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El pueblo cubano le ha fracturado a Maduro su ya escaso piso político #Opinión #JesúsPetitDaCosta

Porque los aprietos del jefe los paga el lacayo. Y como a Maduro nadie lo quiere, la situación está que ni pintada para que surja el que llene el “vacío de liderazgo”

Jesús Antonio Petit Da Costa

El derrumbamiento del imperio comunista soviético después de 45 años y la disolución de la Unión Soviética (URSS) después de 75 años, sin que haya mediado una guerra, nos hace presumir que del mismo modo y por las mismas causas caerá el imperio comunista cubano y será disuelto y abolido el comunismo en los países que lo forman.

En efecto, se dan las mismas condiciones objetivas: colapso de la economía, empobrecimiento general, crisis humanitaria, moneda con valor apenas de vale interno, condiciones sanitarias infrahumanas, desempleo masivo, mercado negro. Y se dan las mismas condiciones subjetivas: descontento general, éxodo masivo como escape hacia los países capitalistas (el mayor de la historia en nuestro caso: calculado en 7 millones para este año) por la convicción de que allá se vive mejor y desesperanza colectiva porque se ha perdido la esperanza de un cambio de la situación política, económica y personal.

Los acontecimientos en Cuba lo confirman. La reacción del pueblo cubano, hasta ahora pasivo, que ha sorprendido a muchos, se ha dado en este momento porque se le han cerrado todas las puertas, adentro y afuera: por una parte, el país satélite que es Venezuela, al cual Cuba le ha robado sus riquezas durante 22 años, está exhausto en sus finanzas y no puede seguir sosteniéndola en la misma proporción de antes. Entonces quedarse en Cuba significa pasar más hambre que nunca.

Y, por la otra, Estados Unidos levantó un muro que les impide el ingreso: eliminó el sistema de acogida especial para cubanos: “pies secos, pies mojados”, obligándolos así a quedarse en Cuba y resolver allí su problema, como debe ser. Los cubanos no tienen, pues, otra salida que rebelarse o morir de hambre. Ni siquiera pueden saltar el muro como en Berlín porque devuelven a los que lleguen a Florida.

En Cuba la situación podría evolucionar igual que en la URSS. Desaparecidos los gobernantes con liderazgo efectivo (uno muerto, Fidel Castro, y el otro senil, su hermano Raúl) y puesto en su lugar un “aparachit” o burócrata de partido sin carisma, hay un “vacío político” abierto para que lo llene, a falta de un líder de oposición (que no lo hay ni podría haberlo) alguien del partido comunista, un émulo de Gorbachev que inicie la apertura al cambio, vista la inutilidad de resistirse al mismo, o tal vez un Yeltsin, un segundón que tomó el poder y refundó la Rusia capitalista existente antes de la URSS. Aún más, podría emerger un militar que tome la actitud del general Jaruzelski de Polonia pero con mayor decisión para poder negociar la transición. Todas estas salidas están abiertas.

¿Y Venezuela? Los sucesos de Cuba son un terremoto político que ha fracturado a Maduro ya su escaso piso político, aunque no se vea. Porque los aprietos del jefe los paga el lacayo. Y como a Maduro nadie lo quiere, la situación está que ni pintada para que surja el que llene el “vacío de liderazgo”, incluso saliendo de adentro.

petitdacosta@gmail.com

EL AUTOR es abogado y magistrado jubilado. Profesor en la Universidad Central de Venezuela 1966-1996 en derecho mercantil y derecho laboral. Exprocurador general de la República. Expresidente de la Federación de Colegios de Abogados de Venezuela

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