecto partidario y despilfarrando los dineros del presupuesto nacional en proyectos propagandísticos mundiales, fruto de delirios megalómanos, condenados a fracasar en el tiempo. Lo peor de todo es la sustracción de recursos que sobrarían para resolver los problemas de infraestructura, salud, vivienda y educación que agobian al país y ver perder oportunidades de oro, históricas, para salir del atraso, el hambre y la pobreza de los venezolanos.

Siempre me he preguntado cómo es posible que personas que han vivido de un sueldo como funcionarios públicos puedan después vivir en el exterior, o mantener a sus hijos fuera del país estudiando en colegios  o universidades costosos o adquirir mansiones en lujosas urbanizaciones o llevar una vida desproporcionada con lo que fueron sus ingresos en el servicio público.

Una manera ejemplarizante de combatir la corrupción sería hacer comparecer ante un Tribunal serio, integrado por gente honorable y autónoma, en forma totalmente pública, a los funcionarios más señalados por la opinión pública de los gobiernos que ha tenido el país en los últimos treinta años, lo cual naturalmente incluiría a su gobierno. Se les exigiría públicamente a estos funcionarios que presenten: 1) su declaración jurada de bienes al asumir el cargo público; 2) su declaración jurada al dejarlo; y

3) lo más importante de todo, que justifiquen su modo de vida desde entonces a la fecha, explicando las fuentes de sus ingresos. El que no pueda demostrar que sus ingresos fueron habidos legítimamente sería condenado e iría a parar directamente a la cárcel.

Yo estoy dispuesto a ser el primero en someterme a la prueba.

En este asunto la verdad está de mi lado y diez años son suficiente tiempo para haberlo demostrado. Como ha sido dicho: “hay dos cosas que no se pueden ocultar que son la tos y el dinero”. Tengo orgullo de haber servido al país durante los dos años en que fui Ministro con dedicación, rectitud y sinceridad.

Atentamente,

Andrés Caldera Pietri C.I. 4.351.661.