El Grupo Voto Ciudadano Inteligente llama a hacer una reflexión especialmente preocupada en el caso del Municipio Libertador del Distrito Capital, toda vez que probable y paradójicamente esta entidad es la que presenta una demanda social acumulada más grave en todo el país, y al mismo tiempo presenta una muy seria fragilidad para enfrentar esa demanda: la casi inexistencia de un liderazgo político que tenga una relación orgánica con las realidades, conflictos y esperanzas de la ciudad.
En efecto, aunque pueda parecer extraño, Caracas es la principal víctima del centralismo, pues las diversas dinámicas institucionales en que se expresa la pulsión centralista no «privilegian» la ciudad capital, sino que la depredan y vandalizan, hasta transformarla en lo que es hoy: Una gigantesca aglomeración de personas, que no ciudad, colapsada. Esta situación no es nueva, pero en los últimos 21 años se ha agudizado. Los actuales barrios pobres caraqueños ni son «nuevos» ni son «tricolor», son espacios de precariedad y violencia en los que sus habitantes, a pesar de ser trabajadores y muy solidarios, son presa de la desesperanza, víctimas de dos gobiernos, el de Maduro y el del hampa, a veces aliados y a veces en conflicto, sin poderse saber cuál es peor.
También durante este período, en vez de urbanizar los barrios para convertirlos en partes integrantes de la ciudad, se ha depauperado la cuadrícula urbana convencional, al deprimir su ya colapsada dotación de servicios, que unida al caos económico hunde en la miseria a sus habitantes, integrantes de un sector que en tiempos de democracia se conoció como de «clase media».
Esta tragedia, de la conversión de la «Caracas de los techos rojos» en la Caracas de la tragedia roja, se ve agravada por el hecho de que, durante estos 21 años, en los sectores políticos que debieran encarnar la alternativa ante el desastre de los gobiernos habidos, el morbo centralista se ha manifestado impidiendo, interceptando e interfiriendo el surgimiento de un liderazgo local y regional con profundas raíces en la ciudad y con un compromiso orgánico con la misma. Desde la oposición convencional se ha visualizado la Alcaldía del Municipio Libertador como un lugar para candidatear a «dirigentes» a los que no se sabe dónde poner o, por el contrario, como «escalón» para el currículo de quienes asumen la política como «carrera» y no como servicio.
En resumen, al centralismo del poder gubernamental se ha sumado el centralismo de la oposición convencional. El primero ha destruido el pasado y el presente de Caracas; el segundo pone en peligro la posibilidad de construir un mejor futuro para la ciudad y sus habitantes.
Por todo eso, para quienes constituimos este grupo de reflexión y opinión, el 21de noviembre no sólo no es ni una ocasión para la confrontación gobierno-oposición, ni -peor aún- un escenario para que las distintas «oposiciones» diriman su necia competencia por el segundo lugar. Para nosotros la elección de la Alcaldía del Municipio Libertador es la ocasión para impulsar un movimiento social en función de la construcción de un liderazgo político de, por y para la ciudad, capaz de expresar el dolor y la esperanza de los caraqueños y liderar sus luchas, venciendo las dinámicas tóxicas del centralismo gobiernero y del pseudo-opositor.
Pensando en ello y teniendo en consideración las propuestas electorales existentes llamamos en este momento a votar por el profesor Antonio Ecarri para Alcalde del Municipio Libertador, porque creemos firmemente que, en el actual escenario electoral, la suya es la única fórmula que permite simultáneamente enfrentar al gobierno y rechazar las dinámicas suicidas de la oposición convencional, al tiempo que abre un espacio para la construcción de un liderazgo local y regional útil a la ciudad y sus habitantes, y no sólo para resolver los caprichos burocráticos de las cúpulas partidocráticas.
Caracas-Libertador no es el basurero del gobierno de Maduro ni el ring para los forcejeos burocráticos de una oposición divorciada de la gente y su realidad. Caracas-Libertador es una comunidad viva que merece un gobierno municipal como el que hoy tienen algunos municipios del país. Caracas merece y necesita un liderazgo real, orgánico, no «paracaidistas» rojos, amarillos, ni de ningún color. Caracas merece que se abra un ciclo político distinto, de compromiso con la ciudad y respeto por sus habitantes. Y, en la actual circunstancia electoral, consideramos los abajo firmantes que es la de Antonio Ecarri la candidatura que mejor expresa esa legítima aspiración.
Como quiera que Antonio Ecarri ha formulado propuestas controversiales relativas a la industria petrolera, quienes suscribimos esta declaración advertimos que somos firmes defensores de la industria petrolera, como parte fundamental del patrimonio nacional y nos pronunciamos contra iniciativas que conlleven a su desnacionalización, aunque compartimos la necesidad de propiciar el aporte de capital privado nacional e internacional con miras a su urgente reconstrucción.
Confiamos en que Antonio Ecarri cumplirá sus compromisos: en favor de la democracia, por la descentralización, por la calidad de vida del pueblo, y llamamos a los caraqueños a estar vigilantes y a luchar porque así sea.
Josefina Baldó, Luis Fuenmayor Toro, Simón García, Gustavo Márquez, Oly Millán, Enrique Ochoa Antich, Fernando Ochoa Antich, Rafael Quiroz, Jesús Chúo Torrealba, Mario Villegas