Oscar Battaglini / OPINIÓN
Venezuela es uno de los países de la región más vulnerables frente a la expansión del coronavirus
A pesar de las apariencias creadas por el bombardeo propagandístico de la dictadura militarista, Venezuela es uno de los países de América Latina y probablemente del mundo más vulnerable frente al desarrollo y expansión de la temible pandemia del coronavirus. Esta afirmación la hacemos en base a los siguientes razonamientos:
1-Las extremas limitaciones financieras por las que hoy atraviesa el Estado venezolano, lo que le impide, por un lado, subsidiar -como están haciendo otros Estados y gobiernos en el mundo- el empleo y la actividad económica en general durante el tiempo que dure la pandemia; y por otro, el cumplimiento de todo requerido, (mascarillas en cantidades suficientes, kits para la detección de la enfermedad, óptimas condiciones hospitalarias, medicamentos, insumos como vestuario apropiado para garantizar la seguridad del personal sanitario (médicos, enfermeros y personal de limpieza, respiradores mecánicos, etc) indispensables para hacer frente a la crisis. Es preciso reiterar que esa situación, como es del conocimiento público, antecede con mucho a las sanciones económicas aplicadas a la dictadura y a la presencia de la pandemia en nuestro país.
2- la precarización generalizada a la que ha sido sometida la salud pública en Venezuela; hecho que coloca al conjunto de la población venezolana en una situación caracterizada por la más completa indefensión frente a una pandemia que amenaza con diezmar a la población mundial. En nuestro caso esa amenaza se hace aún más inminente debido a los índices de pobreza, hambre y desnutrición en nuestro país, como consecuencia del acelerado y creciente deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores, profesionales, técnicos, y de la población en general, provocada fundamentalmente por la hiperinflación que se ha apoderado del país y que bajo la dominación del régimen dictatorial chavezmadurista pareciera no tener fin.
Un aspecto que junto al deterioro del instrumental tecnológico de los hospitales venezolanos y la deficiente dotación de insumos y medicamentos precariza todavía más los servicios de salud, es el déficit de personal médico y de enfermería que hoy presentan esos servicios, producto de que un alto porcentaje de ese personal sencillamente, se ha ido del país buscando mejores condiciones laborales. Se estima que más de 40 mil de estos profesionales se han visto forzados a optar por esta salida, frente a la grave crisis sanitaria, social y familiar que padecemos los venezolanos, y que ya veníamos experimentando mucho antes de que fuéramos invadidos por la pandemia del Covid 19. Lo nuevo de la situación es que al cúmulo de calamidades y sufrimientos de todo tipo impuestos por la dictadura militarista, vino a sumarse una pandemia que nos coloca ante un inminente peligro de muerte, no sólo por su agresividad sino sobre todo porque su virulencia nos sorprende en medio de una situación país caracterizada por la quiebra de su economía; de la agricultura, de la industria pesada y manufacturera, de la actividad petrolera y el comercio en general, y de todos los servicios básicos de agua, electricidad, gas, gasolina, transporte, etc, circunstancia esta última que limita y perturba gravemente la atención médica en todos los hospitales del país. Esta situación por sí sola nos da una idea muy clara de la enorme vulnerabilidad en la que nos encontramos frente a la pandemia que hoy nos amenaza.
3-El ocultamiento de la verdad acerca del estado y la evaluación real de los efectos de la pandemia en nuestro país, de los recursos con los que se cuenta para hacerle frente y de las acciones que efectivamente se están adelantando en este sentido. Esto ha podido hacerlo la dictadura, 3,1 con el apoyo cómplice del régimen autoritario chino, el cual logró que la OMS le certificara, mediante engaños, un número de contaminados y fallecidos muy por debajo de las cifras reales. Por informaciones que han comenzado a filtrarse ya se sabe que el Estado Chino mintió y que el número de contaminados y fallecidos excede con mucho las cifras que presentara oficialmente en su oportunidad. Teniendo eso en cuenta, no resulta difícil suponer que la misión china destacada en Venezuela para asesorar a la dictadura en el combate a la pandemia, les haya recomendado repetir en nuestro país la épica china. 3.2- mediante el monopolio comunicacional (propaganda) e “informativo” que el régimen viene ejerciendo y que básicamente está dirigido, como es su estilo, al ocultamiento de cifras, es decir, a que se conozca realmente la verdad de lo que está ocurriendo con los efectos negativos de la pandemia e imponer una matriz de opinión favorable al régimen. 3.3-Aplicando el psicoterror represivo en contra de todo representante del personal sanitario y periodístico que se atreva a denunciar lo que verdaderamente está ocurriendo con la incidencia del Covit 19 en Venezuela. 3.4- La escasa cantidad de pruebas de detección de la enfermedad que hasta ahora se han realizado en el país (menos de dosmil), 1779 para ser exactos. La ONU ha estimado que en Venezuela se han estado haciendo menos de 100 por día, mientras que en los Estados Unidos y Europa se efectúan más de 20 mil por día, lo que le permite a esos países la detección del tiempo de la enfermedad y poder entonces, atender con mayor prontitud a los pacientes. El que esto no se esté haciendo en Venezuela en cantidades suficientes, no sólo nos revela tener un mayor conocimiento del desarrollo de la enfermedad en nuestro medio, sino que nos dificulta sobremanera el poder enfrentarla con mayor eficacia.
Frente a este cuadro catastrófico que nos amenaza, se han elevado distintas voces planteando la necesidad de hacer un alto en la continuidad del conflicto político en desarrollo, para concentrar toda la atención de la sociedad en la lucha contra la pandemia.
Resulta muy difícil no estar de acuerdo con el planteamiento, pero pensamos que para que eso se haga realidad, la iniciativa debe tomarla el régimen madurista, y dar muestras concretas de querer machar hacia la consecución de ese objetivo. He aquí algunas de ellas:
1-Levantar la sanción del desacato que pesa sobre la Asamblea Nacional y restituirle todas sus prerrogativas inherentes; lo que a su vez implica: disolver la ANC fraudulenta y la AN espuria.
2-Devolver la legalidad a los partidos de oposición y rehabilitar a sus dirigentes.
3-Permitir el retorno del exilio político.
4-La libertad de todos los presos políticos.
5-Acordar la designación de un nuevo CNE y la realización de unas elecciones presidenciales libres y transparentes.