«Lo que le viene el país no lo podemos escribir todavía porque el chantaje del Gobierno está en el tablero».
Lorenzo Mendoza sabía que tarde o temprano el gobierno del PSUV le cobraría hasta su arrogancia de empresario moderno que, por lo demás, se atrevió a regar a Nicolás Maduro.
Feliz B. Sucre
Entre la gente de Miraflores, como se ha visto, lo que existe es odio contra los que no hacen genuflexiones ante ellos, herederos del «comandante supremo de la corrupción», como lo fue, y lo es, Hugo Chávez, quien cuando dijo: EXPROPIESE!, estaba marcando el camino de lo que venía contra la propiedad privada, de acuerdo al 115 de la CBRV, que, con lenguaje al mejor estilo de los rojos, se pasarán por el forro la Constitución, la que fue llamada La Bicha por el de Sabaneta.
El objetivo del MVR-PSUV estaba trazado desde antes del 4 de febrero. Eso es parte de la Historia del país, la cual, por lo que vemos, no está sirviendo de mucho para entender por qué esa arremetida contra los que producen, cuando la gerencia revolucionaria y militar ha demostrado incompetencia absoluta.
Ellos han manejado el mismo libreto. Su llegada al poder no fue para mejorar al país, sino para mejorar sus economías; era acabar con una clase política para que naciera otra, como en efecto ha nacido así no hayan podido darle cristiana sepultura a los viejos partidos como AD y Copei, quienes resisten estoicamente los avatares.
Es el mismo caso de Fedecámaras. Pero el problema es que esa cúpula empresarial no ha tenido un vínculo social con el pueblo; ellos, obviamente, han estado muy distantes y, como el cuento de nunca acabar, no hay quién lo saque de esa visión. Ellos son los empresarios y los otros son la mano de obra.
Lorenzo Mendoza, nos dicen, es un ejecutivo cercano a sus trabajadores; ellos los sienten de ellos dentro de las cuatro paredes de Alimento Polar, grupo empresarial que no ha dejado de producir en todos estos años.
Sin embargo, cuando la gente compra un producto del grupo, cuando mira los nuevos precios, lo primero que piensa es que lo están robando; que ése grupo son unos especuladores y que, además, se cuadraron con el gobierno para aumentar todos los meses los precios de los productos, tal como hacen las otras empresas del mismo ramos.
El consumidor no se molesta en saber de estructura de costo, de mercado de divisas; mucho menos si pueden tener acceso a dólares fáciles, creyendo que para los empresarios hay dólares en cualquier entidad bancaria del gobierno.
Eso a la gente del común no es lo que le importa. Tampoco le importa si las empresas confiscada, expropiadas o robadas están produciendo como Alimentos Polar o cualquier otra de la que ya el gobierno tiene control.
Esto no se queda allí, los costos de los productos elaborados por las empresas que tiene el gobierno son iguales o superiores que las empresas de Alimentos Polar.
La arremetida del gobierno fue una jugada planificada. Lorenzo Mendoza no tiene porqué estar sorprendido, ya que desde hacía tiempo se la tenían jurada. Tal vez, porque duele suceder, no pensó que la tregua llegaría a ser suspendida, que el gobierno no actuaría por la misma situación en la que nos encontramos, cuando tenemos una cuarentena por el covid-19. Otro cuento chino. Venezuela no tiene gasolina, ella fue robada por los militares y sus amigos, lo que está ocasionando una inamovilidad muy grande que ya ha comenzado a dar sus frutos, como son las protestas por hambre, lo que le da igual a Nicolás Maduro y a la cúpula del PSUV, como también le da igual al Alto Mando Militar, quien no tiene problema económico, ni tampoco problema de seguridad, ya que para eso tienen escoltas. Ellos, si la cuestión de pone difícil dan la orden y en cualquier manifestación callejera disparan y si hay muertos les da lo mismo. Ellos no fueron los que dispararon.
En otro orden, hay que señalar, que el culpable de la crisis es el gobierno, al no aumentar los sueldos y salarios. Por ejemplo, suben los precios aumentamos los sueldos y salarios. No es posible que un trabajador de la administración pública tenga un sueldo mensual de 250.000 bolívares, igual que los pensionados y jubilados del país. Cuando lo correcto era que el sueldo estuviera ya en los 350 dólares.
Mayores los precios de los artículos y de la Cesta, mayor el salario del trabajador. Pero eso no se hizo.
Entonces se recupere a los efectos del populismo, llegando al chantaje, al soborno, acusando a los empresarios de ser responsables de los males, pero el gobierno, con lo han venido haciendo, no asume ninguna responsabilidad, cuando se sabe que sus políticas económicas son la causante de la desgracia que se vive en Venezuela y que, para más, desató la mayor diáspora que se conoce en el mundo.
Qué hacer ahora? Es la pregunta que deben estarse haciendo los empresarios, todos, porque la arremetida que viene será bestial, ya que el gobierno, en medio de tanta incapacidad y torpeza, tiene que darle respuesta a su gente para que no los dejen solos, sobre todo cuando hay precios por varios de ellos, aparte del problema que tienen con el narcotráfico, que, dicho sea, no es un cuento de arañero, sino una realidad que ya se conoce hasta en los botiquines del país… El reloj marca la hora.
Periodista, CNP 8526.