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Propuestas para una unidad de propósito de la oposición venezolana #Opinión #HumbertoGonzálezBriceño

Planteamos derrocar al régimen por vías de fuerza e instaurar un gobierno de facto, cuya tarea fundamental sea la reconstrucción de la República y la restauración del orden en un clima de amplias libertades civiles.

Humberto González Briceño

El contexto de este artículo es el debate en marcha con Carlos Hermoso Secretario General Adjunto del partido Bandera Roja a propósito de su artículo publicado en El Pitazo el 26/06/20 “El poder de Maduro y el poder de Guaidó”. En su artículo Hermoso propone la unidad de las heterogéneas fuerzas políticas de la oposición en Venezuela para enfrentar la dictadura en un escenario donde Nicolás Maduro y Juan Guaidó representan, en opinión de Hermoso, dos poderes diferentes.

Por la seriedad del proponente nos pareció pertinente escribir en respuesta un artículo publicado en La Razon.net el 02/07/20 titulado “La unidad de las oposiciones para derrocar la narcotiranía chavista”. En ese artículo atacamos la idea de una “unidad de la oposición venezolana” indiscriminada del tipo “aquí todos caben” y el cuestionable papel de Guaidó como parte de esa oposición, al tiempo de tomar la idea de unidad de Carlos Hermoso y replantearla no como una unidad burocrática de siglas y partidos sino más bien como unidad de propósito de fuerzas y sectores que comparten un mismo enfoque sobre el problema. No voy a repetir los argumentos planteados en ese artículo sino que me voy a centrar en la respuesta que ofrece el Secretario General Adjunto de bandera Roja el 06/07/20 publicada en El Pitazo bajo el título “Las falencias y urgencia de la unidad opositora venezolana”.

Sobre la caracterización del régimen como una dictadura. La dictadura es una institución republicana que le otorga poderes extraordinarios a una persona para atender una crisis o estado de emergencia por un tiempo determinado. La tiranía es un poder usurpado, excesivo, cruel  y absoluto que usa la fuerza, la demagogia y el populismo para sostenerse. El chavismo contiene todos los elementos de una tiranía que ha usurpado el poder en Venezuela y se mantienen  por la vía de la violencia.

Guaidó y la cohabitación con el régimen chavista. La representación que clama Juan Guaidó y la Asamblea Nacional que él preside es la derivada de la constitución chavista de 1999. Esa constitución le daría una justificación pseudo legal a los dos presidentes, las dos asambleas nacionales, los dos tribunales de justicia que en la práctica se ha traducido en una situación de hecho donde tanto Maduro como Guaidó tienen que cohabitar compartiendo inclusive las mismas instalaciones del congreso. A esta cohabitación legal habría que agregar la cohabitación política expresada en un total apoyo a la estrategia del régimen participando en sus elecciones desde 1999 y hasta este año cuando surgieron diferencias de forma en cuanto a las condiciones, mas no de fondo.

El apoyo de 50 países a Guaidó. En la realidad el apoyo de esos 50 países al gobierno de Guaidó ha servido para muy poco o nada. Por el contrario ese apoyo ha sido usado para darle representatividad a un gobierno que lo ha usado para embarcarse en los actos más escandalosos de corrupción tan deleznables como los del régimen chavista. Pero, además el apoyo de esos países actúa como un disolvente de la causa venezolana al llevar el terreno de lucha a los inciertos y eternos escenarios diplomáticos tales como la ONU, la OEA y el TIAR de los cuales jamás saldrá nada sustancialmente favorable para Venezuela. Por el contrario las acciones contundentes de UN SOLO país como los Estados Unidos, que con reservas también acepta a Guaidó, es lo único que ha logrado hacer tambalear al régimen chavista.

El problema de la unidad en diversidad de la oposición. No solo hay que reconocer las diferencias ideológicas entre los grupos y partidos de conforman diferentes corrientes de la oposición al régimen Chavista. También está la conducta política que han asumido y los intereses que defienden. Por ejemplo, sería absolutamente antihistórico plantearse una unidad de la oposición frente al régimen chavista haciendo parte de la misma a partidos tales como Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo que han sido instrumentales para colaborar con el sostenimiento del régimen apoyando la ruta electoral y sacrificando la lucha de calle y la insurrección. Y por supuesto habría que agregar nuestro absoluto cuestionamiento a la calidad ética de quienes han usufructuado las prebendas financieras del chavismo y aún hoy lo siguen haciendo desde el lobby internacional que preside Juan Guaidó.

«Proponemos el desconocimiento de la Constitución de 1999 y la ruptura con el estado chavista»

El profesor Carlos Hermoso plantea en su artículo cinco aspectos para esa posible unidad de propósito. Los cuales pasamos a comentar.

1) Salir de la dictadura. En una lucha como la planteada en Venezuela la expresión “Salir de la dictadura” no resume la esencia de la confrontación. Es equivalente a la expresión “cese a la usurpación. El régimen chavista no va a cesar en forma automática ni va a salir por su cuenta, es preciso confrontarlo política y militarmente para lograr su liquidación.

2) La vía Constitucional definida en su artículo 350. No se puede invocar el artículo de una constitución que fue impuesta por vías de hecho en fraude a la constitución vigente en 1999. Además de ser el soporte pseudo legal del régimen que se quiere destruir.

3) Conquista de la democracia, elecciones libres, libertad de los presos políticos y regreso de los exiliados. ¿Cuál democracia? ¿La democracia del estado de partidos que había antes de Chávez y que nos condujo al régimen chavista? ¿Cómo podría haber elecciones libres en un país destruido bajo el control de mafias chavistas con armas y dinero suficientes para intentar regresar al poder? El derrocamiento del régimen debe conducir de inmediato a la construcción de un estado que garantice fundamentalmente el orden en un  clima de amplias libertades ciudadanas para primero reconstruir al país. Tarea que no se logra en 6 meses luego de 20 años de destrucción.

4)  Unidad democrática, amplia, verdaderamente plural. La unidad así planteada es inviable porque significa poner en un mismo frente factores que representan políticas incompatibles. ¿Cómo conciliar en un mismo frente de lucha a quienes proponemos, por ejemplo, la fractura y la rebelión militar con quienes plantean luchar por mejorar las condiciones electorales para salir del régimen?

5) Una dirección política única de la oposición. En efecto al lograr acuerdos en los aspectos fundamentales de la lucha contra el régimen chavista sería viable y necesario crear una dirección política que coordine la estrategia y las tácticas. Y de eso se trata, de identificar los ejes que permitan articular una lucha para derrocar al régimen chavista.

Ahora, ¿cuáles podrían ser esos ejes? En contraposición a lo planteado por Carlos Hermoso nosotros proponemos los siguientes:

1) Desconocimiento de la constitución chavista de 1999. Esta es una definición fundamental no solo porque haya sido impuesta en fraude a la constitución anterior la de 1961, sino porque configura una pseudo legalidad a la medida del chavismo.

2) Ruptura con el estado chavista. Esto significa una política definitiva de rechazo a salidas electorales y a fórmulas consensuadas que por la vía de un gobierno de transición dejen intacta las viejas estructuras del estado chavista.

3) Derrocar al régimen por vías de fuerza e instaurar un gobierno de facto. Partiendo de la constatación que todas las vías dentro de la institucionalidad chavista han sido agotadas en estos veinte años y el chavismo se mantiene en el poder por el apoyo militar, solo queda la salida por vías fuerza, bien sea por una fractura militar interna o una intervención militar internacional o una combinación de ambas. Esto debe conducir a un gobierno de facto porque no estaría anclado en la pseudo legalidad imperante cuya tarea fundamental sea la reconstrucción de la República y la restauración del orden en un clima de amplias libertades civiles

Si creemos en una unidad de propósito, por eso le hemos puesto empeño a este debate con el profesor Carlos Hermoso. Pero, si nos vamos a plantear a Venezuela tenemos que aspirar lo más, no lo menos. No podrá ser para regresar al estado partidos que había antes ni con quienes han colaborado para sostener al chavismo en el poder.- 

@humbertotweets

EL AUTOR es abogado y analista político, con especialización en Negociación y Conflicto en California State University.