Ucrania pidió el lunes a sus aliados occidentales, empezando por la dirigente alemana Angela Merkel, una mayor implicación para poner fin a la insurección prorrusa en el este, donde proseguían los combates pese al alto el fuego.
Rusia, acusada por los occidentales entregar armas a la rebelión, insistió en la necesidad de que se respete un «alto el fuego duradero» para entablar un diálogo entre las autoridades de Kiev y los separatistas, en el marco del plan de paz del gobierno ucraniano, apoyado por Moscú, informó AFP.
El nuevo ministro de Exteriores ucraniano, Pavlo Klimkin, presentó este plan a sus homólogos europeos el lunes en Luxemburgo, así lo informa la web de El Universal.
En juego está la unidad de Ucrania, exrepública soviética que el viernes firmará el último apartado de un acuerdo de asociación histórico con la Unión Europea y que la alejará de la influencia rusa. Desde abril, el este del país es terreno de violentos combates entre el ejército y los rebeldes, que proclamaron la independencia de dos regiones.
El ministro ucraniano de Defensa denunció una serie de ataques contra el ejército la madrugada del domingo, más de 48 horas después de la entrada en vigor de un alto el fuego de una semana ordenado a las tropas ucranianas. La iniciativa se propone permitir en ese plazo el desarme de los insurgentes y entablar un diálogo con aquellos que no estén implicado en actos «de asesinato ni de tortura».
Desde abril, al menos 375 personas han muerto en los combates entre fuerzas leales a Kiev y separatistas prorrusos.
«La implicación de Angela Merkel y otros dirigentes mundiales es crucial para una solución del conflicto en el este de Ucrania», declaró el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, tras una conversación telefónica con la jefa del gobierno alemán el domingo.
El presidente prooccidental insistió ante Merkel en que los rebeldes habían «violado el alto el fuego» más de 20 veces desde su entrada en vigor en sus bastiones de Donetsk y Lugansk, informó la presidencia ucraniana.
La canciller alemana por su parte confirmó su solidaridad con el plan de paz de Poroshenko y dijo estar dispuesta a hacer lo mejor para facilitar un diálogo multilateral con todas las partes implicadas.
El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que apoya el plan de paz de Kiev pero reclama más derechos para los ciudadanos de habla rusa del este y un diálogo «sustancial» con los rebeldes.
Antes de la reunión de Luxemburgo, varios ministros europeos de Exteriores amenazaron con imponer nuevas sanciones a Rusia si no aceptaba el plan de paz. «Rusia debe actuar, debe frenar el flujo de armas y a los grupos armados ilegales», afirmó el británico William Hague. «El presidente Putin no pueda dudar de que la UE está dispuesta a tomar nuevas medidas», advirtió.
Poroshenko, elegido el 25 de mayo con el respaldo de los dirigentes occidentales, también se entrevistó el domingo con el vicepresidente estadounidense, Joe Biden, para comunicarle «decenas de casos» de violación de alto el fuego por parte de los rebeldes, que rechazaron los términos del plan de paz.
Biden aseguró que Washington «sigue atentamente la situación», según la presidencia ucraniana.