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De nuevo sobre las primarias y el consenso I Opinión I Luis Fuenmayor Toro

Dirigentes como María Corina no podrían asumir el poder, pues han hecho de las amenazas y la persecución el centro de su política.

Luis Fuenmayor Toro

No pienso que de las elecciones primarias pueda salir la solución opositora para las elecciones presidenciales de 2024, que sería tener un único candidato y programa apoyados por todos los participantes en dicho evento. La gran heterogeneidad de los partícipes lo hace imposible. Y con seguridad, el triunfador tampoco tendría el apoyo automático de la oposición que no participa de esta forma de escogencia y que ha señalado al consenso como la fórmula ideal para alcanzar acuerdos.  

  • Hay además un enfrentamiento interno adicional entre quienes participan de las primarias, por lo menos de dos grupos importantes: el representado por Capriles y Rosales, por una parte, y el de María Corina Machado y Leopoldo López, por la otra. Es más, no está claro que estos últimos terminen participando en las elecciones de 2024, pues éstas se harán con el CNE actual o uno parecido, con el conteo electrónico de los votos y sin la posibilidad real de que todos los venezolanos que están en el exterior puedan votar.
  • Unas primarias entre candidatos tan disímiles, con historias y proyectos tan diferentes pareciera tener la diversidad y las complejidades de una elección presidencial, en la que compiten proyectos a veces diametralmente opuestos. El triunfo de un candidato se asemejaría entonces a la victoria electoral de un Presidente, la cual puede y debe ser reconocida por los participantes, pero que no significa que quienes lo enfrentaron electoralmente lo consideren uno de los suyos ni que le trasladen las simpatías que tenían por su candidato, por lo que el ganador sigue siendo considerado como un adversario.
  • Sin embargo, parecería que las primarias han levantado cierto entusiasmo en el sector opositor que las impulsa y ha logrado atraer la atención incluso más allá del mismo. A esto ha contribuido la atención prestada por los medios de comunicación, la intensa y costosa propaganda desplegada y el estímulo dado por el mismo gobierno, aparte de que una diferencia con el consenso es que las primarias son un hecho concreto que todos pueden apreciar, imaginar su desarrollo y pensar en sus resultados, mientras que el consenso carece de esta concreción y no es visto con la misma claridad por la población electoral.
  • Las encuestas dan a María Corina Machado y al “Conde del Guácharo”, como los favorecidos por quienes votarán en las primarias de la oposición hasta hace nada abstencionista y aventurera. Ya tienen fecha para octubre del año en curso. Pero aun alcanzando las cifras dadas en las consultas, siempre será un apoyo minoritario en relación al padrón electoral y a los votos alcanzados por el PSUV en los últimos procesos. Además, como ya sugerimos, pese a que todos los competidores acepten los resultados, no todos los seguidores de este sector votarán por el ganador, pues sus diferencias son muy grandes.
  • Para que el gobierno de Maduro acepte entregar el poder se deben dar dos condiciones: ganarle por una amplia diferencia de sufragios, digamos un millón de votos, y una negociación que les garantice que no serán perseguidos por razones de retaliación política. Esto desde ya significa que dirigentes como María Corina no podrían asumir el poder, pues han hecho de las amenazas y la persecución el centro de su política. No es el caso del “Conde del Guácharo”, ni de Capriles Radonsky, ni de Manuel Rosales.
  • Si los votantes de las primarias escogieran en forma inteligente el candidato presidencial, tal y como un grupo de venezolanos lo propuso en las elecciones de gobernadores con la consigna del “voto ciudadano inteligente”, dirigirían sus preferencias hacia alguno de los tres últimos candidatos señalados. Con ellos, además, se podría buscar el consenso en una segunda etapa de este largo y tedioso proceso de negociaciones. María Corina, además, unificaría al chavecismo “madurista” y, cuidado, a otros no tanto, que podrían sentirse amenazados por su política persecutoria de retaliación. Esto la hace ser adicionalmente una candidata más facilmente derrotable por el PSUV.

La salida con este tipo de candidatos y con aquellos que surjan del sector democrático de la oposición sería la de “ponerse de acuerdo por Venezuela”. Se complementarían dialécticamente los resultados de las primarias con los de quienes llaman al consenso.

@LFuenmayorToro

EL AUTOR es médico-cirujano, Ph. D., profesor titular y exrector de la UCV, investigador en neuroquímica, neurofisiología, educación universitaria, ciencia y tecnología. Luchador político

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