La tarde de mi cumpleaños se pasó con el signo de la alegría, bebimos vino, whiskey, ron y refrescos. Aquí con la maestra de kárate Patricia Vaisman y Santiago Matos
Domingo Alberto Rangel
Poco acostumbro usar episodios de mi vida cotidiana como tema para mis artículos de opinión. Y no lo hago por pensar que es un delito o falta sino más bien porque veo de más utilidad escribir temas en los que muchos se vean reflejados… para bien o para mal.
No es el caso de la vida de cualquier ciudadano salvo que se trate de un asesino serial.
Bien: esta semana llegué cómo algunos saben a los 74 años en este mundo ahora cambiante y hasta tres días antes de la fecha pensaba celebrar en la intimidad familiar… si acaso invitando amigos de mis nietos y uno que otro colaborador cercano.
Pero viendo algunas fotos de sus cumpleaños que publican amistades emigradas hace décadas a los Estados Unidos o a España… caí en cuenta que hay un problema que afrontan la mayoría de los venezolanos que migran… salvo los descarados que desde la oposición se han hecho ricos a cargo de la piñata interina… y es la soledad.
Las redes están llenas de caras poco alegres… que salen en fotos donde sobre una mesita de restaurant más bien pobretón… se observa un pequeño ponqué… adornado con vela… alrededor de la cual se ven no más de tres personas… con caras lánguidas y hasta tristes.
Y viendo esto a partir de una reflexión que me llegó de una persona emigrada a España… dónde expresaba que con dolor no había invitado para su modesto cumpleaños a su hermano… por chavista –igual pudo ser por escuálido-… me dije “pero si yo puedo conversar con unos y otros”… ¿ “por qué no hago un cumpleaños más grande para que vengan sin distingos de familiaridad o credo político y religioso”?
Y así en menos de 72 horas ayudado por mi hija Hélide organicé algo totalmente distinto a lo originalmente pensado.
Y así en vez de mi sitio de vivienda o el de mi hija o algún amigo que sugirió prestar su casa… preferí usar como locación el café que desde hace un año funciona en lo que fue el jardín de nuestra casa familiar en Las Mercedes.
Y también invité gente variopinta como es la vida… mucha… contamos los asistentes y la cuenta llegó a 73 personas… que pudieron ser más porque entre tantos que personalmente llamé… 3 tenían covid… y 2 un virus muy fuerte. Otros se excusaron por falta de transporte… miedo a la noche… y otros asuntos.
Ojo: lograr juntar durante algo más de 7 horas ese gentío y ofrecerles de beber y comer fue una hazaña que de no ser por la ayuda del personal de TULA… expertos en evitar que el cliente se emborrache o que no se sienta atendido… no se habría logrado.
El primero en llegar fue un alto mandatario del gobierno que conoció y visitaba a mi padre. Estuvo poco tiempo porque lo llamaron de Miraflores y a pesar de que estaba a gusto… se tuvo que marchar cuando llegaba el mayor grupo de invitados quienes saludaron a quien se marchaba.
Asistieron 4 candidatos presidenciales… de la oposición… y 1 del chavismo crítico. Nos acompañó un opositor muy serio, excelente conversador y conocedor de la historia como pocos… quien aparte es individuo de número de la Academia Venezolana de la Lengua.
Toda la velada estuvieron dos anclas de canales de TV… un conocido experto petrolero que ha sido adeco, chavista y ahora vuelve a ser adeco pero fuera del partido… gente del motociclismo deportivo… adolescentes que trabajan en la A. N. y que años atrás durante un año asistieron a un curso que dicté para liberales sobre historia, política, economía y manejo de masas.
Amistades de mi hija quienes nunca se habían interesado en la política… otros adolescentes y hasta un niño de 3 años al que su madre no tenía con quien dejarlo.
Amistades del colegio, el mejor colegio de primaria que fundaron los Machado Zuloaga en El Paraíso… quizás la mejor institución escolar del país… donde nos enseñaron baile español y también joropo… inglés y francés. Quise y en gran parte lo logré… que fuésemos un grupo focal de mi vida.
Pues bien… la tarde de mi cumpleaños se pasó con el signo de la alegría… bebimos vino, whiskey, ron y refrescos. Y como siempre aconteció en la Venezuela antes del petróleo… solo quisimos pasar tequeños de pasapalos… pero Hélide, José Antonio y Omar… el Gerente y el chef… se impusieron y toda la tarde también se pasaron bandejitas de carpaccio como parte de la herencia culinaria de los italianos que a diferencia del almirante Colón vinieron y se quedaron.
Hubo intercambios de altura… sin alzas de voz… a pesar de que entre los invitados estaba un amigo de la embajada cubana… y otro que fue analista de la de Israel… cuando no habíamos roto relaciones con el estado sionista. Ambos conversaban tranquilos.
Y ante mi alegría por semejante milagro de pacifismo y civilización extrema que solo se pudo dar y quien sabe… en el Arca de Noé… fue el ancla política del canal I… quien me aclaró algo el panorama cuando comentó… “Domingo, ese milagro es en parte tuyo… pero en parte sucedió porque no invitaste cámaras y micrófonos de los medios… si eso hubiera ocurrido… no llegamos a las tortas”.
Tiene razón el amigo pero me parece que esos medios ni siquiera se manejan ellos mismos… son parte que baila al son de poderes más amplios y que carecen de ideología… o patria.
Y cómo reflexión final comento que el gran problema de Venezuela no lo pueden resolver quienes son adictos a esos medios polarizados… Uno mintiendo desde una acera… otros desde la supuesta “de enfrente”.
@DomingoAlbertoR