, ,

#CORONAVIRUS /RESPONSABILIDAD Compartida

El riesgo de un contagio se encuentra latente y debido a este virus, la principal responsabilidad de todos es buscar la forma de protegernos

Gustavo Luis Carrera /LETRAS AL MARGEN

Cuando se trata de un riesgo  generalizado,   que se cierne sobre toda una población, la  acción   procedente,   que  resguarda   de  la   amenaza   o  logra  su  eventual  reducción, corresponde  a  la obligación  propia  de  todos  los integrantes de la colectividad. Tal como acontece  en  la  actualidad  entre  nosotros, como consecuencia de un virus fatal surgido en China y extendido al mundo entero.

            COMPROMISO BÁSICO. Sobre los políticos en función de mando y  los administradores de la salud pública, es decir el gobierno, recae el compromiso básico. Es su tarea obligatoria. Para eso se les paga. Para eso están ahí. No para ser servidos, sino para servir. Así que en el reparto de responsabilidades ante este terrible flagelo que nos ataca de manera inicua, les corresponde el lugar fundamental. Si no hay un adecuado sistema de protección de salud pública, todo se debe a un descuido, a una inconcebible negligencia, a una absoluta carencia de respeto por el ser humano. Y no hay lugar de hacer caer la responsabilidad central en la conducta individual de los ciudadanos. No es posible evadir lo que constituye un deber primario.

            LA PRUDENCIA COLECTIVA. De su parte, toda persona consciente debe protegerse, guardando normas de prevención difundidas y recomendadas internacionalmente. Esa es la parte del común, de todos los integrantes de la comunidad; cada cual en defensa de sí mismo y en el cuidado de evitar la propagación del mal. Esta es la responsabilidad compartida, en aras del beneficio individual y de todo el grupo humano. El interés de cada uno es el interés de todos. Sin esta solidaridad social no es posible estructurar una defensa válida. 

            EL MENSAJE COMÚN. Nada especulativo es ver, detrás de lo acontecido, el reclamo de la naturaleza, ante el descuido sanitario, la contaminación creciente, las agresiones al ambiente; es decir, todo un daño inhumano y ecológico, irracional, que demuestra sus consecuencias ante una emergencia contaminante como la que padecemos actualmente. Cuando los países de las grandes economías mundiales evidencian la falta de atención presupuestaria a la salud pública, ¿qué queda para los de economías más débiles? Esa es la realidad incuestionable. Dar la espalda a las leyes naturales, desconocer los fueros de la naturaleza, es una omisión que se paga muy caro. No dudamos al afirmar que esta gigantesca crisis sanitaria resulta de una actitud irresponsable, insana, ante las leyes de la naturaleza. Al final, resalta el mensaje común: hay una responsabilidad compartida, donde la carga central y comprometedora corresponde al gobierno, a las autoridades públicas y sanitarias; mientras toma su lugar consecuente la responsabilidad ciudadana, la de los integrantes de toda la comunidad, en su propia acción de autodefensa y de solidaridad colectiva.  

            VÁLVULA: «Sobre el gobierno, en sus niveles políticos, administrativos y sanitarios, recae el grueso de la responsabilidad de los alcances de este terrible flagelo que acosa a todos. Mientras, a cada uno de los miembros de la colectividad corresponde la otra parte de la responsabilidad, individual y solidaria».            

glcarrera@yahoo.com

EL AUTOR es escritor, crítico literario y ensayista. Miembro de la Academia Venezolana de Letras. Fundador del Instituto de Investigaciones Literarias. Exrector de la Universidad Nacional Abierta. Fundador de la Fundación del libro (Fundalibro) y del Sistema Nacional de Simposios de Docentes e Investigadores de la Literatura Venezolana