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La pandemia agravó la desigualdad en la alimentación

El gobierno asegura que el Clap garantiza la adecuada alimentación a los habitantes

Cada 16 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Alimentación, este año en medio de crisis más agudizadas por la pandemia del Covid-19.

Venezuela no escapa de esta realidad y se enfrenta a un sistema de alimentación que lo hace esquelético al añadirse factores como la caída del poder adquisitivo e imposibilidad al acceso de servicios públicos como agua potable y energía eléctrica o insumos como gas y gasolina.

Soberanía alimentaria

A pesar de las constantes protestas y denuncias públicas hechas por la población en esta materia, el gobierno del presidente Nicolás Maduro, exalta la garantía del derecho a la alimentación en el país. Su principal herramienta son los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), creados en 2016.

No obstante, la política pública, reconocida como la caja o bolsa Clap, ha generado críticas robustas, entre ellas la de no brindar alimentación balanceada en la variedad de sus productos, incidiendo desfavorablemente en los grupos más vulnerables.

«Rehenes del Clap»

El seguimiento constante a las condiciones de vida de los adultos mayores en Venezuela por parte de la ONG Convite AC, permitió concluir que las personas de la tercera edad no solo están mal alimentadas, sino que se potencian las posibilidades de padecer diabetes e hipertensión.

Luis Francisco Cabezas, director de la asocación civil, informó que en un estudio realizado entre julio y agosto de este año en Miranda, Monagas y Lara, quedó evidenciada esta posición.

La investigación arrojó que 79% de los encuestados obtiene sus alimentos en mercados populares o abastos y el 63% por medio del Clap.

Opinó que los adultos mayores «son rehenes del Clap», debido a la merma del poder adquisitivo, si se toma en consideración que la pensión del IVSS equivale a menos de un dólar.

Para Cabezas, la situación empeora al conocer la frecuencia con que el beneficio Clap llega a los hogares venezolanos: 44% cada dos meses, 21% cada tres meses, 28% mensual, 7% no lo ha recibido nunca.

Los entrevistados detallaron que los alimentos que más consumen son verduras, mientras que «lo que más extrañan comer es pescado, pollo, carnes rojas y frutas», dijo el activista.

Hambre: mal mundial

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estima que para finales de este año, la pandemia por el Covid-19 genere entre 80 y 130 millones de personas con hambre en el mundo.

Las cifras nada alentadoras se aceleran en América Latina y el Caribe, donde la inseguridad alimentaria se prevé que involucre 9,5% de la población para el año 2030.

Por estos indicadores puede predecirse que la región no va a cumplir con la meta del segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible: Hambre cero.

La FAO, en el informe anual Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo, reportó que debido a la pandemia está agravándose velozmente la vulnerabilidad y desigualdad de los sistema alimentarios en los que están inmersas las actividades de producción, distribución y consumo.