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Protector, en términos de la tiranía, es una especie de comisario soviético #Palestra #JuanJoséMonsant

Lo desconcertante de la invasión de la UCV por los bárbaros del siglo XXI, es que esta Casa que vence las sombras, nunca se ha doblegado ante dictador alguno; esta vez fue vencida no doblegada.

    Juan José Monsant

En 1.840el escritor estadounidense Edgard Allan Poe, publicó una edición de algunos de sus más conocidas narraciones a la que tituló “Cuentos de lo grotesco y arabesco”.

    Antes de que salten los preciosistas de lo “políticamente correcto” o los inclusivistas del lenguaje, que harían sonrojar al autor de El Cuervo, o al mismísimo Stephan King haciéndole parecer como narraciones infantiles a sus más reconocidas novelas de terror, debemos aclarar que Poe se refiere a lo grotesco como una expresión incongruente, desproporcionada, desbalanceada de un hecho, objeto o figura animada y, lo arabesco no es contra  árabes o islamitas, se relaciona con el arte cuidadoso y exquisito de la filigrana, extendido a un temperamento, inteligencia o postura ante la vida, detalladamente elaborada, a veces enrevesada.

     Dicho esto,  es obvio que todo lo relacionamos con situaciones, personajes, expresiones que algunas veces, muchas veces, condenadamente veces presenciamos y sufrimos.

  Por ejemplo, Castillo con su sombrero tipo Sandino, es algo así como grotesco, no es arabesco; observar a la señora Rosario Murillo con tantos aretes, colores y expresiones no es arabesco, es grotesco; pero ver sentado esa mofletuda figura de Nicolás maduro, en un pequeño banco de estudiante universitario, terciado por dos acolitas que parecieren personajes extraídos de algunos de esos cuentos de los hermanos Grimm, es la consumación de lo grotesco, en cualesquiera de sus manifestaciones.

La legislación penal comparada habla entre los agravantes de la consumación de un delito, el actuar sobre seguro y en nocturnidad  (es decir, sin riesgo alguno para el delincuente y sin posibilidad de defensa para la víctima). Y esta fue la acción cometida por Nicolás maduro, luego de haber nombrada ministro de universidades a la antigua presidente del Consejo Supremo Electoral, la previsible Tibisay Lucena, y como protectora de la invadida Universidad Central de Venezuela a otro personaje de condiciones similares, Jacqueline Faría.

      Protector en términos de la tiranía es una especie de comisario soviético, el jefe del jefe oficial. Es decir, este grotesco personaje invadió, tomó la Universidad, luego de haberla acorralado por hambre y abandono durante más de doce años, haciéndose acompañar por otras dos peligrosas y grotescas expresiones humanas, por lo enrevesado de sus actuaciones generalmente encaminadas a causar daño, su esposa, Cilia Flores y por la histriónica vicepresidenta Delcy Rodríguez, sí aquella que en Buenos Aires, siendo Canciller, penetró por la fuerza la sede de la Cancillería argentina, cuando se iba a discutir la expulsión de Venezuela de Mercosur, y la misma que se presentó de noche en un vuelo especial al aeropuerto Barajas, con siete maletas que fueron cargadas de inmediato en un vehículo oficial, sin que nadie, hasta ahora, sepa su contenido.

     En fin, hay que cuidar la democracia cuando se tiene, entender que se deben asumir los cambios y actualizaciones cuando se reclaman, y no asumir la impunidad, como condición inherente al cargo público.

Arabesca es la expresión artesanal de La Palma en El Salvador,  la de Masaya en Nicaragua o la de Barquisimeto en Venezuela; lo son los poemas de Ernesto Cardenal, Carlos Martínez Ribas o Claribel Alegria, Salarué, Roque Dalton, José Pulido, Yolanda Pantín, Sonia Chocrón, Rafael Cadenas Vicente Gerbasi; arabescas son las notas de nuestros compositores musicales, escritores, pintores, arquitectos, pianistas, guitarristas, arpistas, flautistas, y hasta humoristas; son tantos que nos agotamos en lo bello, en lo armónico y lo estético.

    Lo desconcertante de la invasión de la UCV por los bárbaros del siglo XXI, es que esta Casa que vence las sombras, nunca se ha doblegado ante dictador alguno; esta vez fue vencida no doblegada.

    Como nos recuerda el amigo y jurista egresado de esa institución, Antonio Montani, la Universidad Central de Venezuela fue fundada hace más de tres siglos mediante Cédula Real del Rey Felipe V el 22 de diciembre de 1722, y por allí pasó Andrés Bello, Francisco Miranda, Juan Germán Roscio, José María Vargas, y hasta el mismísimo, hoy llevado a los altares, José Gregorio Hernández.

Allí se forjó la Generación del 28, la lucha contra Pérez Jiménez y esa generación que fue sustento de esos 40 años de democracia que tanto recorrió el continente, y hasta la recordada Radio Rochela tuvo sus primeros interpretes y guionistas en la Facultad de Arquitectura.

     Declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, sus esculturas, murales, jardines, corredores y esa Aula Magna con su techo de filigranas acústicas de Alexander Calder ha visto hacer realidad tantos y tantos sueños, oír y ver a Malcuzynsky interpretar Chopin en un Steinway, a Igor Stravinski dirigir la Orquesta Sinfónica, a Rostropovich, Pablo Neruda, a la Orquesta sinfónica de Moscú, los Niños cantores de Viena, Montserrat Caballé,  Soledad Bravo, Ilan Chester, Yordano, Contrapunto, la Niña Pastori y hasta al padre Alejandro.

     Hoy, la batalla frontal contra la ignorancia, el irrespeto al medio ambiente, la estética, los derechos humanos, la decencia, la trasparencia pública, es nuestro combate pendiente, del cual necesariamente tendremos que salir victoriosos para justificar la existencia, y demostrar que, al final, la luz vence a las sombras.

@jjmonsant