El canciller de Costa Rica, Manuel González, lamentó hoy en Washington que el diálogo entre el Gobierno y la oposición en Venezuela no haya dado hasta ahora «resultados reales» y pidió a ambos lados no convertir ese proceso en una «excusa» para la inacción ante la crisis política que vive el país.
«Queremos que el diálogo en Venezuela avance. Ya lleva bastante tiempo y no estamos viendo resultados reales», dijo González durante una conferencia junto al presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, en el centro de estudios Diálogo Interamericano, en Washington, así como lo destaca la web de El Nacional.
«Cuando estos diálogos se alargan eternamente, podemos interpretar que no van a salir cosas buenas de ellos. El diálogo en sí mismo puede convertirse en una excusa para no resolver los problemas, así que estamos prestando mucha atención a eso», agregó.
El canciller aseguró que su país apoya el diálogo en Venezuela, pero «en ocasiones uno puede dudar sobre si hay una verdadera buena fe por parte de ambos lados».
González, que la semana pasada representó a Costa Rica en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Paraguay, se refirió también al debate en el continente sobre el funcionamiento de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), un organismo autónomo de la OEA.
«Nosotros defendimos la autonomía y la independencia de la CIDH, pero al mismo tiempo tratamos de contener las acciones de otros con el fin de debilitar al sistema», afirmó sin mencionar a ningún país en concreto.
«Muchos países hablan de apoyo al sistema (de derechos humanos), pero podemos darle un significado diferente a esa palabra (…). Las implicaciones de lo que están haciendo eventualmente dañarán el sistema, y tenemos que evitar que eso ocurra. Actuaremos de manera fuerte y decisiva en todos los frentes para ello», aseveró.
La Asamblea General de la OEA en Asunción aprobó una resolución sobre el funcionamiento de la CIDH sin los cambios profundos propuestos por Ecuador para aumentar el control por parte de los gobiernos en el organismo, una idea que no encontró suficiente apoyo entre los otros países.