El siglo XXI no ha comenzado en Venezuela. Comenzará aquí cuando salgamos de Maduro y su narcotiranía comunista, títere de Cuba, y nos montemos en la tercera ola.
Jesús Antonio Petit Da Costa
Los 3.500.000 profesionales universitarios, que están contra Maduro y su narcotiranía comunista, constituirían el mejor y más numeroso ejército que jamás haya tenido Venezuela, si salieran de la inactividad, se organizaran como se los vengo diciendo, tomaran conciencia de clase y se movilizaran asumiendo el liderazgo desde abajo hacia arriba, desde la familia hasta el país, convirtiéndose en la clase dirigente. Sería un ejército invencible por estar dotado de las armas más novedosas adquiridas en la Universidad, que son los conocimientos, accionadas todas por un percutor que sólo Dios fabrica: la inteligencia. De que lo hagan depende: 1) Que la caída de Maduro y su narcotiranía comunista, títere de Cuba, se complete con la demolición total del edificio de la vieja sociedad que los sostuvo, no dejando restos que sirvan de retoños; y, 2) Que, por tanto, en sustitución de la misma se inicie una nueva etapa histórica, en sintonía con el cambio radical y profundo que viene sucediendo en el mundo el cual ha sido acelerado por la pandemia.
A la muerte de Gómez se terminó la etapa de la tiranía y el caudillismo rural, cónsono con la primera ola de los cambios en el mundo. Y se inició la etapa de la economía petrolera, que trajo la modernización, la urbanización, las relaciones industriales (Ley del Trabajo) y la instauración de la democracia durante 40 años. Fue nuestra segunda ola.
Ahora la nueva etapa histórica de cambios de la historia del mundo es la tercera ola, en la cual los países más avanzados vienen montados navegando desde principios del siglo XXI. Y nuestro problema está en que el siglo XXI no ha comenzado en Venezuela. Comenzará aquí cuando salgamos de Maduro y su narcotiranía comunista, títere de Cuba, y nos montemos en la tercera ola.
En esta nueva etapa histórica el “conocimiento” pasa a ser lo que fue el petróleo en la anterior. Con estas ventajas del “conocimiento” sobre el petróleo:
1.- Mientras el petróleo requiere espacio físico para almacenar que es limitado, el “conocimiento” se almacena, además del cerebro propio, en cerebros externos: computadoras, satélites, celulares y otras tecnologías digitales que han alterado y mejorado todas las formas de almacenamiento ilimitado en el menor espacio.
2.- Mientras más petróleo se usa, menos petróleo queda. En cambio, mientras más conocimientos creamos, más utilizamos y más almacenamos.
3.- El “conocimiento” no es propiedad del Estado como el petróleo, sino del individuo y, por consiguiente, lo hace más independiente. Y firme defensor de la libertad.
4.- El “conocimiento” es inmaterial y, por tanto, no puede ser nacionalizado, expropiado o confiscado por el Gobierno, la mejor garantía contra los comunistas y los populistas.
Al salir del atraso de veinte años que tenemos por culpa de Maduro y su narcotiranía comunista, títere de Cuba, nos montaremos en la tercera ola para entrar de lleno en el siglo XXI. ¿Se imaginan ustedes la riqueza de Venezuela al poner en producción a 3.500.000 “pozos” de conocimiento extraídos por el mejor balancín que es la inteligencia? Y la perspectiva de que nuestras Universidades tengan más reservas que la del Orinoco, las que entren en producción sucesivamente.
Universitarios: para montarse en la tercera ola sólo falta que ustedes se decidan a asumir el liderazgo comenzando por su familia.
petitdacosta@gmail.com 26-08-20