Antes del coronavirus todos los jóvenes sólo pensaban en irse. Todos tenían mentalmente hechas sus maletas. El coronavirus y la crisis económica mundial que genera los obliga a quedarse. A Maduro y la narcotiranía los favorecía el escapismo de los jóvenes.
Jesús Antonio Petit Da Costa
He venido hablando del Gobierno de Transición. Regreso al punto de partida: ¿Cómo llegar a la transición? Desde luego, saliendo de Maduro:
CESE DE LA USURPACIÓN. Y porqué no hemos salido de Maduro poniendo fin a la usurpación teniendo a nuestro favor todas las condiciones objetivas y subjetivas? Respuesta: por una estrategia equivocada. ¿Cuál? Esperar que Estados Unidos nos haga espontáneamente el favor de intervenir militarmente, en lugar de rebelarnos nosotros provocando así la intervención militar extranjera al ver que no podemos solos. Recuerden la frase: No podemos solos. Pues, debemos intentarlo para probar que efectivamente no podemos solos. Diciendo lo mismo, Miranda y Bolívar pidieron primero ayuda para intentarlo por nuestra cuenta sin la intervención extranjera.
Ahora para intentarlo tenemos dos problemas. El primero, no hay un partido o movimiento político que se haya organizado para la insurrección popular que concluya en una rebelión cívico-militar. Esto los diferencia de los partidos de los 50 que se organizaron clandestinamente para derrocar a la tiranía anterior. El segundo, Guaidó no tiene liderazgo para dirigir la rebelión. Si la convoca pocos le creerán porque ha dado muchos vaivenes. A Guaidó le espera el papel del Licenciado Madero en la Revolución Mexicana: ser el portaestandarte usado para legitimar la rebelión hasta la elección del primer presidente de la nueva etapa. A Madero se le recuerda con respeto porque cumplió su papel reconociendo que el poder residía en los jefes de la rebelión.
¿Cómo obviamos estos dos problemas? Recuperando el tiempo perdido, si aprovechamos las circunstancias sobrevenidas. Veamos hoy sólo la primera. Las rebeliones las hacen los jóvenes, no los viejos. Miranda y Bolívar eran unos muchachos cuando se rebelaron. Y también lo eran todos los líderes posteriores que se rebelaron contra las tiranías: por ejemplo, las generaciones del 28 y del 58, a ésta última me honro en pertenecer. Los jóvenes son los actores de las rebeliones porque son los únicos dispuestos a jugarse la vida por un ideal y su futuro. Es una ironía del destino que los jóvenes no temen a la muerte cuando tienen una vida por delante y, en cambio, los viejos la cuidamos celosamente cuando nos falta poco para la tumba. Lo demostraron los jóvenes inmolados en 2014 y 2017, con los cuales tenemos una deuda de gratitud que debemos honrar cuando lleguemos a la transición.
«Las rebeliones las hacen los jóvenes, no los viejos. Miranda y Bolívar eran unos muchachos cuando se rebelaron«
Ya que los jóvenes son los actores de las rebeliones contra las tiranías, aprovechemos la circunstancia favorable del coronavirus para su conversión en rebeldes contra Maduro para derrocarlo. Recuerdan el proverbio: no hay mal que por bien no venga. El coronavirus es un mal para quienes tenían por estrategia la intervención militar de Estados Unidos, porque la impide o posterga. Pero es un bien para los que siempre creímos que sin rebelión nuestra no habría intervención militar extranjera en ayuda. ¿Por qué es un bien? Primero porque acaba con el éxodo de los jóvenes al extranjero. Antes del coronavirus todos los jóvenes sólo pensaban en irse. Ninguno atendía razones para quedarse. Todos tenían mentalmente hechas sus maletas. El coronavirus y la crisis económica mundial que genera los obliga a quedarse. A Maduro y la narcotiranía los favorecía el escapismo de los jóvenes. Ahora que los jóvenes se quedan obligados son unos descontentos que fácilmente podemos convertir en rebeldes contra la narcotiranía. No tienen otra opción. A ellos se sumarán los miles que vendrán de regreso. Tal vez por el coronavirus rescatemos a la juventud venezolana para la inmensa tarea de reconstruir y refundar la República, después de ponerle cese a la usurpación y fin a la narcotiranía títere de Cuba.
A jóvenes menos preparados que ellos reclutó el comunismo para acabar con la democracia en donde pudo. Nos toca ahora a nosotros hacer lo contrario: la conversión de estos miles de jóvenes preparados de futuro truncado en los actores de la reconstrucción y refundación de Venezuela como puntera de la sociedad del conocimiento.
¿Cómo motivarlos y organizarlos? Les prometo la respuesta para la próxima.
ENCARGADURÍA 22 02-05-20
@petitdacosta