El Covid-19 es el que marca la pauta porque no habrá vacunas que sirvan para controlarlo; Maduro, en su conflicto político, no tiene interés en buscar conversar con Juan Guaidó y llegar a las soluciones
Félix B. Sucre
CNP 8526
Estamos en medio de una encrucijada. Sin embargo, el inquilino de Miraflores se mantiene impertérrito en su campaña política, mientras la gente muere de Covid-19, para el que recetan góticas milagrosas que llevan el nombre del doctor José Gregorio Hernández.
Este, utilizado por Nicolás Maduro como su compinche en esta travesura, de la que, con seguridad se reirá como le da la gana.
Venezuela está enferma. El Covid-19 no es un cuento de caminos ni mucho menos un libreto de un programa humorístico. Muchos son los amigos y conocidos que ya se han ido; es doloroso. Sin embargo, desde Miraflores, en su afán por el espectáculo, lo que sale es pajas contra el señor Juan Guaidó, quien pareciera ser el responsable de todos los males del país, mientras los que tienen más de dos décadas en el poder son los niños de pechos que nada tienen que ver con la situación que confrontamos.
El gobierno nada tiene que ver con el Covid-19; la presencia del virus chino no es responsabilidad de Miraflores; sería una falacia decirlo, lo que sería condenable en todo caso, pero sí es lógico señalar que el gobierno y sus aparatos represivos lo han utilizado para encerrar a la gente, desmovilizarla, incluso bajo amenaza.
Mientras, como se ha conocido muy bien, en muchos lugares exquisitos han hecho fiestas donde el derroche de opulencia ha sido impresionante, demostración de la nueva clase social que se viste de rojo para que no haya excusas.
De esas fiestas, no obstante, ha participado gente cercana a Miraflores; quizás son los que asesoran al mandón de Venezuela para que haga lo contrario a lo que indica la lógica. O, en otro caso, lo que ha venido indicando la Organización Mundial de la Salud y también la Organización Panamericana de la Salud.
La gente solo vale un voto; es tal vez lo que motiva a esos señores, quienes pueden ganar elecciones con pocos votos, aunque en eso nada tenga que ver el CNE, sino que la oposición que Maduro se construyó con la ayuda de sus buenos amigos, no es capaz de unirse, tal como lo hicieron en las pasadas elecciones parlamentarias del 6D.
Venezuela está enferma, es la triste realidad. Hoy el Covid-19 es el que marca la pauta. Y la seguirá marcando porque no habrá vacunas que sirvan para controlarlo; Maduro, en su conflicto político, no tiene interés en buscar conversar con Juan Guaidó y llegar a las soluciones. Tampoco vemos que Juan Guaidó diga que está dispuesto a hablar con Nicolás porque el país está por encima de la diatriba política. Entonces, ¿qué será lo que vendrá para los venezolanos?
Somos periodistas, no magos o adivinos para llegar a saber que está por venir para nosotros; que se pueda minimizar la acción del virus chino, Covid-19 o como lo quieran llamar. No importa que sea con cepa del Brasil, hija de Bolsonaro o de Lula, lo que sabemos es que no hay vacunas para inyectar al ochenta por ciento de la población.
Nicolás Maduro prefiere el gamelote político; un templete es más importante para él, ya que puede decir que Juan Guaidó es un ladrón, como la canción de José Luis Perales, lo que luego es repetido, con mucho fervor por miembros de la oposición exquisita que consiguió en la Casa Amarilla.
Venezuela que se friegue. La pandemia que haga con la gente lo que quiera. Juan Guaidó será juzgado por todo lo que Miraflores quiera. No hay fiesta de gratis. Los muertos de hoy, mañana serán parte de las estadísticas. Nicolás Maduro, es posible que piense que saldrá ileso de todo.
algrano.fs@gmail.com