El dictador llegó como el típico guapetón de barrio, diciendo: “A mí no me invitaron pero tampoco me dijeron que no viniera”
Enrique Meléndez
La situación que confrontó Nicolás Maduro en la reciente Cumbre de países miembros de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe nos da una muestra, de cómo en el extranjero este señor tiene por delante un campo minado.
De hecho, trascendió que se había tenido que venir antes de lo previsto; porque, al parecer, los caza-recompensas lo tenían medido, para secuestrarlo y entregarlo a Estados Unidos, y no fue sino gracias a un pitazo que le dieron a última hora, como se pudo salvar de estas garras.
Al saber que Maduro estaba en México, en forma alevosa, Estados Unidos reiteró que sobre su cabeza se estaba ofreciendo una recompensa de 15 millones de dólares.
Incluso, llegó sin anuncios de ningún tipo, que fue lo que hizo decir a López Obrador, que ni siquiera él sabía, que Maduro se iba a presentar en ese escenario, es decir, llegó como el que dice: a mí no me invitaron, pero tampoco me dijeron que no viniera; lo que ya nos da a entender que él mismo sabía que allí sobraba, y lo que se demostró desde el primer momento, a propósito de los videos, que se han podido observar en las redes sociales, y en donde se ve a un grupo de senadores, que lleva a cabo un pronunciamiento en su contra; aparte de que se oye por allá una buena mentada de madre.
Consecuencia de la política de la persecución a la empresa privada, que desató Hugo Chávez aquí, y que condujo a la ruina a nuestra economía, y que ha llevado a la emigración de 6 millones de compatriotas»
Por supuesto, por las redes llegan videos de este momento, como videos también de años anteriores; lo cierto del caso es que, con independencia de su actualidad, por aquí se demuestra el fuerte rechazo que tiene ese señor, sobre todo, en el medio mexicano, y es lo que dice una senadora, que se pronuncia junto a un grupo de homólogos suyos, que portan un cartel, donde se lee: “Maduro, no eres bienvenido”.
Esto porque, precisamente, comienza a suscitarse en México el temor, de que López Obrador conduzca dicho país a un sistema de gobierno, como el que se vive en Venezuela, es decir, un mensaje a García, como se dice en términos burocráticos. Una advertencia a López Obrador mismo, de modo que la sociedad mexicana se ponga en alerta ante semejante peligro, sobre todo, porque en nuestro medio social todavía hay demasiada ignorancia; gente que se deja seducir por un encantador de serpientes, que se coloca con una tabla sobre la ola de los resentimientos sociales.
Y esto es lo que hemos visto que ha sucedido, primero, en México con este López Obrador; luego en Argentina, después en Bolivia y ahora en Perú, cuyo presidente terminó siendo comparado con Cantinflas, precisamente, en esta Cumbre, habida cuenta del atuendo con el que se presentó.
Es decir, estos son países que no han quedado inmunes, a propósito de la amenaza que representa ese fantasma del comunismo, que primero se inoculó en Cuba, y cuando ya se creía que iba a expiar en la isla, resulta que salió un jurungamuertos aquí en Venezuela que le dio vida a una momia, llamada Fidel Castro, y así que se prendió la mecha, y en un momento en que el muchacho de Sabaneta de Barinas estaba buchón con los petrodólares que le entraban, y eso fue derroche y derroche, financiando el comunismo, a través de un llamado Foro de Sao Paulo, y de modo que lo vimos llegar a Bolivia con Evo Morales, luego en Ecuador con Rafael Correa, a continuación en Brasil con Lula Da Silva; allá abajo con los Kirchner en Argentina y en Chile con Michelle Bachelet; aunque ninguno cayó en la desgracia nuestra, consecuencia de la política de la persecución a la empresa privada, que desató Hugo Chávez aquí, y que condujo a la ruina a nuestra economía, y que ha llevado a la emigración de 6 millones de compatriotas, que pululan hoy en día por todos los continentes; como dijo Iván Duque: el más grande desplazamiento de un pueblo, que se ha conocido en la historia de la humanidad.
Cobra vigencia la Carta Americana de la OEA, a propósito de los procesos de democratización de nuestros pueblos, y que constituye uno de los propósitos de dicho tratado»
Pero, además, Maduro no estaba preparado para lo que le esperaba en la plenaria, y fue el pronunciamiento de los presidentes de Paraguay, Uruguay, Ecuador y el de Colombia quienes manifestaron su malestar por la presencia suya en ese evento; sobre todo, por su condición de dictador, y es aquí donde cobra vigencia la Carta Americana de la OEA, a propósito de los procesos de democratización de nuestros pueblos, y que constituye uno de los propósitos de dicho tratado, y que en nuestro medio se conoce como la Doctrina Betancourt; tomando en cuenta que fue el primer dirigente político sudamericano que la planteó, es decir, aislar a todo aquél que se erija dictador, y que fue lo que le trajo a colación el presidente de Paraguay.
Por lo demás, Maduro llegó como el típico guapetón de barrio; que dice eso que indiqué en un principio: a mí no me invitaron pero tampoco me dijeron que no viniera. Hasta el propio López Obrador mostró su extrañeza por la llegada de este señor a su país; tomando en cuenta que, al parecer, no anunció su viaje hacia allá; lo que supone que lo hizo por precaución, con motivo del peligro que corre por esos caza-recompensas, que andan detrás de él, y que no quieren perder la oportunidad de conseguirlo mal parado, como se dice en criollo; pues hay que verle la cara a 15 millones de dólares.
Luego, llega proponiendo nada más que la disolución de la OEA, por la sustitución del propio CELAC; algo que le salió de la tapa de la barriga, y que lo hizo con toda la provocación del caso, ya que no deja de ser un absurdo, y que es donde más se manifiesta la conducta improvisada de estos dictadores comunistas; aunque donde más se manifestó esa actitud de guapetón de barrio fue cuando retó al presidente de Paraguay a debatir sobre democracia a la hora y en el lugar que él quisiera: vamos a salir a la calle, para que nos demos unos coñazos, dicho a la venezolana; pues Maduro es el menos autorizado a hablar sobre democracia.
melendezo.enrique@gmail.com
EL AUTOR es escritor y periodista egresado de la Universidad Central de Venezuela y del Instituto de Estudios Superiores de América Latina, IHEAL – Universidad París III. Especializado en economía y política. Redactor del periódico La Razón.