Ciento cincuenta mil barriles de combustible comprados por José Guillermo y Wilmer Ruperti en Trinidad, supuestamente para las islas del Caribe, eran realmente para el mercado interno venezolano.
El ministro de servicios públicos de Trinidad y Tobago, Robert Le Hunte, renunció este jueves a su cargo tras fuertes discusiones dentro del gabinete, luego de que se produjeran acusaciones masivas sobre supuestas reuniones con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez y el presidente de Petróleos de Venezuela (PDVSA), Asdrúbal Chávez, según declaró el Comisionado Presidencial para las Relaciones Exteriores de Venezuela, Julio Borges vía Twitter.
De acuerdo a una publicación en el diario Caribbean News Global, el ministro Le Hunte se negó a ser parte de una trama de corrupción que involucra a José Guillermo Ruperti, hijo del magante chavista Wilmer Ruperti, quien es dueño de una empresa petrolera registrada en Suiza, la cual solicitó al gobierno de Trinidad y Tobago la compra de 100 mil barriles de gasolina de 95 octanos y 50 mil barriles de 91 octanos.
El escándalo se inició cuando Delcy Rodríguez, estuvo en Trinidad y Tobago sosteniendo un encuentro con el primer ministro de esa nación Keith Rowley, el pasado 27 de marzo.
Posteriormente el 26 de abril, llegó a Venezuela un cargamento de 150 mil barriles de gasolina, a través de la empresa Maroil Trading, propiedad de Wilmer Ruperti.
Sin embargo el ministro de energía de Trinidad y Tobago, Franklin Khan, aseguró que el cargamento de gasolina comprado tenía como destino las islas del Caribe: “Si parte de ese envío finalmente llegó a Venezuela, no tenemos responsabilidad en ese asunto”.
Wilmer Ruperti, dedicado al lucrativo negocio del transporte petrolero, multiplicó su fortuna durante la llamada «revolución bolivariana». No es la primera vez que aparece involuctrado en escándalos de corrupción. Actualmente reside en Estados Unidos.