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Oyendo uno a Jorge Rodríguez, a propósito de la presentación de los candidatos que el Partido Socialista Unido de Venezuela lanza en esta oportunidad para las elecciones del 6 de diciembre; cuyas mini-apologías las sustanciaba con frases como “héroe de la resistencia revolucionaria”, “paladín del socialismo del Siglo XXI”; cosas así por el estilo les endilgaba; más estirado que nunca el tercio; uno se imagina a un mártir sacrificado, todo exhausto; guerreando en la vida por imponer sus ideas; habiendo hecho votos de pobreza; cuando es todo lo contrario.
He allí la Venezuela de los favoritos; los que el común de la gente conoce como los “enchufados”, y a quienes tú ves que llegan a nuestras urbanizaciones, y compran la casa más lujosa; que un pobre diablo, al que esa “revolución” sigloveintinuesca ha arruinado, y se ha tenido que marchar del país, le ha vendido.
En muchos casos se ha visto que han terminado por intervenir en el diseño arquitectónico de la mansión, y así la han puesto patas arriba; haciendo un gran alarde de dinero; bajo la estética del que viene con “el rancho en la cabeza”, para decirlo a la venezolana. Se permiten hacer fiestas con minitecas altisonantes; que duran hasta el amanecer del día siguiente, sin importarles la tranquilidad de los vecinos; mientras se desplazan en vehículos de alta cilindrada; vidrios forrados totalmente de negro, y van y se visten en Nueva York.
La revolución chavista les trajo suerte. Entonces salieron de aquella vida miserable que hasta entonces habían llevado; hasta el punto de que muchos de ellos vivieron entre la delincuencia y la legalidad: atracadores de bancos; secuestradores.
No se olvide que aquí se llegó a ventilar públicamente el asunto del financiamiento, que llevaba a cabo una gran parte de los partidos de la extrema izquierda por la vía del robo a mano armada; cuyo más extremo episodio lo constituyó el secuestro de William Niheous, y donde estuvo involucrado, precisamente, el padre de este señor Rodríguez, y quien no dejó de figurar también en la lista de los aspirantes del PSUV para este 6 de diciembre. Uno pudiera decir que allí estaba por excelencia la nomenclatura de este régimen.
Hay que tomar en cuenta que cuando se habla de régimen de nomenclatura, se habla de gobierno de ricos frente a un pueblo pobre; lo que significa que el primer principio de esta gente consiste en la insensatez; gobierno de viles, como los llamó Spinoza. Pero a continuación viene el otro gran principio, y es el cinismo, y del que hace gala el señor Rodríguez, sólo que en una forma muy acartonada, y es por eso que hablo de un estiramiento en su caso; mientras leía la lista de nombres, y a quienes elogiaba con los más honrosos epítetos; que ni un Homero, para reflejar a un hombre curtido por la guerra; preocupado por la felicidad, la seguridad y el bienestar de su pueblo; mientras una hegemonía compuesta por lo más rancio de la oligarquía internacional, en complicidad con la derecha criolla, pretende menoscabar esas conquistas con sus garras imperialistas; dejando entrever el señor Rodríguez que, detrás de la gesta de esta gente, ahora se le abre el porvenir al venezolano; que hemos transitado por un desierto lleno de fieras; pero a las que hemos vencido gracias a esa constancia en el ideal revolucionario, y que constituye el legado de Hugo Chávez.
¿Ganará en dólares esta gente, una vez que se posesioné de su respectiva curul? Es lo más probable; pues hasta ahora ese ha sido su tipo de ingreso, a partir de la vinculación con el régimen; pues en esas planchas del PSUV; como lo hacía ver Rodríguez a partir de su presentación, allí estaba lo más granado a nivel nacional de ese partido; los incondicionales de las regiones y localidades; encadenada por su puesto la red de medios de comunicación social, mientras hacía estos anuncios; pues se trata de personas que, además de ocupar los principales cargos de representación pública, están vinculados con el negocio de las Bolsas CLAP; con el cobro de determinadas comisiones, que se derivan de los gastos de los organismos del Estado; cuando no, le meten la mano al erario público, a partir de la contratación de obras de infraestructura, por ejemplo, donde sólo se puso la primera piedra, y de allí que rueden por las redes sociales mensajes, donde se mencionan una gran parte de estos casos; es decir, contratación de obras-fantasmas. ¿A quién pertenece esa cadena de bodegones que se ven por todo el país? A esta gente, precisamente, por su vinculación con el dólar; lo que le permite traer esa mercancía que se expende en estos lugares. Además, volviendo a lo de los ingresos en dólares: allí en esas planchas hay más de un aguijoneado de alacrán; como se le llama ahora a la operación, que consiste en la compra de diputados o de voluntades, en su conjunto, y allí entra que si Parra, que si Brito.
De acuerdo a lo que especula el vulgo, el oficialismo en este río revuelto que serán estas elecciones, se adjudicará 235 diputados; dejándole 42 a lo que se conoce como la oposición colaboracionista. Eso está cuadrado. Se trata de un premio que se les concede a unos incondicionales; es decir, ponerlos a ganar dólares, sentados allí; aprobando leyes de carácter de terror; si se toma en cuenta que no será sino una Asamblea Nacional convertida en un aparato de este tipo. Yo diría; que vendría a ser una redición de la Constituyente; cuya muerte para diciembre acaba de ser anunciada, sin que haya aprobado ninguna Constitución; lo cual demuestra que nunca tuvo una razón de ser; salvo la de prestarse para llevar a cabo las persecuciones, que el régimen iba desatando en contra de sus enemigos; en especial, diputados de la oposición; cuando no, a poner de rodillas, al que logró imponérseles en una elección; como fue el caso de los gobernadores adecos; pues, por lo demás, esta Constituyente gozó del repudio del mundo; como lo será ésta, salida de las elecciones del 6 de diciembre.
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