Dejan mucho que desear las declaraciones de un estadounidense que dice llamarse Jordan Goudreau sobre la entrada de mercenarios armados a La Guaira, con el objetivo de derrocar al Presidente Nicolás Maduro, por la aparente pequeñez de la fuerza paramilitar empleada (pocos mercenarios) y la grandeza del objetivo trazado (tumbar al gobierno venezolano)
Jesús Silva R.
No entraré en detalles criminalísticos ni militares sobre la presunta intentona golpista que se dice fue financiada por Juan Guaidó mediante un llamativo contrato de cientos de millones de dólares con el mencionado ciudadano gringo y el ex chavista Cliver Alcalá, lo que si abordaré es la mediocridad o marginalidad de la llamada Operación Gedeón propiamente dicha, pues salvo la película Rambo, protagonizada por Sylvester Stallone, un sólo mercenario (o un grupo de ellos) no gana un batalla militar contra un Estado dotado de ejército, marina, aviación, milicia, sistemas de inteligencia militar y policial, más patriotas cooperantes en cada barrio y urbanización.
Dijo el gringo entrevistado por Patricia Poleo que la Operación Gedeón buscó atacar al corazón del régimen de Maduro, es decir, entrando por La Guaira. La Poleo no pudo disimular su afectación con un rictus facial de quien oye algo absurdo. En efecto, este grupo de mercenarios nunca iba a llegar desde la playa guairense al palacio de Miraflores sin ser detectado por autoridades, porque si en algo este gobierno revolucionario es destacado es en su aparataje militar y policial para imponer el orden y la seguridad. Gracias a Dios.
Detalles criminalísticos y militares serán informados por fuentes oficiales, lo cierto es que la Operación Gedeón ha sido un intento marginal (mediocre) de golpe de Estado, por debajo de aquel de Bahía de Cochinos que el Presidente J.F. Kennedy ordenó contra la Cuba de Fidel Castro hace casi 60 años.
En este siglo, EEUU actúa de otra manera cuando se decide a tumbar a un régimen, basta ver en Internet los videos de la operación «Shock and Awe» y el robusto bombardeo empleado por la potencia militar más grande del mundo que supera los 900 billones de dólares de presupuesto anual (y que sólo le compite China en segundo lugar con apenas 300 billones de los verdes).
Como venezolano revolucionario, patriota y antiimperialista de toda la vida, me siento orgulloso por los militares y policías de mi país que frustraron el avance de la operación Gedeón y ratifico mi rechazo a cualquier acción armada contra Venezuela. Las diferencias internas de los hijos de esta tierra, así como los conflictos entre Caracas y Washington se deben siempre resolver por vía diplomática, pacífica, jurídica y electoral.
Pero mi conclusión es tajante: actualmente EEUU no quiere invertir en una verdadera acción armada o invasión a Venezuela, la Operación Gedeón fue un experimento marginal de bajo presupuesto y poca magnitud. Guaidó y su combo seguirán percibiendo millones de dólares haciendo el papel de pretendidos libertadores del país hasta que la justicia venezolana actúe. Por otro lado, en lo que a la paz respecta, esta es una buena noticia que el gobierno revolucionario debería aprovechar para la recuperación del país, a sabiendas de que el imperio yanqui no lo atacará militarmente aunque si persistirá en ilegales sanciones económicas.
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