El colaboracionismo y el entreguismo cunden cuando existe vacío de liderazgo. Y efectivamente lo hay. Sólo se llena cuando sea crea una conexión emocional entre líder y pueblo.
Jesús Antonio Petit Da Costa
1.- “Los venezolanos tendrán que libertarse solos”. Es lo que nos dice el profesor Georg Eickhoff al ver la campaña victoriosa de la Internacional Comunista de América (Foro Sao Paulo-Grupo Puebla), que en Brasil ha culminado el plan de convertir a América del Sur en continente rojo, ya en condiciones de proclamarse como Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas de América (URSS-AMÉRICA).
Con sus palabras nos está diciendo a los venezolanos: no esperen que otros los liberten. Deben hacerlos ustedes mismos. Pero sus palabras no traducen pesimismo sino esperanza porque nos conoce. Está convencido de que lo haremos por nuestros antecedentes históricos y por nuestra idiosincrasia.
2.- Desde un principio sabíamos que estábamos solos, desde cuando Cuba, después de haber constituido el nuevo Komintern del comunismo: “Foro Sao Paulo”, esta vez en América, se apoderó de Venezuela por la alta traición de Chávez y el Alto Mando Militar. Con la toma de Venezuela se aseguró Cuba su sostenimiento, disuelta la URSS, y el financiamiento del asalto al poder en toda América, neutralizando incluso a Estados Unidos. Todo con dinero de Venezuela robado a los venezolanos a costa de su bienestar.
3.- Como pueblo estamos acostumbrados a libertarnos solos. Solos estaban los venezolanos en el siglo XIX cuando decidieron libertarse del dominio colonial, y no sólo libertaron a Venezuela sino además libertaron América del Sur. Solos estábamos los venezolanos en el siglo XX cuando decidimos libertarnos de la que creíamos sería la última tiranía, y no sólo nos libertamos sino provocamos que toda América Latina se libertara de las tiranías militares de entonces, apoyadas por Estados Unidos. A la misma rebelión contra Batista en Cuba, encabezada por Fidel Castro, la ayudamos con dinero, armas y voluntarios. Y celebramos su victoria como si fuera nuestra porque creíamos de buena fe que era la libertad de Cuba.
Así que estar solos en la lucha no nos amilana, ni nos acobarda, porque solo siempre estuvimos en circunstancias semejantes y, sin embargo, nos levantamos y despertamos a los demás.
La soledad sólo nos tienta a volver a ser los libertadores de América, esta vez en el siglo XXI. En cada siglo nos toca la misma tarea. Cumpliremos la que nos toca en el presente.
4.- Para cumplir nuestra tarea libertadora del siglo XXI debemos comenzar por identificar a nuestro primer obstáculo: el estado de ánimo colectivo, comprensible ante una derrota de esta magnitud, la cual provoca desaliento y desesperanza, que suelen degenerar en colaboracionismo o entreguismo que toma la forma de cohabitación.
5.- El colaboracionismo y el entreguismo cunden cuando existe vacío de liderazgo. Y efectivamente lo hay. Sólo se llena cuando sea crea una conexión emocional entre líder y pueblo. Nadie ha podido lograrlo hasta ahora, perdida la oportunidad que Guaidó tuvo. La perdió porque carece de la pasta de líder. Era un segundón cuando lo escogieron y siguió siendo segundón al someterse a la voluntad de los jefes del G4, que son colaboracionistas, reconociéndolos como superiores suyos. Olvidó el dicho venezolano: “jefe es jefe aunque tenga cochochos.” Nadie sigue a quien obedece a otros, porque es mejor seguir a su jefe.
6.- ¿Qué hacer entonces? Primero analicemos las claves de la victoria de la Internacional Comunista De América/Foro Sao Paulo-Grupo Puebla. Y luego las claves de la victoria de los libertadores de Venezuela y América en los siglos pasados. Concluyamos el análisis con la formulación de nuestra estrategia para la victoria. Su objetivo: decolorar el continente rojo. Comenzando por aquí. Porque si Venezuela manchó de rojo el continente, sólo Venezuela puede decolorarlo. Y lo hará sin duda.
7.- Entiéndase que, aunque parezca lo contrario, los venezolanos estamos en la mejor condición para libertanos y, al mismo tiempo, reasumir el liderazgo democrático de América por las razones que expresé en mi anterior escrito. Pero no hemos explotado a nuestro favor las debilidades del enemigo ni potenciado nuestra fortaleza.
No estoy activo en la política. Tómese lo que digo y propongo como una contribución al éxito de los que sí lo están.
petitdacosta@gmail.com