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La búsqueda del avión malayo desaparecido apunta hacia un posible secuestro

El sistema de comunicaciones del avión de Malaysia Airlines, desaparecido la semana pasada con 239 pasajeros a bordo, fue desconectado adrede, según ha informado el primer ministro malayo Najib Razak. 

De acuerdo con la evidencia que arrojan los satélites y los radares, el vuelo 370 cambió su curso y pudo haber continuado volando durante siete horas más. Las declaraciones de las autoridades malayas sobre lo ocurrido en la aeronave abren una nueva arista en la investigación, que ha entrado ahora en una nueva fase: determinar si se trata de un secuestro e identificar a los responsables.

Razak ha afirmado que «los movimientos del avión son consistentes con la acción deliberada de alguien dentro del avión». Las autoridades malayas no descartan un secuestro, pues están investigando «todas las posibilidades».

El avión podría estar entre Kazajtán y el Océano Pacífico, informó además el primer ministro. 

El avance de la investigación ha llenado de más angustia y dudas a los familiares de los 239 pasajeros que iban de Kuala Lumpur a Beijing.

El vuelo salió de Kuala Lumpur con destino a Beijing el 8 de marzo a las 12:40 am, hora local (4:40 pm GMT),  y desapareció de los radares a la 01:20 am. Tan solo a escasos 40 minutos de haber despegado.

Nueva fase

Razak ha informado en una rueda de prensa que la nueva evidencia demuestra «con un alto grado de certeza» que uno de los sistemas de comunicación de la aeronave -Aircraft and Communications Addressing and Reporting System o ACARS por sus siglas en ingés- fue desactivado justo al sobrevolar la costa malaya.

El ACARS es un servicio que le permite hablar a las computadoras a bordo del avión con las de tierra firme sobre la salud del avión.

Poco después, cerca del punto en el que se interceptan los controladores aéreos malayos y los vietnamitas, el transpondedor de la aeronave, que también emite una señal de identidad, fue apagado.

De acuerdo a los informes de los radares militares, el avión regresó a Malasia antes de tomar su rumbo hacia el noroeste, como correspondía.

Un satélite pudo recoger la señal del avión hasta las 8:11 am (hora local), más de siete horas después de que la aeronave desapareciera de los radares. Sin embargo, fue incapaz de dar la ubicación del avión, según informó Razak. 

Los expertos, basados en los datos de este satélite, «han determinado que la comunicación pudo ocurrir desde dos rutas», añadió.

Puede ver este gráfico preparado por elmundo.es que ilustra la ruta que pudo haber tomado el vuelo 370.

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Esto podría indicar que el avión podría encontrarse en Tailandia, Myanmar, Nepal, Bangladesh, Bután, China, India o Pakistán.

Razak ha afirmado que la investigación ha entrado en una nueva fase, que se centrará en los pasajeros y en la tripulación.

Poco después de que terminara la rueda de prensa en la que el primer ministro malayo dio esta información, la policía de ese país allanó el hogar del piloto de la aeronave. Un hombre de 53 años llamado Zaharie Ahmad Shah.

Razak confirmó muchos de los datos, provenientes de las agencias y compañías de satélites estadounidenses,  que han estado en los medios de comunicación en las últimas 48 horas.

El gobierno malayo ha sido muy criticado por no ser más transparente con la información que maneja. China -que vela por los 153 ciudadanos chinos en el vuelo- ha exhortado a Malasia a continuar con la investigación y a informar oportuna y verazmente sobre los nuevos hallagzos, según informó la agencia china Xinhua

El ministro de relaciones exteriores chino ofreció el envío de expertos técnicos para participar en la investigación e instó a otros países y organizaciones a sumarse a la búsqueda.

Con los pasajeros chinos iban 38 malayos y ciudadanos de Irán, Estados Unidos, Canadá, Indonesia, Australia, India, Francia, Nueva Zelanda, Ucrania, Rusia, Taiwán y Holanda.

La búsqueda intensiva que se desarrolló desde la desaparición del avión sobre el mar en Malasia -que involucró a 14 países, 43 barcos y 58 aeronaves- no ha dado resultados. 

Los expertos opinan

Según informa el New York Times, David Learmount, el editor de la revista especializada en operación y seguridad aeronáutica Flightglobal, dijo que el gobierno malayo ha podido actuar con más celeridad para dar con el dato de que alguien dentro de la aeronave se desconectó de los principales sistemas de comunicación.

Buscar una aeronave en el Océano Índico, el tercero más grande del mundo y que tiene profundidades de más de tres kilómetros, no es una tarea fácil.

Mikael Robertsson, el fundador de Flightradar24, que presta servicios para rastrear aviones a nivel mundial, también informó al mismo diario estadounidense que el hecho de que las comunicaciones del avión hayan sido apagadas adrede apunta a que quien lo hizo tiene un conocimiento y experticia considerable sobre la ruta. Lo que le hace pensar que debe tratarse de un miembro de la tripulación.

Bajo coerción o intencionalmente quien apagó el transpondedor aprovechó la oportunidad al momento de salir del espacio de control aéreo malayo, explicó Robertsson vía telefónica desde Suecia. «Encontró el momento perfecto cuando no estaba ni bajo el control de Malasia ni el de Vietman. Estaba en tierra de nadie», añadió.

Xu Ke, antiguo piloto comercial y asesor del gobierno chino en materia de seguridad aeronáutica, opina igual que Robertsson. Sin embargo, acotó al NYT que deben ser cuidadosos al momento de emitir conclusiones y examinar todas las posibilidades. «El Boing 777 es un avión grande y nuevo, así que no cualquiera pudo ejecutar esas acciones. Ni siquiera alguien que haya volado aviones más pequeños o incluso boings más pequeños».

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