El contragolpe constitucional se perfila, por la situación actual, como la rebelión de los perseguidos, hambreados, humillados y en general de los indignados.
Jesús Antonio Petit Da Costa
En la Venezuela de Pérez Jiménez y en el Perú de Fujimori fue el pueblo en la calle el que puso fin a la tiranía. Lo hizo con una insurrección masiva al quedar bloqueada la salida electoral, a la que se sumaron los militares. Entonces no se vivía mal como ahora, por lo cual el contragolpe constitucional se perfila como la rebelión de los arrechos: indignados, perseguidos, hambreados y humillados por la tiranía, que se harán justicia, enarbolando la Constitución como bandera.
Para ponerle fin a una tiranía comunista, como la que padecemos, y tomar el poder, los demócratas deben tener un Plan B: el contragolpe constitucional. Y no sólo deben tenerlo, sino algo más importante: ponerlo en práctica. No excluye la participación electoral, como lo vengo diciendo, pero si la condiciona hasta convertirla en ocasión para el desenlace. Usarla para crear el clima que lo provoque y le sirva de detonante.
El Plan B consiste en motivar, organizar, unir y dirigir la rebelión de los arrechos: indignados, perseguidos, hambreados y humillados contra la tiranía comunista. Son las víctimas de la tiranía, que organizadas y dirigidas como una fuerza o ejército civil, le pondrán fin al despotismo yendo hasta el final. La totalidad de los venezolanos excluyendo únicamente a la oligarquía gobernante y sus socios colaboracionistas enchufados a los cuales hay que desalojar del poder.
¿Cómo convertir a los arrechos: indignados, perseguidos, hambreados y humillados en el factor determinante de la caída de Maduro y por añadidura de la tiranía comunista? Poniendo el acento en la lucha social de manera tal que la participación electoral, llegado el caso, sea uno de sus escenarios. Para medir la dimensión de la inmensa masa de víctimas de la tiranía, hagamos esta clasificación tentativa:
1) Los pobres, que somos el 90% de los venezolanos. Desde los que sufren pobreza extrema hasta la empobrecida clase media, como los profesionales universitarios, los maestros de primaria, los profesores de bachillerato y los profesores universitarios. Somos un país de pobres incluyendo a la clase media universitaria que ha descendido a pobre.
2) Los amenazados. Son los millones de venezolanos, con sus respectivas familias, que tienen algo material en peligro porque motiva la envidia de los castro-comunistas. Están también los dirigentes sindicales como los que acaban de ser condenados a 16 años de presidio por reclamar y protestar. Y los miembros de ONG amenazados o presos sin perspectiva de salir de la cárcel.
3) Los hambreados. Los millones de empleados con salario de hambre y los desempleados que son tantos o más. Como también son millones los sub-empleados y los informales, todos hundidos en la pobreza. También los jubilados y pensionados condenados a morir de mengua.
4) Los desamparados. Son los presos políticos y sus familias, así como los millones de víctimas de las bandas de delincuentes convertidas en instrumentos del régimen comunista para saquear y amedrentar al ciudadano común y crearle una psicosis que lo lleve a huir del país. Incluye a las familias de los secuestrados, heridos, asesinados, atracados, golpeados y robados.
5) Los sacrificados, que somos todos, víctimas del saqueo de la Nación por la oligarquía castro-comunista, a cuyo saqueo se debe la depreciación indetenible de la moneda, la inestabilidad de los precios y la inflación galopante. Apenas sobrevivimos, mientras la oligarquía castro-comunista se enriquece groseramente saqueando al país.
6) Los desesperanzados. Son los millones de profesionales, técnicos y estudiantes que se sienten sin futuro.
7) Los traicionados. Somos todos los venezolanos porque el régimen comunista ha convertido a Venezuela en colonia de Cuba, a la cual sostiene a costa de los venezolanos; ha entregado la frontera occidental a los guerrilleros colombianos; ha regalado el Esequibo a Guyana y ha hipotecado la riqueza nacional con los chinos.
8) En fin, los arrechos, que somos todos, cada día más arrechos porque no aguantamos más las condiciones en las cuales estamos viviendo mientras ellos, los castro-comunistas y sus colaboracionistas nadan en la abundancia haciendo ostentación chocante.
Conclusión: el contragolpe constitucional se perfila, por la situación actual, como la rebelión de los perseguidos, hambreados, humillados y en general de los indignados y arrechos por estar viviendo muy mal sólo porque la oligarquía castro-comunista gobernante, títere de Cuba, continúa saqueando a la República, robando lo que es del pueblo venezolano y llevando así una vida de derroche, de la cual hace ostentación aquí y en el extranjero.
petitdacosta@gmail.com