Hay sanción cuando se le niega a un trabajador un excelente salario; a un jubilado una digna pensión; a un ciudadano un pasaporte; a los partidos ser dirigidos por sus autoridades legítimas; y a una región su representación parlamentaria
Félix B. Sucre
CNP 8526
La política tienes sus malos y buenos momentos para los actores de distintas tendencias encontradas, lo que en Venezuela es muy común, aunque solo es preocupante, por decirlo de alguna manera, cuando la sanción va contra funcionarios de la revolución o sus aliados.
En este caso, válgame Dios, ya conocemos lo que ha hecho la Unión Europea, quien actuó en contra de un determinado número de funcionarios militares y civiles, señalados de estar incursos en violación de los derechos humanos, lo que suponemos, es una responsabilidad individual.
Lo que llama la atención es que aparezcan personas, como los del CNE, entre ellos Leonardo Morales, quien por casualidad es vicepresidente del organismo electoral, persona que conocemos como un venezolano comprometido con los valores democráticos. No obstante, las antipáticas sanciones son un mecanismo que utilizan esos gobiernos europeos en sus asuntos internos y que, por lo demás, deberían estar mejor sustentadas.
Nunca estaremos de acuerdo con ninguna sanción, eso es válido para los gobiernos europeos, el canadiense y el norteamericano, quienes no pueden estar sancionando a todo el mundo mientras ellos no son el mayor y mejor ejemplo de moralidad.
Somos un país con nuestras propias leyes y normas, aunque firmantes de Tratados que son de obligatoria cumplimiento, aunque sepamos que los mandantes no son adictos al respeto del derecho internacional»
Pues, bien sabemos que en esos países hay conflictos internos, lo que nos lleva a solicitarles que los resuelvan para poder aplicarles sanciones a otro u otros países.
Venezuela no puede ser la capotera de cada uno de esos gobiernos. Nosotros somos un país con nuestras propias leyes y normas, aunque firmantes de Tratados que son de obligatoria cumplimiento, aunque sepamos que los mandantes no son adictos al respeto del derecho internacional, independientemente que digan lo contrario. O, en el otro caso, que el canciller madurista diga lo contrario.
Es más, por años, aunque en el Psuv quieran negarlo, este gobierno o revolución, como quieran llamarla, no es respetuosa de la Constitución ni de las leyes; son todo un mal ejemplo, incluso donde los militares se llevan al palmarés. Den un pequeño paseo por al 328 Constitucional. Allí los militares están raspados en tal asignatura, aunque Padrino López pretenda decir lo contrario. Por lo que las sanciones nacieron en Venezuela, no en los Estados Unidos, Canadá o la Comunidad Europea. Es posible que se pregunten cómo es eso; si el cronista está loco.
Pues les diremos, con claridad meridiana: En el Gobierno de Hugo Chávez hubo sanciones, inclusive contra personas de otras tendencias políticas. En el gobierno del suplente de Chávez, como es el de Nicolás Maduro, las sanciones han sido parte del autoritarismo del gobierno.
Las sanciones son parte de la naturaleza del gobierno de Nicolás Maduro, el que no debería quejarse con lo que hacen en otros países en contra de funcionarios civiles y militares, al igual contra diputados»
Cuando se le niega a un trabajador un excelente salario, es una sanción; cuando se le niega a un jubilado una digna pensión, esa es una sanción; cuando se le niega a un ciudadano un pasaporte, esa es una sanción; cuando se le niega una excelente salud, esa es una sanción; cuando se le niega a los partidos ser dirigidos por sus autoridades legítimas, eso es sanción; cuando se le quita a una región su representación parlamentaria, eso es sanción.
En fin, las sanciones son parte de la naturaleza del gobierno de Nicolás Maduro, el que no debería quejarse con lo que hacen en otros países en contra de funcionarios civiles y militares, al igual contra diputados.
La cuestión está en que muchos de esos funcionarios se buscaron sus propias sanciones; ellos han sido parte del juego diabólico de un gobierno que juega sucio en todo, siendo el caso de los diálogos políticos el ejemplo más claro, donde hasta el Vaticano quedó mal parado. Como también Oslo, Noruega, Barbado y República Dominicana. Entonces no es aceptable que en Miraflores salgan como plañideras devaluadas con llantos de cocodrilos.
Ese mismo gobierno que se viene quejando, desde finales del mandato de Hugo Chávez, llegando a su suplente Maduro, quien con la alcahuetería de los militares que la apoyaron la Asamblea Nacional Constituyente, demostraron que no tienen respeto por la Constitución Bolivariana, menos el voto.
El hoy vocero de la oposición madurera, Bernabé Gutiérrez sí sabe cómo él fue parte del reparto, aunque hoy diga lo contrario y se pretenda vender como el adeco puro que le sirve a Maduro porque cree en el voto”
El voto ha sido todo un parapeto. Por eso buscaron la alianza de un sector opositor que, «al no ser llamado por Juan Guaidó, se convirtieron en los cachifos o gustaneros de Miraflores, todo porque el G4 no los llamó; no los tomó en cuenta, por ejemplo, para cuando el reparto de las embajadas.
El hoy vocero de la oposición madurera, Bernabé Gutiérrez sí sabe cómo él fue parte del reparto, aunque hoy diga lo contrario y se pretenda vender como el “adeco puro que le sirve a Maduro porque cree en el voto”. O como el caso del pastor Javier Bertucci, quien sin explicar cómo y con qué dinero salió a Miami por una presunta ayuda humanitaria, de la que ni el Gobierno Nacional sabía.
Tal vez, si se le pregunta a los dirigentes aliados del gobierno en la Mesa de Casa Amarilla, como el caso de Juan Carlos Alvarado, Claudio Fermín, Henri Falcón y al mismo Bernabé Gutiérrez, nadie sabía de esa presunta ayuda humanitaria que estaba o iba a gestionar una presunta ayuda humanitaria o una miles de ollas de sopas para sus necesitados.
Hoy estamos entrampados los venezolanos con sus políticos, quienes no sienten ni padecen los problemas del país que sufre y llora, incluso por no tener comida, mientras ellos lo que están es pendiente de la Agenda de Maduro»
Tal vez. Solo tal vez Bertucci, con su buena intención, se le pasó informar que visitaría el pueblo del Norte, y que alguien mandó el pitazo para que no le dieran entrada a ese pueblo llamado Estado Unidos, donde hay normas que exigen cumplimiento hasta de parte de parlamentarios de la Asamblea Nacional que no tiene reconocimiento por esas autoridades, por lo que su carnet debe lanzarlo al Guaire, sino se lo decomisaron en el aeropuerto.
Lo que nos llamó la atención en el caso de Javier Bertucci no fue su asunto en la aduana, sino la descarga de él contra los trabajadores de la prensa y contra los periodistas profesionales, con lo que ha dejado en claro que como pastor, político y diputado de la AN de Maduro puede darnos lecciones de cómo hacer periodismo. O qué es periodismo según su Cátedra. Es como que Bernabé Gutiérrez diera clase de moral y de ética.
Hoy estamos entrampados los venezolanos con sus políticos, quienes no sienten ni padecen los problemas del país que sufre y llora, incluso por no tener comida, mientras ellos lo que están es pendiente de la Agenda de Maduro, el cual quiere nuevas elecciones para ganar tiempo y mantenerse en el poder con su camarilla, gracias a los de Casa Amarilla, mientras el G4 pierde tiempo deshojando las margaritas para ver si participan o no en las elecciones de gobernadores y alcaldes.
Debe reírse con Nicolás Maduro del llanto de las tres divinas personas del MAS, mientras esperan la reacción de Claudio Fermín, de Henri Falcón, Javier Bertucci y del Funes de Amazonas, Bernabé Gutiérrez»
Lo mejor que puedes hacer Miraflores, al estilo de El Vaticano, después de una reunión con el G4, es anunciar unas elecciones generales sin él y sin Juan Guaidó, incluyendo a la Asamblea Nacional, regresando a sus 167 diputados, tal como lo estipula la Constitución en su artículo 186. Para esas elecciones puede estar el mismo CNE.
Esto sería bien visto por el autor de la Lista Nacional para el parlamento y que, ¡Eureka!, no fue premiado con una diputación al estilo Timoteo Zambrano, quien debe reírse con Nicolás Maduro del llanto de las tres divinas personas del MAS, mientras esperan la reacción de Claudio Fermín, de Henri Falcón, Javier Bertucci y del Funes de Amazonas, Bernabé Gutiérrez, quien no quisiera que le recordaran sus tropelías en las tierras amazónicas, donde aprendió a ser autócrata, razón por la que se la lleva bien con Nicolás Maduro.
Es mucho decir, sin olvidarnos que chivo no come lloviendo, aunque busquen sancionarlo.