Humberto González Briceño
El exilio masivo de más de 7 millones de venezolanos, según cifras extraoficiales, tiene un impacto determinante en todos los aspectos de lo social y político en Venezuela. Los sindicatos y gremios no son la excepción contando con cientos de miles de miembros y directivos que han abandonado sus posiciones en Venezuela para buscar un futuro mejor. El resultado es el aumento de plazas vacantes en las directivas de sindicatos y gremios que comienzan a ser ocupadas por caras nuevas e inexpertas en la lucha política pero cuya inexperiencia se convierte por defecto en una presunción automática de integridad moral en un mundo ligado a la corrupción de los partidos políticos.
Los sindicatos y gremios han sido hasta ahora apéndices de los partidos de la falsa opinión y del chavismo para controlar e impulsar sus respectivas agendas. Los esfuerzos que hacen la falsa posición y el chavismo para presentar a los sindicatos y gremios como expresión abstracta de un país nacional sin filiación partidista que de alguna manera los avala son inútiles porque sus actuaciones los revelan como títeres de los partidos.
Esto había sido así al menos hasta hace algunos meses cuando estalló la protesta nacional por el bono vacacional. Se trata de una movilización que mostró caras nuevas en gremios y sindicatos además de unir en la misma lucha a sectores chavistas y no chavistas lo cual le dio una sorpresiva y espontánea fuerza a la jornada que fue reconocida por el régimen chavista al dar marcha atrás para pagar el bono y reformular el reglamento de la ONAPRE.
Los voceros de estas protestas que recorrieron todo el país en su mayoría fueron nuevos cuadros sindicales y gremiales de reciente incorporación en esas directivas ante el abandono de antiguos miembros.
Esta renovación obligada de los sindicatos y gremios en Venezuela es un signo positivo porque la dinámica de la lucha social comienza a apuntalar cuadros sindicales y gremiales que no están atados a las mafias de los partidos políticos. Por supuesto, sería ingenuo esperar que los partidos abandonen su pretensión de controlar los sindicatos para mediatizar sus luchas. Pero la búsqueda de nuevos espacios de lucha social que no sean manipulados por los partidos tanto del chavismo como de la falsa oposición ha permitido el surgimiento de una nueva generación de dirigentes más comprometidos con las demandas de naturaleza reivindicativa.
Y es que ante el fracaso de todas las opciones presentadas por la falsa oposición para salir del chavismo, incluida la opción electoral, las luchas sociales de carácter más reivindicativo que político adquieren un enorme valor estratégico para conquistar espacios en la gran batalla para derrocar al Estado chavista. En este momento que es de relativa fortaleza para el régimen chavista las demandas de naturaleza reivindicativa permiten organizar a la sociedad en torno a luchas concretas mientras se acumula masa crítica para emprender una confrontación política con el régimen o se provoca la fractura interna del mismo.
Esta nueva situación invita a un viraje táctico en virtud del cual el planteamiento político se circunscribe a llamar a la abstención militante para no hacerle el juego al fraude electoral del régimen chavista al tiempo que se potencia la lucha reivindicativa por mejores salarios y condiciones materiales de vida desde sindicatos y gremios de nuevo tipo.
Es muy importante remarcar que para que este movimiento táctico logre su efecto masivo y multiplicador debe ser liderado por nuevos líderes sindicales y gremiales sin compromisos con los partidos de la falsa oposición y el chavismo. Una iniciativa de esta magnitud no puede ser contaminada por partidos que tienen la concepción colaboracionista de promover una lucha gremial con el único fin utilitario de sentarse a negociar con el régimen beneficios y prebendas para sus operadores.
La migración masiva de 7 millones de venezolanos es una situación que afecta las capacidades reales de lucha social y política dentro de Venezuela para derrocar al chavismo. De eso no hay duda. Sin embargo, el mismo fenómeno ha forzado a una renovación de los cuadros sindicales y gremiales que luce esperanzador y lo será más aún si estos nuevos líderes tienen a disciplina y la claridad de profundizar la intensidad de la lucha reivindicativa haciendo a un lado la influencia tóxica de los partidos políticos, sobre todos aquellos de la falsa oposición, la MUD y los controlados por el G4.