Dejan a Vladimir Padrino López al frente del Ministerio de la Defensa para que actúe como el gran apaciguador del descontento.
Humberto González Briceño
Para nadie es un secreto que en Venezuela así como no hay un Estado nacional venezolano tampoco existe una Fuerza Armada al servicio de la nación. Lo que hay es la Fuerza Armada chavista que, como brazo militar, sostiene al régimen por la vía de la violencia y la represión.
Pero al igual que el régimen chavista necesita recursos económicos para mantener la fidelidad de sus clientelas, también necesita dinero para pagar por la lealtad de una fuerza militar que sin suficientes incentivos podría comenzar a expresar su descontento y entrar en una fase conspirativa.
Sin embargo, en la Venezuela chavista donde el propio régimen destruyó la moneda, desmanteló la economía y dinamitó la industria petrolera no hay forma de pagar a un maestro o a un funcionario público más de 5 dólares al mes. Los recursos por la venta irregular de petróleo en el mercado negro burlando las sanciones internacionales o por la vía del narcolavado se quedan en manos de los intermediadores y operadores del chavismo sin llegar a tocar jamás el tesoro nacional.
La razón por la cual muchos militares están pasando hambre es la incapacidad e ineptitud de su propio Comandante en Jefe, Nicolás Maduro Moros»
Entre la ruina económica nacional y el saqueo de sus propias bandas chavistas el gobierno de Nicolás Maduro tiene serias dificultades para aprobar un aumento de salarios que pague por una canasta básica de más de 500 dólares o inclusive para cancelar los 70 dólares de bonos decretados hace unos días. La pregunta que más inquieta al gobierno de Maduro no es tanto “¿dónde están los reales?” más bien es “¿de dónde saldrán los reales?” para pagar a la burocracia civil y militar que sostiene al régimen.
Y es que la única diferencia entre quienes trabajan para la administración pública y los militares es que aquellos tienen sindicatos para reclamar y estos no. Pero en la propia voz de militares activos y retirados los militares venezolanos al servicio del régimen chavista también están pasando hambre.
Un General al servicio de las Fuerzas Armadas chavistas estaría ganando $40.00, un Coronel $34.00 y un Sargento $24.00. Compárese estos valores con el sueldo promedio de un Coronel en Colombia, Ecuador o Perú que es de más de $3,500 mensuales.
Los que no pueden o se cansan de vivir en la mendicidad con uniforme oliva sencillamente optan por desertar, siguiendo los pasos de más de 8 millones de venezolanos»
¿Cómo pueden estar pasando hambre los militares chavistas venezolanos si este es un régimen esencialmente militar? Y es que así como no todos los chavistas nacen iguales, tampoco los militares lo son. Están los capos, los jefes de tribus o bandas y sus operadores que forman parte del ecosistema chavista, pero en la base de la pirámide están los ayudantes y peones cuyo valor transaccional es muy poco y son los primeros sacrificados.
Pero la gran cantidad de Mayores Generales, Generales de División, Generales de Brigada y otros altos oficiales en los cinco componentes militares (Ejército, Armada, Aviación, Guardia Nacional y Milicia) que podrían sobrepasar los 5000 funcionarios son quienes tienen acceso a oportunidades de negocios irregulares dentro del régimen, redondeándose ingresos millonarios en dólares aunque el botín a repartir sea cada vez más pequeño
Por supuesto, menos aún queda por repartir en la pirámide militar desde los Coroneles, Capitanes y Tenientes hacia abajo. Para ellos solo queda que organicen rifas, microempresas y emprendimientos con préstamos del gobierno como públicamente lo han pedido sus superiores o esperar a que los pongan a cuidar una alcabala.
Para los soldados y tropa profesional, bien abajo en la base de la pirámide, un poco más de 5 dólares será suficiente para pagar por los servicios prestados. Este grave desajuste es la razón por la cual han aumentado en los cuarteles los robos de comida, armas y cualquier artefacto que se pueda vender en el mercado negro. Los que no pueden o se cansan de vivir en la mendicidad con uniforme oliva sencillamente optan por desertar, siguiendo los pasos de más de 8 millones de venezolanos.
El régimen chavista y el gobierno de Nicolás Maduro son conscientes de esta bomba de tiempo dentro de sus propias Fuerzas Armadas. Por eso dejan a Vladimir Padrino López al frente del Ministerio de la Defensa para que actúe como el gran apaciguador del descontento. Pero eso ya no basta y ahora el régimen se ve precisado a ejercer violencia y represión sobre su propia estructura militar para no perder el control. Eso explica la proliferación de grupos paramilitares elites (Faes, Sebin, DGCIM, Policía Contra la Corrupción, etc), con funcionarios muy bien pagados, que han sustituido en muchos casos a los cuerpos militares regulares y en otros sirven para vigilar y reprimir a los militares activos.
Hoy hay oficiales en las diferentes jerarquías de las Fuerzas Armadas chavistas que entienden que la razón por la cual muchos militares están pasando hambre es la incapacidad e ineptitud de su propio Comandante en Jefe, Nicolás Maduro Moros. Eso no es poca cosa y es muy importante. Porque lo primero, antes de actuar, es entender.