Rubén Coronel
Luego de dos meses y medio de paralización por la cuarentena impuesta para frenar el nuevo coronavirus y la llegada de cinco busques cargados con combustible, el país intenta retornar a una normalidad relativa.
Habitantes de distintos estados del país han reportaron por segundo día consecutivo, largas colas para llenar el tanque de sus vehículos con gasolina. Estaciones que no empezaron temprano a prestar sus servicios, bombas que no cuentan con canales electrónicos de pago y límites en el despacho, son algunos de los problemas del día.
El nuevo plan generó dudas entre los trabajadores y consumidores en todo el país en su primer día de implementación. A las 09.00 hora local varias gasolineras en Caracas seguían cerradas mientras personal y fuerzas de seguridad supervisaban la distribución en medio de la confusión, a la espera de instrucciones de la estatal Petróleos de Venezuela.
“Tenemos gasolina, pero no está claro si estamos vendiendo a un precio (subsidiado) o dolarizado”, dijo Jefferson Suárez, un militar que organizaba una fila en una estación del este de Caracas.
Fuera de Caracas, el comienzo del nuevo sistema fue aun más tortuoso. En el estado fronterizo de Táchira, muchas estaciones no abrieron, mientras que en las ciudades occidentales de Barquisimeto y Maracaibo se quedaron rápidamente sin gasolina a precio subsidiado.
El presidente de PDVSA, Asdrúbal Chávez, reconoció que “todavía hay cosas que debemos solucionar en este proceso”. En entrevista en la televisión estatal, el funcionario agregó que “le pedimos a nuestra gente un poco de paciencia mientras corregimos estos pequeños detalles”.
El pago del combustible subsidiado, del cual los vehículos estaban surtiendo hasta 30 litros en la mayoría de las 1.800 estaciones del país, se complicó aun más por el mal funcionamiento de las máquinas de pago electrónico y la escasez de moneda local, lo que llevó a algunas gasolineras a cobrar en dólares.
Esta semana también arrancó una flexibilización de la cuarentena nacional que permitió abrir a los bancos, que solo daban en efectivo un máximo de 100.000 bolívares, el equivalente a 0,50 dólares, insuficiente para llenar el tanque de un vehículo incluso al precio subsidiado.
En muchas bombas pedían una tarjeta de identificación venezolana y una cuenta bancaria para comprar combustible al precio subsidiado, mientras que otras requerían que los vehículos estuvieran registrados en el “Sistema Patria”, una base de datos utilizada por el gobierno para administrar los beneficios de asistencia social.
Todose vió marcado por la incertidumbre de los ciudadanos. Algunas bombas ya cuentan con el sistema Biopago, mientras que otras sólo aceptan efectivo como método de pago.
Lara, Tachira y Carabobo se sigue regalando el combustible.
En estas entiedades no se ha adaptado el nuevo esquema iraní. En el estado Zulia, los gerentes de las bombas de gasolina decidieron vender al precio anterior, ante la ausencia de sistemas biopago y, además, establecieron un suministro límite de 30 litros, como medidas de contigencia para iniciar el servicio, debido a las enormes colas, sobre todo en Maracaibo, que se produjeron desde la tempranas horas del día.
De acuerdo con la información de Panorama, fallas del sistema eléctrico impidieron que una parte sustancial de las estaciones de servicio pudiera iniciar a tiempo. Indica la información que la oferta disponible en el estado oscila entre 10.000 y 14.000 litros por estación de servicio. Zulia cuenta con 24 estaciones para vender carburante premiun con precio dolarizado.
Según El Impulso, también se estaba regalando la gasolina en la capital crepuscular, pues tampoco había medios de pago para cobrarla, ni tampoco estaban habilitados los sistemas de biopago, conectados con el Banco de Venezuela. En la entidad hay 11 estaciones que están permisadas para vender gasolina a US$0,50 por litro, las cuales no estaban surtiendo, de acuerdo con la información citada.
En el estado Táchira, fronterizo con Colombia, la situación con el suministro de combustible es irregular, aunque el representante político del gobierno de Nicolás Maduro, Freddy Bernal, dijo que se surtiría gasolina de acuerdo con el plan presentado por el ejecutivo nacional.
El funcionario informó que «las estaciones de servicio alternativas (ESA) Táriba, Paramillo, Crislago y Servicentro Los Llanos, entran en la modalidad de pago internacional», informó Bernal, cuyo «gabinete de combustible» determinará una estrategia regional de abastecimiento. y que las restricción de movilidad de la entidad se mantenian.
En Carabobo, también las colas dominaron el paisaje en las estaciones de combustibles; sin embargo, el problema más agudo se presentó con el sector transporte, ya que según el presidente del Sindicato del Transporte de la entidad, Adolfo Alfonzo, los gasolineros no estaban respetando el subsidio para los trabajadores del volante.
De acuerdo la nota de El Carabobeño, en las estaciones de servicio les están cobrando el litro de gasolina en 5.000 bolívares, bajo el argumento de que no saben nada de subsidio. Además no les llenan el tanque completo sino que le ponen solo 40 litros.
Pese a la promesa, sólo 30 litros
El fin de semana, el régimen de Nicolás Maduro anunció que los vehículos podrán recibir mensualmente 120 litros de gasolina a precios subsidiados. Sin embargo, usuarios denunciaron que este lunes se mantuvieron las limitaciones de solo 20 o 30 litros por carro. Además, Maduro aseguró que se dispusieron 200 estaciones de servicios para la venta del combustible en dólares, en las que no habrá límites de cantidad.
La realidad de esta normalidad relativa, es que ciudadanos siguen denunciando que incluso pagando en divisas, en algunas gasolineras solo se les permitió surtir hasta 30 litros. En otros casos, se distribuyó sin restricción de litros pero cerraron alrededor del mediodía dado que se agotó el combustible. Y en casos puntuales definieron la gasolina recibida como chimba, ya que algunos carros presentaron fallas luego de surtir el combustible iraní.