Mientras el coronavirus avanza en Venezuela con su efecto devastador el régimen chavista de Nicolás Maduro no tiene un plan de prevención y control, menos aún un plan de vacunación. Tan solo le ofrecen a los incautos unas goticas milagrosas que no usan ni siquiera los miembros del régimen.
Humberto González Briceño
A Venezuela le ha tocado enfrentar el coronavirus a merced del régimen chavista y su falsa oposición. Desde el momento en que la pandemia del coronavirus fue oficialmente reconocida por la mayoría de los países en el 2020 hasta ahora ha transcurrido un poco más de un año.
La pandemia no atacó por igual a todos los países. Mientras países en América del Norte, Europa y Asia sucumbían ante la cifra diaria de contagiados y fallecidos otros países como la Venezuela del régimen chavista no quisieron prestar atención a la pandemia como si se tratase de un evento lejano que nunca nos iba a tocar.
Ante la ausencia de cifras oficiales en materia de economía y salud en Venezuela no hay forma de hacer un diagnóstico basado en la realidad para saber qué es lo que está ocurriendo. Solo el trabajo de algunos periodistas independientes y de organizaciones no gubernamentales, ambos con muy limitados recursos, podrían arrojar pistas de la dimensión de la tragedia.
Desde el comienzo de la pandemia el régimen chavista ha tenido muy clara su prioridad: Mantenerse en el poder al precio que sea. En lugar de aprovechar prácticamente un año de gracia cuando el nivel de contagios era menor en Venezuela para desarrollar un plan nacional agresivo de prevención y control de la pandemia el estado chavista solo se ocupó de ocultar las cifras reales del número de personas contagiadas. Pero se llegó a un punto en el cual ya la crisis no se podía negar ante el dramático aumento de cifras mortales cada día que se disparó a finales del 2020 y sigue creciendo y cobrando víctimas.
El resultado fue la rápida propagación del virus en El Tigre incluyendo entre las víctimas fatales a miembros del entorno del poeta de la muerte»
Las cifras que admite oficialmente el régimen chavista sobre el número de contagios y fallecimientos son la peor expresión de burla y cinismo contra los venezolanos. Delcy Rodríguez solo reconoce 1.122 casos de contagiados y reporta en un día el fallecimiento de tan solo 19 personas por coronavirus. Pero la cruda realidad es que las morgues están colapsadas, las casas funerarias ya no tienen capacidad para incinerar a los fallecidos y las redes sociales están inundadas de miles de historias que reportan la pérdida de seres queridos por una pandemia que se propaga en forma exponencial por culpa del chavismo.
Los trabajadores de la salud, médicos y enfermeras, están en una carrera contra el tiempo tratando desesperadamente de honrar su juramento hipocrático en un último esfuerzo para salvar vidas. Pero este esfuerzo ocurre a pesar del estado chavista que al día de hoy no tiene un plan para enfrentar el coronavirus y solo le hace seguimiento a la pandemia para asegurarse que su impacto no los sacará del poder.
El desprecio y el desdén del chavismo por la vida de los venezolanos se hace patente en eventos como la celebración orgiástica de una boda de unos familiares del infame Tarek William Saab desafiando reglas de distanciamiento social y cuarentena que le son impuestas a millones de venezolanos, pero que no aplican para los miembros del régimen.
Más de 800 invitados del entorno de William Saab se reunieron y celebraron pensando quizás que los chavistas estaban hechos de una materia que los hace inmunes al coronavirus. El resultado fue la rápida propagación del virus en El Tigre incluyendo entre las víctimas fatales a miembros del entorno del poeta de la muerte.
El chavismo enfrenta la pandemia del coronavirus con la misma indolencia y negligencia que ejerció para desmantelar la industria petrolera»
Por supuesto, no nos enteramos de esta desgraciada celebración por los medios oficialistas sino por la audaz y documentada crónica de la valiente escritora Milagros Mata Gil quien tuvo que pagar con su libertad por escribir la verdad.
Mientras el coronavirus avanza en Venezuela con su efecto devastador el régimen chavista de Nicolás Maduro no tiene un plan de prevención y control, menos aún un plan de vacunación y tan solo le ofrecen a los incautos unas goticas milagrosas que no usan ni siquiera los miembros del régimen.
Ante la posibilidad de que el régimen chavista adquiera unas vacunas a través del sistema Covax ya han anunciado que serán distribuidas a través del llamado Sistema Patria que solo beneficiaría a los chavistas registrados.
El chavismo enfrenta la pandemia del coronavirus con la misma indolencia y negligencia que ejerció para desmantelar la industria petrolera. Solo tienen un objetivo en mente y es mantenerse en el poder como sea. Sus pares de la falsa oposición, incapaces de articular una estrategia para sacar al chavismo del poder, abogan por despolitizar el tema del coronavirus en Venezuela lo que significa dejar que el chavismo siga reinando en el caos, sin reparar que es eso precisamente lo que quieren para usar la pandemia en su favor.
Los efectos del estado chavista en el poder son más nefastos, devastadores y letales que los del propio coronavirus»
Mientras sea el estado chavista quien decida que hacer sobre la pandemia o decida a quien se vacuna y a quien no cientos de miles de venezolanos estarán condenados inevitablemente a desaparecer. Sin duda, los efectos del estado chavista en el poder son más nefastos, devastadores y letales que los del propio coronavirus.
@humbertotweets
EL AUTOR es abogado y analista político, con especialización en Negociación y Conflicto en California State University.