Desde que entendí que esta oposición sería incapaz de proponer algo serio y distinto al estatismo bolivariano, tengo derecho a preguntarme ante la escalada del odio y la irracionalidad: ¿Dónde está el liderato de la Nación?
Domingo Alberto Rangel
En materia religiosa, la siempre exagerada CIA jamás se ha equivocado en su caracterización anual de nuestra sociedad: por algo nos califican a los venezolanos como un pueblo “formalmente católico y romano”.
La diferencia es importante porque algo “formal” siempre será un ente gaseoso… al menos en comparación con quien asume sobre el mismo tema el fondo y la forma.
La diferencia entre el estado sólido y el gaseoso saltó cual liebre en medio de un prado cuando tres hechos se superponen: el primero estaba programado porque la tardía beatificación del santo popular José Gregorio Hernández tenía fecha fija.
Los otros dos hechos fueron casuales porque así lo fue la repentinamente muerte de Aristóbulo Isturiz, y también el suicidio en Buenos Aires de un escribano elevado a los altares por los medios polarizados que abrevan de las cuentas robadas a la Nación y dilapidadas por el interinato.
Miraron para el techo, por cubrir a quien desde sus espacios habían convertido en una especie de oráculo de vanidades»
Aristóbulo fallece durante una operación de corazón abierto, luego el suicidio termina con la vida de quien se sabía que acostumbraba acosar alumnas hasta llevarlas “al colchón”, pero al que nadie hasta fecha reciente lo había acusado o simplemente le habría dado una buena zurra por cobarde.
Frente a las dos muertes contrasta el celestinazgo de locutores y fablistanas que a pesar de auto alabarse como “demócratas”, miraron para el techo, por cubrir a quien desde sus espacios habían convertido en una especie de oráculo de vanidades, y el racismo con el cual desde la cobardía de los teclados, unos pocos exaltados celebraron la muerte de Aristóbulo Isturiz como si de un mico se tratara.
En el primer caso, llegaron al extremo de intentar culpar del suicidio a la joven que se atrevió a acusar al violador. En el segundo, como si se tratara de ultra católicos practicantes, de los que aún celebran la misa en latín y se dan golpes de pecho, una vez ahítos de celebrar memes mediante la muerte del popular ministro protestaron una “misa de santería” que supuestamente y violando vaya a saber cuál regla, se celebró en honor a Aristóbulo en la Asamblea Nacional.
¿No hay nadie capaz de ponerle freno a la escalada deshumanizadora de la política y de la sociedad?»
¿Sabrán qué es libertad de culto estos demócratas?
En medio de tanto disparate, como para no desentonar, el Gobierno venezolano, rumores mediante, anunciaba la posible asistencia del Papa a la beatificación de José Gregorio. Luego el Vaticano en medio de la pandemia anunció que los actos en Caracas serían presididos por monseñor Parolin quien casi de seguida dijo, como dudando de la capacidad protectora y milagrosa del nuevo beato, que no vendría “por –temor a- la pandemia”.
Y uno que siempre me he mantenido independiente desde que entendí que esta oposición sería incapaz de proponer algo serio y distinto al estatismo bolivariano, tengo derecho a preguntarme ante la escalada del odio y la irracionalidad: ¿Dónde está el liderato de la Nación?
¿No hay nadie capaz de ponerle freno a la escalada deshumanizadora de la política y de la sociedad?
Cuando reclamo “alguien” no me refiero en exclusiva a los políticos: ¿Dónde están los obispos, los jefes de otras religiones, el Rabino mayor?
Ya hay el antecedente de la Alemania de Weimar cuya politiquería y falta de liderazgo acabó con lo poco que había de democracia y allanó el camino de Hitler»
En medio de tanto silencio, sin embargo, hay hechos positivos: uno, el ex candidato Capriles, quizás buscando puesto en el CNE, honró la memoria de Aristóbulo Isturiz –político siempre dispuesto a escuchar planteamientos de la oposición- y el interinato al cual como saben quiénes me leen, detesto por anti patriota y pirata, pero esta vez al menos calló en manada.
No es mucho y quizás la motivación del interinato también sea un rector del CNE pero hay más.
Si quienes pretenden liderar una sociedad, callan ante la canalla, esa sociedad pronto perderá lo poco que queda de civilización y de democracia.
Ya hay el antecedente de la Alemania de Weimar cuya politiquería y falta de liderazgo acabó con lo poco que había de democracia y allanó el camino de Hitler.
Peor en nuestro caso porque es obvio que desde Colombia nos atacan, obvio también que ese ataque no es gratuito, que los reinosos buscan terreno y en ese extremo con el liderato civil o religioso callado, solo quedará la FANB que al mando del general Padrino tendrá que empinarse.
Sobre este tema volveré es muy importante.
@DomingoAlbertoR
EL AUTOR es ingeniero civil, consultor, asesor y dirigente político. Premio Nacional de Periodismo 2019, mención Opinión.