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No olvidemos mi querido amigo, que tú eres vanguardista en esa amada legión sembradora de la musicalidad de todos los pajaritos que alumbran los caminos de los amores
Agustín Blanco Muñoz
Aníbal
Quisiera hoy seguir la intensa conversación que iniciamos el pasado 29 de marzo. Te llamé entonces para decirte que me ha ganado el mensaje enviado por una manada de pajaritos ‘Nunca Muertos’ y otra de ‘Siempre Vivos’, para sugerir que sigamos sus rutas y dejemos de atender las llamadas fechas convertidas en efemérides por referir casos de muertes, que por lo general se ubican en los espacios de la eternidad.
Tú respuesta fue muy clara. Y materialmente celebraste en forma vivaz el aporte de los pajaritos según el cual no existe la muerte del cantar en los seres que tienen aspiración, vocación y crecientes ganas de mantener las huellas de vida expresadas en los saludos y creaciones de motivos de alegrías que ya son verdadera y pura decisión de permanencia.
Y además de nuestro acuerdo de seguir esta conversa, te contacto hoy porque algunos amigos comunes me llamaron para preguntar por qué no te escribí nada en el aniversario de lo que se lee como tu adiós.
Ellos fueron los primeros a quienes le expuse mi parecer de dejar pasar esas fechas particulares, porque no tienen sentido para quienes tenemos a los muy queridos amigos siempre a nuestro lado y en el más adentro de nuestro querer. No vivimos con ellos un día, estamos con ellos por siempre.
Y no olvidemos mi querido amigo, que tú eres vanguardista en esa amada legión sembradora de la musicalidad de todos los pajaritos que alumbran los caminos de los amores que marcan las vidas alejadas de sombras, adioses y discordias en nuestro adentro.
Aníbal, hermano, compañero del alma y de la vida, recibe el abrazo de tantos y tantos días, noches y sueños con la misma fuerza y decisión del auténtico querer.
@ablancomunoz
