Con apoyo del poderío militar y económico de Moscú, los dirigentes de Crimea han convocado este domingo a esta república autónoma perteneciente a Ucrania a un referéndum para decidir si quiere ser parte de Rusia
Con este instrumento el gobierno espera legitimar su incorporación a Rusia en calidad de provincia. Los referendos locales son ilegales en Ucrania, pero las nuevas y poco afianzadas autoridades del Estado no han sabido ni prever ni neutralizar el despliegue de tropas con las que el presidente Vladímir Putin alega querer proteger a sus conciudadanos y personas afines al mundo ruso de una supuesta revolución neofascista que habría comenzado en el Euromaidán de Kiev.
Según reporta el diario El País, Rusia ha desplegado tropas en la península al margen y por encima de los contingentes que prevé el acuerdo de 2010 para que Crimea siga siendo la base de la flota del mar Negro hasta 2042, prolongable a 2047. En su forma de actuar, los invasores rusos (con y sin uniforme) tratan hasta ahora de lograr el máximo grado de control con el mínimo uso de la fuerza, mientras Putin y su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, hacen juegos malabares con las evidencias.
Si Crimea se une a Rusia luego del referéndum programado para este domingo, sería el último de una serie de cambios en el mapa de Ucrania en su problemático pasado, según afirma BBC Mundo.
Las pasiones en esta crisis han sido sustentadas por el trasfondo histórico, así lo revelan viejos mapas de la Biblioteca Británica.
Crimea, es una pequeña península en el Mar Negro, que está ubicada debajo de Ucrania y de Rusia. La república autónoma está ante la posibilidad de alejarse más de Kiev o incluso de volver a la égida rusa.
La historia de Crimea comienza en el siglo XVIII. En ese tiempo la península era parte del Imperio Otomano y su líder era el Khan de los Tártaros de Crimea. Este mapa de 1769 se muestra, en amarillo, los territorios que pertenecían al antiguo Imperio Otomano y, en azul, a Rusia.
Pero es Catalina la Grande quien le quita Crimea a los tártaros para anexarla al Imperio Ruso.
Este mapa de 1932 muestra a la República Autónoma de Crimea dentro de la Federación Rusa, con la República de Ucrania a la izquierda en rosado y Rusia en verde. Ambas son parte de la Unión Soviética.
En 1954, el líder soviético Nikita Khrushchev, le cedió la península a Ucrania. Pero esto no implicó un gran cambio porque todo era territorio soviético.
Sin embargo, cuando la Unión Soviética colapsó en 1991, Rusia y Ucrania se separaron y Crimea quedó del lado ucraniano. Así como lo muestra este mapa de 1996 en el que se reflejan las fronteras actuales.
La parte central de Ucrania siempre ha sido atraída hacia dos direcciones: este y oeste. Ucrania Occidental se ha vinculado con Europa, por una buena razón. Por ejemplo, Lviv -como se lo conoce ahora- que se encuentra en el extremo occidental del país. Esta localidad ha sido más parte de Europa que de Rusia a lo largo de la historia.
En el siguiente mapa, Lviv es el área naranja y su nombre está en ruso cirílico.
Pero en este mapa de 1775 se la puede ver identificada como Leopol. Durante esos años, esta región era parte del Imperio Austriaco y también se la conocía como Lemberg.
Esta región fue parte de la Ucrania soviética y se la conoció como Lvov -una versión rusa de su nombre- hasta que la URSS colapsó en 1991 y el nombre volvió a ser Lviv.
En 1940 el área era parte de Polonia, pero por el acuerdo secreto de Hitler con Stalin para la partición de ese país, pasó a manos soviéticas.
Este mapa muestra la anexión que estuvo incluida en el pacto Molotov-Ribbentrop (los ministros de Relaciones Exteriores de Moscú y Berlín) en 1939.
Muchos tártaros de Crimea fueron deportados por Stalin en 1944, con la Segunda Guerra Mundial casi terminada, acusados de haber colaborado con la Alemania nazi.
Luego fueron autorizados a volver, pero han permanecido reticentes a cualquier regreso a un gobierno conducido desde Moscú.
Algunos ucranianos nacionalistas incluso veían a Stalin como un enemigo peor que Hitler. Por esa razón, Moscú aún mantiene sus sospechas y Vladimir Putin advierte una y otra vez sobre extremistas de derecha en Ucrania Occidental. Viejos miedos y desconfianzas todavía influyen en las actitudes del presente.
Pero a medida que uno se interna en el este de Ucrania, más gente mira a Rusia como parte de la familia.
En este mapa del siglo XVIII se ve cómo el territorio ruso llegaba hasta Kiev.
Kiev es donde Rusia se fundó hace 1.000 años. El lugar de nacimiento del estado ruso y de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Es algo casi sagrado. Por eso, el presidente Putin no quiere dejarlo ir.
Esas emociones tan enraizadas son las que hacen esta crisis tan peligrosa. La preocupación es que si los mapas de Ucrania tienen que volver a ser dibujados, eso puede provocar más violencia.
Todos los mapas son cortesía de BBC MUNDO y la Biblioteca Británica en Londres, que alberga una de las mayores colecciones de mapas y materiales cartográficos.