A la ruptura de la Constitución por parte del régimen de facto, la reacción de violarla también, ha sido una gran tentación, que parece haber triunfado en este episodio.
Edwin Sambrano Vidal
Mi opinión frente a la decisión de una mayoría relativa, que no absoluta, de la AN electa en 2015 de reformar el Estatuto de Transición eliminando la figura de la Presidencia Encargada prevista en el primer aparte del artículo 233 de la Constitución.
El supuesto de hecho Constitucional es en pocas palabras, el siguiente:
El artículo 233 de la Constitución prevé llenar la vacante presidencial, cuando la falta ocurre antes de la juramentación, con la persona que ocupe en ese momento la presidencia de la Asamblea Nacional y tal Presidente Encargado debe mantenerse en el cargo hasta que se produzca la elección válida del presidente. En el artículo se fija el lapso de 30 días para realizar la elección, la cual no se ha cumplido por impedimento de fuerza hecho por un régimen de facto que controla los órganos que monopolizan las armas (fuerza armada y cuerpos policiales, además de bandas armadas) de modo que debe mantenerse esa figura de la Presidencia Encargada o Interina hasta tanto se logre realizar la elección del Presidente. El impedimento no depende del Presidente Encargado, sino que es impuesto por fuerzas que están fuera de su control desobedeciendo el mandato constitucional.
La decisión de extinguir la Presidencia Encargada por parte de la AN, significa un fuerte aliento político, aunque antijurídico, al régimen de facto, que ha pretendido acabar con ella”
Mi opinión es que debe mantenerse en la persona de quién la ocupó originalmente la Presidencia Encargada, o sea, Juan Guaidó. Sin embargo él aceptó o propuso que podían nombrar otro pero que no extinguieran la figura.
Fue una propuesta para lograr un acuerdo y evitar el daño que produciría la eliminación de la figura constitucional, pero el partidismo del llamado G-3, lo negó, generando entonces un vacío de poder constitucional y en consecuencia una legitimación indirecta del régimen de facto quien se vería libre del contrapeso y la resistencia de la Constitución en su afán de violentarla.
Se ha planteado que ha sido extinguido el gobierno Interino porque ya no era útil, en ese orden de ideas, tampoco parece útil la AN 2015 y menos lo es ahora, cuando sólo funciona con una Comisión Delegada. Porque un parlamento es para legislar y ejercer control político de las actuaciones del ejecutivo; y no legisla ni ejerce ese control, tampoco tiene facultad constitucional para administrar y es lo que pretenden con la decisión de nombrar una Comisión administradora de activos de la República de Venezuela en el exterior… Tal vez este tipo de actuaciones es lo que permite la perpetuación del régimen de facto en el poder.
Este razonamiento tiene mucha motivación y me explico:
A la ruptura de la Constitución por parte del régimen de facto, la reacción de violarla también, generando una anarquía institucional, ha sido una gran tentación que; parece haber triunfado en este episodio.
Aún cuando la Presidencia Interina es una figura constitucional independiente del Parlamento ya que se produce por mandato directo de la Constitución al presentarse el supuesto de hecho, la decisión de extinguirla por parte de la AN, cuerpo institucional que le sirve de apoyo, significa un fuerte aliento político, aunque antijurídico, al régimen de facto que ha pretendido acabar con ella para librarse de esa importante expresión constitucional que le hace resistencia, mediante el sometimiento de la voluntad opositora para sostenerla en acción. Quienes respaldan ese propósito actúan contra el mandato constitucional, es decir, acompañan al régimen de facto en su violación constitucional y también actúan contra la voluntad política de la mayoría nacional que quiere sacar al régimen de facto que oprime a Venezuela.
Por ello, sin duda habrá muchas consecuencias políticas, sociales y personales.
Miles de activistas políticos, comunales, sindicales, humanitarios y de derechos humanos, comunicadores sociales, educadores, trabajadores de la cultura, profesionales de diversas áreas e intelectuales, además de quienes están presos por motivos políticos, pueden sufrir persecuciones, mayores restricciones y amenazas, pues la Presidencia Interina representaba un freno a la barbarie del régimen de facto. Los representantes del Gobierno Encargado tanto en el exterior como en el interior de Venezuela verán su representación debilitada, rechazada o extinguida con lo cual se afectan gravemente los intereses del país y, al sentirse el régimen fortalecido, también se afecta el curso de las negociaciones de México, de las que depende un acuerdo de condiciones políticas, sociales y electorales más democráticas y justas.
Ahora, en el caso de que esta nueva improvisación sea reconocida, mientras eso ocurre, si es que ocurre, repito; habrá mucho abuso y arbitrariedad del régimen contra quienes hemos actuado en defensa de la Constitución, los derechos humanos y la democracia. Especialmente vulnerables se encuentran los activistas dedicados y todo el personal adscrito a la institucionalidad del Gobierno encargado.
Ante todo esto, no podemos evadir la responsabilidad de estudiar las alternativas posibles para, no obstante las anchas grietas que nos diferencian en el seno de la oposición, mantener la mayor unidad de las fuerzas democráticas.
La Presidencia Interina representaba un freno a la barbarie del régimen de facto. Los representantes del Gobierno Encargado tanto en el exterior como en el interior de Venezuela verán su representación debilitada”
El fin no es que todas las corrientes sean totalmente iguales, no es ocultar las diferencias de diverso tipo que existen entre las tendencias del movimiento democrático nacional. Sin embargo, muchos debates y enfrentamientos deben postergarse porque no son útiles ahora. Ya en nuestra historia política lo hemos experimentado.
¿Cuál es nuestro objetivo?
Nuestro fin es derrotar al régimen de facto y restituir la efectiva vigencia de la Constitución, para abrir un escenario democrático, en el cual podamos hacer el debate político y social en torno a las distintas opciones de desarrollo nacional, que puedan existir para que nuestro país sea mejor que esta calamidad y que el pasado.
Para ello, es necesario juntar fuerzas en torno a ese objetivo superior e imperativo.
Esto es sólo un preámbulo de todo lo que habrá que analizar y observar en esta nueva fase de la lucha por la libertad de Venezuela que se abre con esta cabriola inesperada, la cual desmejora las condiciones de lucha.
@edwinsambranov